viernes, 21 de enero de 2011

¡¡Viva el corcho!!

Vejer de Frontera

Palomas. O la tristeza de los tristes.



Cuan la tristeza de los tristes
y los otros mayoría
la dulce mirada necesaria
o los árboles mecidos por un suave viento
crecen los días alternativos
se repiten las claves
abúlico
me desplazo por enormes ciudades
repletas de seres jóvenes y viejos
son ríos son torrentes
hacia inciertas desembocaduras
miro cómo crece la albahaca los días de sol
la lluvia resbala triste
cual lágrima alegre
y un sonido a risa llega desde ese lado
donde todas las cosas se confunden
se comprenden se entremezclan
se alimentan de nostalgias
o de las más grandiosas alegrías
un pequeño amigo mío
que dejó una nota en mi puerta
y ese fue su adiós.
En los días que siguieron
recibí noticias de un poeta una amiga
mi amante
querían saber de mi salud o mis versos
les es indiferente.
Cada noche hablo con una estrella
ceno una ensalada.
Si el verano me alcanza
haciéndome viejo
tendré que simularlo
en la mar de arenillas conchas luz.
He llorado al escribir porque no sabía
y he escrito tan feliz

Celindas

Mi casa olía a orégano y membrillos
a carburo y migas, a ajos;
a queso portugués,
mi casa olía a jabón de sosa,
a colada y a cántaro de barro,
a agua fresca, a poleo, a gazpacho.
Mi casa olía a teja vana, a frío,
a sabañones, a tos ferina;
mi casa olía a invierno,
pero sobre todo olía a verano
a pelargonio y a higuera, a corcho.
A bolero, a “...están clavadas tres cruces”.
Mi casa olía a sopa de tomate,
a aceitunas machacadas.
Olía a cierta soledad de cortinas
echadas. A celindas.
Un día mi padre cortó el lilo

miércoles, 19 de enero de 2011

Cumpleaños


Seguir caminando sin volverse loco,
continuar recordando tu nombre
por las calles de Atenas Móstoles o Paris,
bajo la lluvia y los robles, entre los helechos
o la esponjosa vegetación de la húmeda Galia.
Seguir aunque los hombres pierdan la piedra
que los orienta. Sólo en las esquinas
se citan las mujeres para dejarse acariciar
por manos y labios vertiginosos y puros.
En otoño, bajo las hojas muertas, aparecen en los parques
los cuerpos inertes y lánguidos de seres solitarios.
El poeta Eusebio Verón que jamás hizo público un verso,
fue encontrado muerto
una fría tarde de espesa niebla
bajo las ramas bajas de un boj.
En los bolsillos de sus ropas sólo se halló una llave,
en su mano izquierda un lápiz con la punta rota
y su mano derecha fuertemente apretaba una hoja de bloc.
Tuvieron que quebrar sus dedos
para poder leer entre las arrugas del papel
los siguientes versos:
“La palabra siempre es otra. Tú lo sabías,
mírame, ese era el misterio,

martes, 18 de enero de 2011

Desde ahora



Acomódese, deje que el tiempo nos mate a los dos
discuta si la distancia que nos separa
es convertible en bonos del estado
o podemos rozarnos el aliento
sin notarios morbosos de por medio.
Busque en el hoy lo diferente
ame
lea
dígame lo que desee
es usted dueña de un paraíso
intente copiar los andares de su actriz favorita
cómprese en los grandes almacenes
a la vista de todos unos lindos zapatos
un corsé unos tangas
un pañuelo para el cuello
unos anillos un suéter una falda corta
y salga a la calle con bamboleo de acento
deje que se le entreabran los labios
porque comunicará con el primer humano
que se cruce en su perfecto metro cuadrado
ese
que sólo acerca a aquellos seres especiales
con olor color aura propios
y déjese llevar por el viento que arrastra
el tren el coche al pasar
mire por la ventanilla de sus recuerdos
y termine por fin de acostarse
con el mancebo aquél que tanto le gustó
y seguro que después de eso habrá comenzado
a comprender la razón de ser de los poetas
y si así no fuera
no huya
comience por el primer verso de nuevo.
Mas no haga eterna la rutina
pues la piel nunca da treguas
y las prórrogas de la carne vienen sin remite.

lunes, 17 de enero de 2011

Epíteto


Corindón o esmeril pedernal
la chaira recorre los filos de la carne
magulla y gorgorea
hacia la oreja enfila la aguda punta
a escasos centímetros
quiebra
brevemente merodea
luego acaba hiriendo
donde la sangre brota con un gemido
de peces que se ahogan
de aspas y hélices fraguándose
en un murmullo de abanicos
proveniente de esa zona de la garganta
hecha cuna un instante
hecha cueva de oscuros y silenciosos pasillos
el grito allí se plagia repitiéndose en ecos
habitáculo donde mora el vital veneno.
Y muere misteriosamente.
Acaba en este instante de bramantes
que exigieron lo oscuro
para derramarse al vacío



Hilvanes de Balduque

Ahora me reduzco a paisaje.
Soy un ojo que ve el campo.
El sol arañando pórticos y buhardillas,
el portillo hecho en la pared del lindero,
la casa desolada o yerma
líquida en la sombra soterrada.
Penetra la luz por sus ventanas
y a través del aceite sobre la mesa sola
se hace crisol en la rotunda vasija de cristal,
en las aguas remansadas de la alberca,
y al final
en el dulce color malva, ocre, rosado
de la tarde, o la vieja soledad de la alcuza.

La belleza es sólo un instante,
después vienen los días, las noches,
el ruido de la ciudad,
la tos de un vecino, el llanto de alguien.
La belleza es un segundo,
después está el feo y definitivo sueldo
que uno recibe por el trabajo realizado,
el salario de muerte conseguida con sudor.
El fin expuesto a la sangre.
La plena soledad. La locura es una balsa.

Como me acuerdo de vosotros viejos muertos
huidos
mis acuciantes símbolos
mi entraña
mi ausencia
mis responsables.


viernes, 14 de enero de 2011

Calles de Londres


"En el café que está toda la noche abierto
a eso de las once y cuarto
el mismo hombre de siempre está sentado solo,
contemplando al mundo
sobre el borde de su taza de té…
cada té le dura una hora
y luego se va deambulando solo hacia su casa".


Algo así decía la letra de esta canción de Ralph Mctell, Calles de Londres.
Esta canción me sirvió hace cuarenta años para ser quien soy. Me sirvieron más cosas. Me sirvió la soledad para contemplar las formas de la vida. Me sirvió la belleza de cada instante, tan exacto, perfeccionándome la vida.
Pero esta canción me hizo más hombre, más mujer, persona, poeta, niño.
En aquellos tiempos un libro, una canción, una película, marcaban tu vida para siempre. Y digo en aquellos tiempos, porque en estos, no creo que a nadie le marque ya nada. Yo mismo me he vuelto dogmático, gracias a la “ayuda” de los que viven sin marcas, sin heridas, sin pasado, sin cicatrices: sin belleza.
Sigo escuchando esta canción y su recuerdo produce en mí gratitud: agradecimiento al pasado Me ayuda a ver el paisaje, me ayuda a ver a un joven bañándose en las aguas del río Guadiana, casi sin contaminación, a su paso por Badajoz. Me ayuda a ver a un muchacho saliendo de las aguas, mojado de naturaleza, desnudo, una belleza casi irreal, en un verano preciso, dónde conocí la ciudad y me bañé en aquellas aguas.

Pero sobre todo recuerdo el ocio y la melancolía que me producían los altos eucaliptos que bordeaban las anchas orillas del río y los ratos que pasé tumbado a la sombra calurosa y perfumada de aquellos mentolados árboles.

La canción sonaba en un cassette portátil de primera generación que iba conmigo a todas partes. Junto a una guitara que no sabía tocar. Pero que sonaba de maravilla en aquellos atardeceres del Guadiana.
No sé de qué me enamoré. Pero desde entonces vivo agradeciendo a las calles de Londres que me enseñaran la vida.


jueves, 13 de enero de 2011

Prensa obrera

El cartel de John Heartfield, dice:
Cualquiera que lee los periódicos burgueses se convierte en ciego y sordo: fuera este vendaje sofocante.

AMOR

SEAMOS sinceros, cuando hago el amor contigo no es contigo con quien hago el amor, sino conmigo, con todos los deseos ocultos de mi cuerpo, con todos los malos ratos que porto, con todo lo poco que fui amado. Y ahora cuando amo contigo no es a ti ni a nadie, sino a mí a quien amo, a mi carne a mi placer a mi anhelo, mis ilusiones, mis alegrías. No es a ti a quien amo, sino a mí y todo ese recuerdo terrible en el pasado cuando no podía amar, a pesar de mi locura de amor, o esa enamorada esperándome todos los días, todas las horas. Así que ahora, ahora que puedo por fin satisfacer lo que entonces no fue posible, ahora que el tiempo se para por los siglos de los siglos, ahora ya no tengo la necesidad de la gratitud, y locamente ingrato y desagradecido me disuelvo en mi cuerpo, y no soy nada y lo soy todo y sumo a mi favor horas y minutos, meses y años para siempre amándome joven y eterno. Siempre que hago el amor contigo es a mí a quien amo y a nadie más.

Y miré tierras más cálidas donde dejar el cuerpo, dejarme, salirme a por aguas, nadar sin miedo, a volar, un viento para volar, para ser abatido por un rifle de paciente mira. Abatido, como siempre, de amor. De un amor muerto que fue matándome.

Diferencia

Érase un hombre solo
con una palabra lodo
hasta que llegó
un viento albo
y lo convirtió en cero
o cenit.
  
Érase una mujer sola
con una palabra grave
en el suave paladar carmesí
hasta que un viento solo
la convirtió en curva de canesú
o vodevil.

miércoles, 12 de enero de 2011

Poética

Tras un proceso donde placer y dolor luchan por ver la luz, empeñados ambos en precipitarse hacia la luminosa claridad del día, los poemas van conformándose en una especie de desecho. Quizás los restos de un naufragio que acaba de producirse. Con razones o sin ellas, usando coartadas o no, uno siempre intenta purgar sus contradicciones sometiéndolas, con algunos ingredientes de ensoñación, a la catarsis. Alambiques y probetas, con algunas tenazas y martillos son los utensilios que siempre uso en este menester de la poesía.
Tu obligación lector es leerme, más si vieras que no desbordas ilusiones -cosa corriente en estos días- tu obligación es usarme. Usa los poemas como arma arrojadiza y devuélvemelos a vuelta de correo con algunas correcciones, tachaduras, ataduras y empaquetados de emoción y algo de mala leche. El ciclo catártico habrá finalizado. En el caso de que sí desbordes ilusiones mejor para ti. Yo seguiré lleno de defectos.
Y las poéticas no significan ni significaron nada, desde la opinión pragmática que me obligo a tener con la poesía del carajo: intentar ordeñar un rayo de luz para obtener leche. Enos aquí de nuevo, sometidos al abandono de las gratas y aduladoras compañías.

Trencillas, cordel

Añadir leyenda a esta imagen.
 Añadir leyenda a esta vida.
 Añadir leyenda para tener biografía.
Vender tu biografía como si fueras una leyenda.
Traspasar la noche de puntillas
con el pie que acaricia leyendas ajenas.
Ser ajeno a las leyendas
para darse cuenta uno de cuan agradable
es ser victima de la belleza y su leyenda. 

martes, 11 de enero de 2011

Mal poema

Este es uno de los peores poemas escritos en 2010. 

CRUCIGRAMA



      1      2   3    4     5      6       7   8   9  10  11  12 13  14
  1 He dicho a todos los amigos que sí que un día iría a verles
  2 he dicho a todos los amigos que sí que un día iría a
  3 he dicho a todos los amigos que sí que un día iría
  4 he dicho a todos los amigos que sí que un día
  5 he dicho a todos los amigos que sí que un
  6 he dicho a todos los amigos que sí que
  7 he dicho a todos los amigos que sí
  8 he dicho a todos los amigos que
  9 he dicho a todos los amigos
10 he dicho a todos los
11 he dicho a todos
12 he dicho a
13 he dicho
14 he

mimosas y glicinias



Muertas las mimosas,
Muertas las mimosas,

caídas ya las flores del almendro,
caídas ya las flores del almendro,

un rastro de lo que fue nieve
un rastro de lo que fue nieve

baja en forma de arroyo,
baja en forma de arroyo,

ligero y suave se desliza ladera abajo.
ligero y suave se desliza ladera abajo.

Ahora van a la deriva
Ahora van a la deriva

marchitas y azuladas glicinias
marchitas y azuladas glicinias

de cenadores y pérgolas caídas
de cenadores y pérgolas caídas

bajo la furiosa tormenta de la tarde.
bajo la furiosa tormenta de la tarde.

Y unos ojos lo contemplan todo
desde un silencio

poema diez

Ando con mi literatura
al borde de mis nervios
y sudo un acantilado
de sueldos y salarios.