domingo, 20 de febrero de 2011

Ventana en busca de Ángeles



Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas
................................................................
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
-Roque Dalton-

Cuando sepas que he muerto da mi nombre a otros
a otras cosas a otros animales
da mi nombre a quien lo quiera
Para qué quiero yo mis once letras
sin un cuerpo que lo lleve le dé forma
lo deforme lo ahorme lo componga
Cuando sepas que he muerto
como un mago ante la magia
di sílabas extrañas
por ejemplo “Verto Samosi hágase otra luz”
o “Samot Orevir ponte a escribir”.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

los poetas a veces solo balbucean extrañas sílabas: "Pallaksch, Pallaksch"

y nunca mueren
.

Tomás Rivero dijo...

Querido anónimo, he intentado traducir la palabra Pallaksch, pero no sé. No sé que quiere decir, unido a que no sé quién eres me hace imposible entender como puedes quererme, si de verdad existes o eres una aparición drakuliana. No me hagas caso: tampoco sé que quiere decir "drakuliana".

Manolo Jiménez dijo...

Todas las cosas, y las personas, tienen/tenemos un nombre y luego el nombre verdadero ( en mi tierra lo llaman motes si es a personas).

Muchos nombres verdaderos son de muertos muy vivos :-)

Abrazos.

Anónimo dijo...

para nada soy una aparición "drakuliana", todavia menos cuando me hallo en espacios de poesía como este
pero al leer el poema que publicas, me nació escribir esas extrañas sílabas...

después de todo, hoy vuelvo a escribir: los poetas nunca mueren

saludos cordiales

belijerez dijo...

Me se muerta, entre días y rutinas, olvidada.

Carmen dijo...

adivina adivinanza...¿qué tiene Celan en la panza?

la fotografía es una preciosidad, me encantaba como cabecera del blog, Ángeles aparecerá seguro

tu poema me gusta pero también me gusta pensar que cada ser vivo quiere tener su nombre propio y no uno prestado de alguien que se quedó sin cuerpo

besos intangibles

Tomás Rivero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Tomás Rivero dijo...

Amigo anónimo, suerte tienes que aquí me dejo acariciar por desconocidos.


HÖLDERLIN, EN LAS REDES DE LA LOCURA, AL CUIDADO DEL CARPINTERO ZIMMER EN TÜBINGEN, REPETÍA CONTINUAMENTE UNA PALABRA ENIGMÁTICA: "PALLAKSCH. PALLAKSCH." ¿QUÉ BALBUCÍA EL POETA LOCO?"


TUBINGA, ENERO
(Traducción de José Ángel Valente)
A la ceguera per
suadidos ojos.
Su –“un
enigma es
manantía pureza”- su
recuerdo de
flotantes hölderlinianas torres en
un vuelo circular de gaviotas.
Visitas de carpinteros ahogados con
estas
sumergidas palabras:
Viniera,
viniera un hombre,
viniera un hombre al mundo, hoy, llevando
la luminosa barba de los
patriarcas: debería,
si de este tiempo
hablase, de-
vería
tan sólo balbucir y balbucir
continua, continua-
mente.
(“Pallaksch, Pallaksch.”)

Paul Celan, Die Niemandsrose (la rosa de nadie), 1963.


Siempre me conmocionó este poema porque comienza hablando de la ceguera y acaba en balbuceo. Un poeta habla de otro poeta. Dos cumbres de la poesía alemana: Hölderlin y Celan. Se cuenta que las últimas palabras de Goethe, en el instante previo a su apagamiento, fueron “más luz”. Más claridad, más visión, más razón. Se cuenta que Hölderlin se volvió loco (demencia paranoide). Los primeros versos abren el poema invocando la ceguera para acabar con unos sonidos inarticulados, sin sentido, sin razón. Se cuenta que Hölderlin durante más de tres décadas de soledad vivó la última etapa de su vida encerrado en una torre en Tubinga, aislado del mundo, inmerso en su locura, a orillas del río Neckar. Se cuenta que un carpintero cuidaba al poeta vidente que podía desde su torre observar el eterno fluir del río. Se cuenta que en sus últimos días no brotaban de su boca más palabras que “Pallaksch, Pallaksch”, un balbuceo sin sentido o tal vez un sentido entre paréntesis, como lo escribe Celan, en suspenso.
Mientras Hegel, que de joven quería ser poeta, explica desde su cátedra en Berlín la completa racionalidad del mundo, Hölderlin, que de joven quería ser filósofo, balbucea en su torre.

PUBLICADO POR METECO DILETANTE



http://pandehumo.blogspot.com

Así como el conocimiento presiente el lenguaje, así el lenguaje se acuerda del conocimiento.
Friedrich Hölderlin


http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/9067645/Nietzsche-por-Monica-Cragnolini-_2_-parte_.html



Amigo Ignaro, inocente en las sombras, anónimo locuaz tras los cartones oportunos del teatrillo de la vida, ese decorado entre bambalinas soeces:
dicho todo esto mejor me quito la máscara. Dijo el poeta. Y también dijo:
todo este esfuerzo tan sólo lo compensa un café. Quedar para poder tocarnos y tomar un café.
Mas no se toca lo que no se sabe. O lo que no es. Ya que tocar lo que no es, es tocar la existencia del otro peligroso: el que nunca deberá o debería citarse con nosotros.

Tomás Rivero dijo...

Amigo Manolo:
Tu afirmación: "Muchos nombres verdaderos son de muertos muy vivos :-), creo que tiene varias lecturas, y no sé si sabrá leer bien.

Un abrazo

Tomás Rivero dijo...

Belijerez:

Yo también.

Pero "Verto Samosi hágase otra luz”
o “Samot Orevir ponte a escribir”, evidentemente son las mismas personas que se mueven entre la luz y la palabra. Para no morir. Para tener relevista. O sustituto.
Un día de estos que me pase por Conil a regar las plantas, te doy un toque y nos damos un abrazo. Para no sentirnos muertos.

Besos

Tomás Rivero dijo...

Carmen:
En esta ocasión me quedo en anagrama. En un Verto Samosi o en un Samot Orevir. Sin cuerpo. Para pasar disimuladamente por entre los barrotes de los recuerdos.

Anónimo dijo...

Me estremezco al oir esas palabras:
"Pallaksch, Pallaksch"
Desde la torre
el fluir del río,
eterno
como la locura.

Es magnífico el poema de Celan y la traducción de Valente.

Soy Selegna, me has llamado y estoy detrás de la ventana...observándote...

Tomás Rivero dijo...

Ya te echaba de menos Selegna. Sigue observando. Me luciré para ti.

Es magnifico Celan, magnifico Valente, magnifico Vallejo, magnifico Ángel Campos,...
Magnifico que nosotros podamos decirlo y defenderlos.

Besos para el vaho.