sábado, 30 de noviembre de 2013

Una lengua bien amachambrada



Aquí los libros se encuadernan con tuercas.
Y se garantiza una lectura de palabras férreas.
Aquí se cose con alambre la hoja de papel
y el pie de página lleva sólidas herraduras.
Todo queda soldado con hierro,
sujeto y bien sujeto.
Nada de verbos con verborrea, ni de adjetivos
que al primer envite se les caiga el calificativo.
Todo está clavado, atornillado, remachado,
para que el pueblo no pierda su lengua.

2 comentarios:

Shandy dijo...

Bueeeenooooo...
La cuestión se presta a confusión palabrera. ¿La ferretería se llama "Librería"?

Es por quitarle hierro al asunto. (Y que no se me oxide la lengua)

Bien, al fin y al cabo los manuales de Bricolaje también son "literatura".

Tomás Rivero dijo...

Yo tenía pensado montar una panadería, metiendo en cada barra o bollo, hogaza o mollete, un saquito de tela con poemas bien dobladitos, y sobre la puerta de entrada un cartel: "Poemas de pan". Sería la única manera de que la poesía tuviera miga, dado el panorama melifluo de bardos y lectores.

Y sí, hasta un manual de bricolaje se le puede llamar literatura, incluso algunos traen instrucciones que rozan la poesía más "realista" o resolutoria.

Aprovecho esta soledad mía o de mí, en estos instantes que nada me acompaña, y los rincones de la casa hablan entre ellos, para mandarte un beso, Shandy.