martes, 15 de marzo de 2011

Fornicaciones

















preciso descansar de este hueso
que oprime mis virtudes
sabes
tú sabes
que fuiste la primera
en ofuscar mi carne
tensarla en un calibre
fácil
atarla a ti con un sarmiento
verde
que arrancaste de mis venas
cuando me puse triste

      *     *     *     

toco tu pelo
su negro esplendor
las llamas del sol
transitando entre el vegetal
carbón de los cabellos
con él druidas y magos trenzaron
una danza de nubes y de velos
que despeinada bailas
como enloqueciendo

10 comentarios:

Sofía Serra dijo...

Madre mía, qué bien cantas, Tomás...

y miras.

Un beso

Rocío dijo...

Suscribo el anterior comentario.

Me ha gustado sobre todo lo de "ofuscar mi carne y tensarla", me parece una imagen perfecta.

Besos.

Tomás Rivero dijo...

Permaneceré mudo y no diré de dónde vinieron estas canciones.
Ni el lugar al que miré detenidamente. Durante toda mi vida.
Un beso Sofía.

Tomás Rivero dijo...

¿Es una imagen perfecta en un calibre fácil?
Sí, es una bonita imagen.
Gracias Rocío

Tomás Rivero dijo...

Cuídame el geraneo, dríada. Este de invierno es casi un árbol. Todo el año me da flores. Está loco. Vivir con un poeta es lo que tiene, que o eres geraneo o eres poeta: pero tienes que dar flores.
Está foto se la hice hace 20 días. Tiene otras cuatro como esta, y dos más a punto.
Un beso Carmen.

Sofía Serra dijo...

Pues me dejas con la intriga, yo que ni me lo había planteado, y yo con una intriga me muero, como los geranios cuando les entra la polilla...me piiicas, remueves, pelargonium...:)
;)

Tomás Rivero dijo...

Sofía las intrigas se solucionan esperando. Algunas mejor que no se solucionen nunca, así puede uno-a seguir soñando, inventando. Creerse el otro.

No te piques, es un deporte feo, se compite, se compara...
Un beso.

Sofía Serra dijo...

Querido Tomás, soy experta en esperar, subrayado además, sin exageraciones ni desmedida, y sin falsas modestias, demás está que diga esto último.
No te había leído éste. Todos los que odiamos la competición no encajamos en este mundo, ni en éste ni en ninguno. Tenemos el nuestro. Este es el mal llamado ego narcisus. los que avanzan un poco más se dan cuenta de que ese mundo particular no es más que el mismo en todos, ergo, sólo existe uno, donde la competición no es necesaria por pura consecuencia ontológica de su misma naturaleza.
En cuanto a lo de picar, me refería a otra picazón, la que me mueve a indagar, a intentar conocer mejor. Unos lo llaman curiosidad. Yo lo llamo ser ser humano.

Tomás Rivero dijo...

Me extrañó que no respondieras.
Pero ahora soy yo el que callo.
Yo lo llamo distancia.

Sofía Serra dijo...

Entendido, Tomás.