jueves, 29 de diciembre de 2011

Amantes

En un vaso de agua cabe el cristal de todo el universo.
En las noches de primavera brotan plantas
que nunca han visto nuestros ojos.
Si las tocas con los bordes más azules del cerebro
la sabia de esas plantas correrá por tus venas,
floreciendo en tu corazón
esa idea inexacta y confusa
del amor.                     
Lo hermoso de esa idea es no poder tocar
a otros amantes que como tú o como yo
pueblan la tierra o miran otras flores.
Se abrazan se entregan como tú, como yo,
que ocultos en la distancia,
nos hacemos eternos.


2 comentarios:

Shandy dijo...

Los instantes de eternidad se encierran en la comunión de los amantes, en el misterio de lo inaprensible, de lo que tocas con "los bordes azules del cerebro", de aquello que sólo puedes percibir o intuir con otros sentidos que aún no tienen nombre. Y qué paradoja, la eternidad en la fugacidad, en la ausencia del ser siendo, tal vez más que nunca... El peso de la levedad...

Tomás Rivero dijo...

Shandy, ¿cuándo vas a actualizar tu blog con algún poema tuyo? Creo que tus comentarios son casi poemas, tan sólo te tienes que aplicar un poquito.

Ese.. "ser siendo.." que nombras lo uso mucho en mi poesía.

Besos.