jueves, 1 de marzo de 2012

Cuerpos abandonados

Como tu ropa quitándose
el cuerpo que soporta,
descansando de tu carne
sobre sillas o camas o sofás;
también la ciudad
al despojarse de ti
reúne millones de alcobas,
dónde a solas comprendes
que hay otras ropas
iguales a las tuyas
deslizándose en silencio
hasta armarios oscuros
hasta perchas de abrazos inhumanos.
A solas no eres otra.
A solas permaneces.
Y hay un rito en los grifos
que gotean la noche.

2 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

Es precioso, Tomás, como la triste conciencia de ser. El final no puede ser mejor.

Un besso.

Tomás Rivero dijo...

Ante la abundancia de soledad, o falta de comentarios, pensé que era un poema regular.
Pero yo no estaba de acuerdo.
En fin..

Besos, Paloma.