domingo, 21 de diciembre de 2014

Citas desinteresadas: Rosalía de Castro

O tempo pasóu rápido; a centela
tal vez máis lentamente o espaso inmenso

atravesa ó caer, que eles, os anos,
pra min correron en batallas rudas...
¡Mais correron por fin... i o día chega!...
Dáme os teus bicos i os teus brazos ábreme
aquí onde o río, na espesura fresca...
A ninguén digas ónde estóu...; con frores
das que eu quería a delatora mancha
crube... e que nunca co meu corpo acerten
profanas mans para levarme lex
os...
¡Quero quedar onde os meus dores foron!



Breve universo para una noche de bailes

Allá se ven iguales medusas y otras algas,
acá anémonas iguales
que espinas tristes vieron
murciélagos sordos
que nadaron en el aire.

El plancton y los recuerdos
mezclándose a la par
se recombinan
se hacen distintos,
forman nubes que a la vez son magmas
de una sombra espesa que obligada
por la luz, por la lluvia obligada,
por la voz oprimida, se hizo eco,
a solas,
a solas algo se oyó en la niebla,
la voz se hizo voz, la voz,
la inconsume, incombustible, ardiendo,
la inacabada niebla
que arremete, entra y sale de tugurios,
en un vómito de noches,
de bares y de bocas de metros.

Y monocorde y errante
el hombre,
sediento de nalgas y caimanes
se abraza a una sospecha,
besa a un jíbaro que vende iguanas,
se consuela disperso,
aplaude a una pareja de esqueletos
que bailan en la cálida noche
con brío de tristeza,
a ritmo de cajones y tantanes.

Y después nada ni nadie
va a disponer por ellos qué manteles
qué vasos, qué sillas a su mesa.
La cena, la cena,
la sirven en dos lágrimas,
en dos cuencos de risas,
la cena que con ellos cena.

Abajo
continúa la calle.
Persiste iluminada.
Bajo farolas de caimanes bailan tango
una pareja de monos amaestrados
de aquellos que Fafka previamente
informó con decencia a la academia.

Y el nombre insiste
que no quiere
dejar
de ser
eterno.

Y en el mar
se recombinan se abrazan
medusas y otras algas
y todo se hace espeso.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Mar

Como me gusta el mar
me gusta la sal
o como la sal tiene agua
bebo mar
y así en mis venas cansadas
se aglutinan los grumos
de un espeso sentido de las aguas
donde flota dentro de mi
la eternidad de las cosas que no puedo
navegar
y así fue
como un día
aparecí ahogado en una playa
junto a los restos
de un barco
que vino a rescatarme.

Yo fui un madero
mascaron de proa
en la noche marina.




martes, 16 de diciembre de 2014

La soledad de las chaquetas

A que das en la cruz, Tomás,
a que das en el quid crucificado
sobre el yunque,
como un martinete desgarrado,
los bronces de arenas calientes,
el hierro forjándose;
¿dónde estás Tomás
a qué golpe se debe,
a qué sorbo se bebe
tu poema?

A que das en el pie que sujeta al árbol,
Tomás,
y caen redondas las hojas
como de un abril que brota
de tantos otoños como te tocó vivir
lamiendo el tronco de los árboles.

A que das en la tilde y se cae la palabra
y te echan de la percha
donde tu chaqueta inerte,
donde tu tela de pan
con sus bolsillos de aire,
tu chaqueta que estuvo colgada
lacia o laxa o seriamente muda,
en silencio,
durante años prendida
esperando a ser usada,
compartida,
comprendida;
a que te quitan la chaqueta
Tomás,
tus mangas vacías
de hombre que una vez
una sola y única vez,
se perdió para siempre.

Yo era un hombre que bebía rocío
pues mi sed provenía de la piedra
y la savia dolorosa de algún árbol.


jueves, 11 de diciembre de 2014

El origen de mis manos

Anoche me dormí con el sexo de mi mujer
entre las manos,
anoche recapacité del origen
antiguo y ancestral de mis dedos
mientras acariciaba el vello túrgido
de cuando mis uñas escarbaban
en la tierra para extraer insectos,
un olor a sexo atrapado
por un tiempo de semen o sementeras
de viejos arados
que abrieron surcos,
levantaron la carne más bella
de la tierra.
Hoy cuento las semillas
de una tribu atávica
que como yo,
por las noches siembra el mundo.

martes, 9 de diciembre de 2014

Ese hombre

Ese hombre que ahora se repara ante el espejo,
al instante siguiente se resquebraja en el azogue.

Su mano, nerviosa, aparta del cristal
una húmeda y sedosa nube
que dejó una pátina de vaho
en su extrañada mirada.

Ese hombre empieza a preguntarse
quién habita en los desiertos
que de esa manera tan extraña
ha comenzado a acariciarle.

Él que era seca costra en el barro
pana rozada por un tiempo de espera.


Higo

Higo sorprendido en el instante que expele un "viento-poema",
o también de como un chemtrails aterriza (higueriza) en el alma
de un higo: nunca un higo supo despegar de su higuera nodriza.




viernes, 5 de diciembre de 2014

Frío

Pesadumbre de mí, mis brazos
torpes, de alas plegadas,
mis dedos enredados en zarzas,
huelen a luna y eucaliptus.


Pesadumbre de mí, mis brazos
torpes, de alas plegadas,
mis dedos enredados en zarzas,
huelen a luna y eucaliptus.

Repito dos veces
estos cuatro versos
para que tu lengua
desenrede este frío
que no me pertenece
y mi carne aflore en ti,
cálida,
templada,
limpia y desnuda
como una rosa de sangre
que va tejiendo zarzas
y espinos blancos en tu pelo
y en mi piel.


martes, 2 de diciembre de 2014

El sentido trágico de la vida

Leo a César Vallejo
en tarde ociosas de caramelos de menta,
y cuando todo parece estar perdido
me arranco la piel con Pablo De Rokha,
que le añade aguardiente de orujo
a la palabra lengua
y paladar a la pólvora quemada.

Y me voy salvando de la vida.

Me salva una edad provecta
de cuando el hombre conocía
la palabra generosidad,
el sudor de la  bondad
y el motivo de las cosas.

¡Ah! y si cierro los ojos,
mi compañera se acerca despacito
y me besa los párpados
a la vez que recita unos versos de Lois Pereiro:
"...e as veas convertidas
en túneles de acougo e perigo
sulagan o corpo en mil soños
cando a lene escuma da sombra
anuncia as visións
que presinto."

Y así puedo resumir mi sentido trágico de la vida.


El jabón de la noche

Buenos días Babel,
las aguas bajan mansas
en la ciudad de las lenguas,
se desnudan en sus orillas las mujeres
y lavan sus enaguas de lino
con el jabón de la noche.

Amaneces Babel,
un dátil de oro se eleva manso
y deja atrás la noche caoba del oasis.
Una palmera de plata
va hundiéndose lenta
en la arena roja y malva del desierto.

Entre nubes de ceniza
de hogueras que se apagan
hay un nuevo amanecer
donde toda palabra va olvidándose,
residuo de una lengua
que ahora aprenden los lagartos.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Másturbo

Para combatir el aburrimiento de una sociedad
en decadencia
me masturbo como si fuese un hombre importante
que trasciende la vida
la vida que me concedió el placer de poder disfrutar
de las pulsiones sistémicas de Onan
con una pulcritud de pañuelo de seda
que se hace depositario de mi semen
tras esta lenta y paciente caricia
que va dejando envuelta en hilos
pétalos de mi genética
un poco de ignorancia
mi perfil de enfermedades
el color de mi pelo y la forma extraña
que tengo de señalar con los ojos
los pájaros que huyen poco a poco de mi frío.

Hecho pulcra mortaja de relajado placer
vivo en una sociedad libre
que me permite poder contar
todos los momentos de soledad
por los que pasa mi vida
y recibir a cambio un abrumador
aplauso de envidias
por saber contarlo
sin morir en el quicio frontal
de un disparo de semen.

Abatido como un alce
pero con el falo aún vivo
bramo y recuerdo
mientras voy durmiéndome de placer
cuando era un niño con los ojos abiertos
por la sorpresa
de llevar dentro de mí a un hombre.



Inicio del poema

Escribía con lápiz de grafito
de afilada punta
aguzada al filo azul de la navaja
y borraba los errores del carbón
con miga de pan
sacada de una hogaza de hambre
algo de tristeza y hasta un poco
de nostalgia
al comprobar cada día
que no tener era una forma
incluso una fórmula
casi matemática
de estar en la vida.

Un poco más allá
comenzaron los desiertos.


martes, 25 de noviembre de 2014

Skip James Sickbed Blues

Paraíso

Si consigues que una calle solitaria húmeda y oscura
tenga el sabor
de un cuchillada en las venas,
las mismas que usas para atar la vida,
y los pocos pájaros de la noche
se bañan en alcohol y vómitos,
si consigues
que tu boca ególatra y llena de sevicia
y calamidad
sea besada,
entonces pon un blues en tu solapa alegre
como una fruta ácida recién cogida del paraíso,
ahora que adan y eva han dejado las llaves olvidadas;
si consigue todo eso
pon tu mano de escribir poemas
a macerar en una pócima de harina lejía
y vino peleón,
lee un verso lentamente
con el ojo que te queda para mirar
cómo la persona amada te abandona para siempre
incapaz de soportar
este delirio en el que te mueves
cada día
como un soltero anacoreta
tuerto y malquerido
que no supo entender la puta vida.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Navaja

Abro la navaja y avanzo.
La noche es un plato de agua limpia
y en medio de un líquido negro
dibujo con la punta del acero
una sombra que se inclina
sobre la tierra
y clava
cava con ahínco
hasta que fluye la sangre
de un barro nocturno
que amaso entre los dedos.
Escribo con ellos
sobre el agua del plato:
“No quiero estar solo”.
Y marco
una cruz sobre mi pecho de piedra
que ayer sostuvo tu cuerpo
y tu saliva.
Avanzo con una navaja entre las manos
tengo miedo de mí
todo en el aire es violento
no hay nada que me haga un héroe
nada por lo que morir
y vivo de este miedo
sosegado
como una palma roja al borde
exacto de mis arenas.
Avanzo con un plato de agua negra
y un fuego encendido entre los dedos.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

R.L. Burnside

Ya queda poco para las doce. En un par de horas estaremos en otro día. Tan insignificante como este. Siempre queda poco para las doce. La hora de un blues que siempre está en nosotros, dentro. Este es dulce. Burnside, nació en el Mississippi. Y aparte de blues, hizo hombres y mujeres: 13 hijos, 35 nietos y 32 bisnietos. Nació el 23 de noviembre de 1926. Murió a los 78 años. Trabajó toda su vida en el campo. Mató a un hombre: hizo blues. Blues eléctrico con guitarra y slide. Aprendió música de su vecino Fred McDowell, otro bluesman. No como los poetas de hoy que aprenden poesía ellos solos, o solitos, que es peor. Y nunca matan a nadie, aunque sea con un poema. Ya no hay vergüenza ni maestros. Blues.