jueves, 21 de abril de 2011

itinerarios

1

Aún te miro. Anoche me quedé un largo rato mirándote
mientras dormías.
¿Era ternura porque aún te quiero?
Pasan las noches demasiado rápidas,
los días no pasan.
Fui a la cocina y me puse una copa.
Y ya no quise mirarte más.
La ternura con el alcohol se fue calmando.
Una soleada tersura fue creciendo por dentro.

2

¿Qué hace un hombre con el corazón roto?
¿Pegarlo? ¿Conseguir uno nuevo?
¿Llorar angustiado? ¿Pedir socorro?
Limpiar la sangre con higiénico esmero,
hacer coincidir los grumosos coágulos
con copos de nieve reumáticos y serios.
Tener un caballo siempre dispuesto
para la pradera que puso Kafka.

4 comentarios:

Lucía Robles dijo...

Seguir amando hasta que todo se destruya o salir corriendo. Por mucho que se limpie la sangre, siempre deja rastro.

Besos.

@jorjowski dijo...

certeros, sencillos y cercanos, como siempre Don Tomás.

Tomás Rivero dijo...

Algunos poetas tienen Don. Yo nunca lo tendré.
Un abrazo Jorge.

Tomás Rivero dijo...

Nunca voy a pronunciarme sobre qué es mejor para el amor. Toda solución es válida. Y todo error también.
Un rastro de sangre siempre deja el paso de algo que sucedió. Esa huella que tienen que seguir otros amantes. Para saber. Para saber amar mejor.

Besos Lucía.