domingo, 2 de septiembre de 2012

Estoy cansado como un fardo o melancólico como un pleito

Estoy cansado como un fardo o melancólico como un pleito
estoy a solas conmigo y ya soy multitud.
Cansado como un viejo lagarto
inmóvil al tibio sol de invierno.

Entre el perineo y las mejillas no encuentro
la honradez geográfica de las regiones
ni la moral secreta de los poros o los álamos.
No encuentro el patio de pétalos de cera
ni el cero en llamas de pábilos candiles
ni el arma vertical de embelesados obreros
que van dejando en su caída mortal
el arañazo rojo de fósforo y cemento
en el andamio personal de sus ojeras.

No encuentro el clavicordio neumático
amortiguador de lánguidas emociones.
No encuentro la lengua sedienta de templada miel
o la palabra sin espinos de ese abrojo del llanto
la sal divina que maná del cielo aceitó nuestras bocas.

Entre tu bífida lengua y mi boca mutilada
no encuentro las claves del veneno
y tomada de ti tu carne como un principio
no encuentro una ley una norma un viejo tratado
que hable de el cómo de un beso.
Y ante la palabra de un dios callado
me he sentado a mirar en tus rodillas
la belleza otoñal de tus piernas.

10 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

Tiembla el poema de belleza. Hermosa tu fatiga.

Beso, poeta.

JosepMª dijo...

También estoy cansado.
Es duro vivir cada dia.

He leido
tu poema del 27 de Agosto.
Y los comentarios.

He escuchado
el blues del 30 de Agosto.
He deletreado tus palabras.
Sabes escribir.
Profundo.
Y duro.

Miro.
Pienso.
Veo nombres conocidos.
Y, todo, me deja un sabor amargo.

Soy viejo, Tomás.
Y perdedor.
Lo único que me consuela
es encontrar
alguien
que me necesite.
Aunque sea un momento.
Aunque sea poco.

No tengo
ni mínima intención
de molestarte.
Si me atrevo a escribirte
es porque he sentido,
en tus mensajes,
como respirado,
mucho dolor.

Un abrazo.

Tomás Rivero dijo...

Que la fatiga sea bella, es una larga "reivindicación" de la fatiga. La pobre fatiga siempre cansada sin derecho a un ratito de belleza.
Este poeta con ratos de belleza, no se fatiga tanto.

Un beso, Paloma.

Tomás Rivero dijo...

Josep, no creas que me alimento del dolor. No, ni siquiera pensé sacar rédito de él.

Firmo tu comentario y te abrazo.

Shandy dijo...

Un buen poema y hermoso, aunque el poeta esté cansado y melancólico.
Poeta, Tomás Rivero, los poetas nunca están del todo solos,les acompaña un dios mudo y bello al que arrancan el verbo doliente o feliz. Y también les protege la belleza, trágica o gozosa, de su mirada.

Un abrazo fuerte
Y un beso para tu mirada

Tomás Rivero dijo...

Desde el cansancio siempre se ven las cosas como algo que muere blandamente: esa obligación que tenemos todos de morir. Pasar, ofreciendo la resistencia de las flores bajo la lluvia.

Tu dios mudo y bello me acompaña y tu belleza me protege.

Un beso, Shandy.

leolo dijo...

Frente al desconcierto que avanza y amenaza con su nada y sus ceros, la contemplación de un cuerpo es una garantía de pervivencia, tal vez la mejor.
Y el poema es para leerlo 3 veces de lo bueno, o 7 cuando uno se pone razonablemente triste.
A sus pies por sus manos, poeta.

Tomás Rivero dijo...

Eloy, me gustó tu razonable tristeza determinada por siete lecturas. Sonrío.
Ya sabes que tres lecturas dan para mucho. Agradezco de corazón las otras cuatro que puedo compartir contigo si tú y yo nos ponemos tristes.

Un fuerte abrazo, Eloy.

Anónimo dijo...

Y a mi me faltan palabras ante semejante belleza.

Saludos

Tomás Rivero dijo...

Gracias por tu comentario calmA, un saludo y bienvenida a estos folios que van grapándose.