viernes, 16 de noviembre de 2012

Oficio

Arriba y abajo siguiendo mis pasos
o pisando mis huellas
calcé definitivamente
el pie que me acompaña
e hice mi obra con altiva paciencia
rastreando cual apache
los cascos heráldicos de Kafka
por ejemplo
u otros por ejemplos
como De Rokha y muchos más
alguno más llegó hasta mi cuerpo
que respiró la libertad con agallas de anfibio,
o con bífida lengua.

Y soporté hermético y soberbio
al poema caído en medio de mi frente,
que doblegado, abatido, impávido,
gravitó dulce y amargo,
fue reptando como una serpentina animal,
como una hiedra eterna y duradera;
por todas mis tripas y mis hernias
fue dejando zarpazos de una gravedad
próxima al herido de guerra y su dolor hospitalario.

El poema felino, con enérgico vigor, me ha sometido
durante años. Obligado a pergeñar las heridas a los versos
o la letra a la palabra, he ido atando con hilos de sangre
el amor o la vida, el odio o la muerte,
añadiendo cabo al cabo, zurciendo y repasando
o corrigiendo sus afilados bordes,
así hasta vencerle un poco,
el poco de los genios o de los elfos o de los magos,
la brizna
del que somete a esclavo el remiendo literal,
a plancha el patrón tipográfico,
a magistral borrador elegías y loas.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos poetas hubo entre ellos con bífida lengua (y resultados excelentes tuvieron, Góngora, Lope).

Otros no tienen oficio, son ofidios.

Tomás Rivero dijo...

Estoy de anónimos hasta el moño. Y todo para llamarme serpiente, como si eso no se pudiera decir una vez muerto el asesino Franco, dando la franca cara.

Góngora, Quevedo, Lope... ¡Qué altura! menos vuelos para mi lengua pretendo yo. Quédeme en culebra y con eso me vale. Ente el ofidio y el oficio ando siempre como puta por rastrojos. ¡Leches con la poesía! ¡Mucha poesía pero pocas tías!

Ofidio por tanto. Pobres animalicos:

Los ofidios son un orden de reptiles saurios de la subclase de los diápsidos, sin patas y sin esqueleto escapular o humeral; carecen de esternón y del paladar, tienen movimientos libres, que permiten al animal abrir desmesuradamente la boca, para engullir enteras a sus víctimas, que luego digiere.

El cuerpo es alargado y está revertido de piel escamosa.

Sólo poseen oído interno, la lengua es bífida y los párpados están soldados y son transparentes, a lo que deben la fijeza de su mirada.

El pulmón izquierdo está reducido; poseen dientes cónicos y finos, algunos de los cuales están acanalados o poseen un conducto interior para expulsar el veneno segregado por dos glándulas situadas a los lados de la cabeza, y que inyectan al morder.

Debido a la forma de ingerir sus presas, la deglución y la digestión son relativamente lentas.

Hay unas 2.000 especies, en su mayor parte propias de los mares tropicales y subtropicales; las de los países templados sufren un entumecimiento invernal.

Se agrupan en una veintena de familias, de las que las más importantes son las de los vipéridos, crotálidos, elápidos, boidos, pitónidos y colúbridos.

Se agrupan con los saurios y otros en el superorden de los lepidosaurios, saurofidios, escamosos o plagiotremas. Algunos zoólogos consideran a éstos como orden, y a los ofidios como uno de sus subórdenes.

Oye, y te dejo anónimo porque sé quien eres. Pero no abuses. Ya se murió Franco, sal del armario. Vergüenza chico, a estas alturas tener que ser anónimo para decir "ofidio". No me jodas. Además que mucha gente ni sabe lo que es. Yo pensé al principio que era un oficio con filo que dio...en el clavo, por ejemplo.

Me cago en Bretón.

Shandy dijo...

Pues a mí no me disgusta este "Ofidio". No se repta mal por él:
el poema serpentea bastante bien, a pesar de la descripción exhaustiva que se hace del "Oficio" y de las abundantes enumeraciones.
Rivero, cierto que he leído poemas que me han gustado más y que confirman su buen Oficio de poeta.

Besos ofidiales (u oficiales). Y que usted lo repte bien!

Tomás Rivero dijo...

Ofídico: estado morboso provocado por la mordedura de un ofidio.

Oficio: Cuando sabes que te va a morder el ofidio y te marchas al cine.

Reptar: Cuando la película no te dice nada y ella te desabrocha la camisa porque tiene calor. Ella.

Besos ofidiales: cuando apagas la luz y con los ojos abiertos tan sólo existen ellos.

Un beso venenosamente dulce, Shandy. Y que Drácula nos filme.