viernes, 21 de febrero de 2014

El silencio más blanco de la noche

Ya finalizo este libro perfectamente lascivo
hecho con trueques y revoques
repleto y fascinante
que empecé un día que ya no estaba tierno
un día que no tiene memoria
en el recuerdo fatigado de la noche
en las sombras histéricas de la vida
donde la historia y el hombre se degüellan.

Recuerdo sin amargura
lívido o gris
casi sin dolor de muelas
casi sin muleta coja
los nombres de ellas y de ellos
aquellas amantes y amigos fascinados
por un clima de rotunda felicidad:
eramos seres importantes
casi a veces imponentes
abrazados al tajo y la soberbia.

Nunca fueron peligrosos los atajos
que recorrimos juntos
caminamos sorteando la niebla
alguna noche oscura
y los palpables obstáculos de la carne.
Eramos seres inmortales.

Y todos nos fuimos
con cierta locura o buscando algún remedio
al silencio más blanco de la noche.
A este olvido de grapas sujetando
la armonía azul de la memoria.



13 comentarios:

José H. Martos dijo...

Y nos fuimos de uno en uno o por parejas obtusas a otros parajes menos dolorosos, buscando la libertad y la felicidad que sólo están de paso en el camino y un día han desaparecido sin apenas darte cuenta que tu ojo crítico se había cegado años antes, en medio de la estepa, a sol batiente.

Tomás Rivero dijo...

Yo creo, Jose, que nuestro ojo crítico estaba bastante afinado, pero ¡coño! nos la jugamos luchando contra los revisionistas que eran más y nos tenían rodeados. Pero a nosotros nos sirvió para tener cotas de libertad como poca gente la puede tener hoy.

Nos queda cierta tristeza de todo aquello y un poso bueno: fuimos nobles. Aunque procuro no idealizar, pero reconoce que fue bonito mientras duró.

Salud!

María Socorro Luis dijo...

Claro que sí, Tomás; esas cotas de libertad que nada ni nadie puede arrebatarnos...

Abrazolibrelarguísimo.

Tomás Rivero dijo...

Así es, Soco. Todo aquello quedó dentro muy dentro. Demasiado individual, para mi gusto. Pero...Fue el resultado de un tiempo de aprendizajes.

Un beso, Soco.

Shandy dijo...

Vaya foto más bonita! Inmortales y hermosos... Todo un documento generacional.


La foto y la lectura de tu poema me ha llevado a dos poemas de Javier Salvago que aquí dejo

Blues del viejo uniforme

El viejo jean, las botas,
la chaqueta de pana, la ilusión..., viejo uniforme
que cubría del frío de otro invierno
la integridad en un corazón más joven.
Ya no dice lo mismo, aunque lo siga colgando de una percha cada noche, como un hombre de Lee que se resiste a entender que ganó la guerra del Norte.

La lucha por la vida

Presiento que no soy el mejor yo
de todos los que quise ser y he sido.
He conocido otros más hermosos,
mejor amantes y mejor vividos.
-Todos, sin excepción, mucho mas jóvenes, prometedores y atractivos-.

No soy el mejor yo.
Pero, al menos, aguanto y sobrevivo.
Los demás, con sus sueños
-cansados, derrotados, aburridos-,
fueron cayendo
uno tras otro en el camino.


Tomás Rivero dijo...

La foto es una pasada de hermosa. Los muchachos, también. A algunos les sigo todavía la pista.

Así que entre el poema que ilustra la foto, y los poemas de J. Salvago, que añaden ilustración a tu comentario, nos encontramos con unos tipos "victimas" de una transición política que sufrimos con una dignidad bastante heroica. Lo bueno es que en mi "círculo" no hubo muchas bajas, (un suicida y algunos derrames mentales y del corazón)la mayoría nos hemos quedado poetas, unos con comillas y otros sin ellas. Con una mirada bondadosa de la vida.

No sé si conoces toda la poesía de Salvago, pero yo también te dejo un poema que he encontrado en la red:

Variaciones sobre un viejo tópico

Los violines de Verlaine.
Los soñados caminos de la tarde, de don Antonio.
Un viejo olor a campo.
Un viejo olor a lápices y a cuadernos.
El cielo gris.
El viento entre los árboles.
La caricia de las primeras lluvias.
La tristeza sin causa.
La soledad sonora.
La noche, cada vez más oscura Y más larga.
Un cigarrillo que de pronto te sabe al primer cigarrillo.
Una antigua canción que te devuelve tus quince años.
Toda tu vida en imágenes, que acuden atropelladamente
como una película mal montada...

Ha llegado el otoño.

Besos, Shandy.

Bipolar dijo...

Tuvimos las cotas de libertad que nos ganamos luchando, tuvimos y tenemos la experiencia de vida, que da poner en practica los sueños.

Repito!, somos hermosos, pero no vencidos, o al menos así me siento yo.

Un abrazo, Tomás.

Bipolar dijo...

Se me olvidaba, aquel tiempo no fue bonito,¡¡¡FUE COJONUDO!!!.

Otro abrazo.

Tomás Rivero dijo...

Firmo y sello la presente y todas tus palabras. Estamos aquí y somos unos putos poetas. Tarras y románticos. Y cojonudos.
Por cierto, la chicas que aparecen en la foto, si que eran una tías cojonudas. Con perdón.

Abrazo, bipolar.

IA dijo...

sA.. lUD, CAMARADAS, me alegro de veros y de verme, COJONUDOS, mas libres que el dios de los cristianos para crear nuestro mundo, nos trasformamos nos mudamos, hicimos hijos, unos de un tipo otros de otro. que tiempos vivimos, fué un placer haberos conocido, no hubo régimen que pudiera con nosotros, les ganamos todas las partidas, pero no la guerra... ahí seguimos. VENCEREMOS

Tomás Rivero dijo...

Un saludo, rezagado, que eres un rezagado.

Buenos tiempos. Buenos años.

Seguimos, sin duda seguimos. ¿Sería posible un reencuentro con los personajes de la foto y alguno más?

Salud, Iñaqui.

IA dijo...

Sería posible, pero hay falta de contacto con Diego y Julia, mi hermana Elena tampoco les tiene contactados... Veremos este verano....

TOMÁS RIVERO dijo...

Una reunión de viejos dinosaurios, tremendo. Un abrazo, Iñaqui.