miércoles, 7 de marzo de 2018

Involuntario

Sabedlo: hay posturas imposibles,
como la de ese brazo diestro
que hoy se levanta indisciplinado
y se queda holgazán y remolón
al sentido obligatorio de las cosas.

Y ya no vive en ti con la costumbre
que al gesto se deba,
en una coordinación articulada
de movimientos siempre a favor
de que el vaso de agua
no se derrame en contra de los días
maravillosamente harmónicos y equilibrados.

Y el brazo se hace más libre que tú,
se independiza de ti,
y sus movimientos corresponden
a un ánimo que nunca compartiste.
Y es él, tu brazo, que ahora se dispone
a cargar la pistola y sonríe porque observa en ti
un temblor, evidentemente involuntario.

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