Tu vienes de un latido extraño
como de una lengua extranjera
tu vienes a este sereno hombre
que no dispone de nido para ti
ni tiene paciencia para cantarte
a la salida del sol.
Tú vienes hasta aquí
con puntuales alas de corcho
y traes en tu vuelo
un año más de cifras inexactas
que caen dobladas del tierno
calendario azul de las estaciones.
Y aunque no sea aún primavera
y tú confundida te quedes
como siempre acurrucada junto a mí.
Pájaro sin primavera.
2 comentarios:
Dices no tener paciencia para cantarla, ¿qué acabas de hacer maravillosamente?
Abrazos.
Acabo de crear un traspiés entre dos estrellas, que dijera el peruano Vallejo. Ese bucle, o también paradoja, que hace que la belleza se nombre a sí misma, si yo la señalo. Y si tú la ves, amigo Manolo.
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