miércoles, 21 de marzo de 2012

Rincón andaluz / Homenaje a la anea

8 comentarios:

Ventana indiscreta dijo...

A mí me da que esa motillo lleva bastante tiempo pará. Se nota por varios motivos: herbáceos y óxido en el tubo de escape.

De la silla me callo, que hable Tempero que a el le lleva pintando durante tiempo.

Un beso, polvorín.

Tomás Rivero dijo...

Me gusta polvorín. La próxima vez por favor balilla. También me gusta.

Paso por el lugar muy a menudo y puedo asegurar que moto y silla llevan juntitas, una buena temporada.

Suele ser parte del carácter andaluz: si están ahí por algo será.

Un beso, entrañable.

Tempero dijo...

Sigamos homenajeando a ese material tan noble como es la hoja de la espadaña. Y que el culo se adhiera al asiento para darse uno un homenaje con alguien querido.

¿Para cuándo un nuevo homenaje, Tomás?

Aberazos desde mi silla.

Anónimo dijo...

Nada comprendí aquella tarde de otoño.
Del árbol recogiste la luz con tus manos y me ofreciste una cesta llena de soles.
Nada comprendí entonces de tan luminosa declaración.
Tampoco entendiste tú, cuando a la boca llevabas la frutal lujuria elaborada a fuego lento por mis manos, que masticabas mi dulce desconsuelo.

Tomás Rivero dijo...

Cada vez menos espadañas, cada vez menos manos trenzando esos asientos, cada vez menos sillas para asentar el culo y cada vez menos tiempo para sentarse a hablar. Esto es horrible, Manuel.

Un día de homenaje nos vendría bien.

Aberazos.

Tomás Rivero dijo...

Anónim@ que en la sombras vives, dime ya quién eres y tendrás lo tuyo.

Pregunto: ¿Y todo esto nos pasó cuando éramos niños o fue esta mañana a la hora del café?
Acojona no ser anónimo para poder decir esto con nombres y apellidos, ¿a que sí?

Venga.

Shandy dijo...

Rivero, decir que me produce sorpresa ver en esta entrada tuya un texto de mi autoría robado de mi blog.

http://sinpermisodetucaranilicenciadeustedes.blogspot.com.es/2010/10/corazones-de-membrillo.html

Desde luego el Anónimo tiene buen gusto por elegir ese texto. A mí me gusta mucho. Pero mi no comprender por qué lo ha dejado aquí, por qué se esconde tras un anónimo y porqué no cita a la autora.

Aclarado esto, decir que el rincón andaluz es una solana que luce cierto abandono con gracia, y la mirada del poeta supo verla. No desagradaría este rincón a un pintor.

Un beso

Tomás Rivero dijo...

Los anónimos últimamente tienen doble personalidad. Se desdoblan y se pliegan. Se disfrazan y se abrazan. Incluso comuelgan y comulgan. Y se abalanzan. Y si nadie los ve, se desnudan, se amenazan. Y hasta llegan a quererse.

Creo que estoy dispuesto a negociar con el pintor, la gracia de esa solana.

Un beso, rebelde.