jueves, 17 de mayo de 2012

Patio

Nuestra casa olía a orégano, cera derretida
y pólvora.
-Vladimir Holan-

Mi casa olía a orégano y membrillos
a carburo y migas, a ajos,
a queso portugués;
mi casa olía a jabón de sosa,
a colada y a cántaro de barro,
a agua fresca, a poleo, a gazpacho.
Mi casa olía a teja vana, a frío,
a sabañones, a tos ferina;
mi casa olía a invierno,
pero sobre todo olía a verano;
a pelargonio y a higuera, a corcho.
A bolero, a “...están clavadas tres cruces”.
Mi casa olía a sopa de tomate,
a aceitunas machacadas.
Olía a cierta soledad de cortinas
echadas. A celindas.
Un día mi padre cortó el lilo
que perfumaba el patio.


9 comentarios:

Eva R. Picazo dijo...

Este poema es un poema boomerang!

me gusta cuando lo leo por primera vez, y me voy un tiempo y al volver me gusta más ... cada vez

un beso Tomás

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Desenvuelto y mordaz llevas al que te lee hasta el final...enhorabuena por tu blog

María Socorro Luis dijo...

Me gustó y me vuelve a gustar.

Es de esos poemas que haces tuyos, cambiando solo unas cuantas palabras.

Gabon, Tomás. Ta muxus.

Tomás Rivero dijo...

Un día de estos me convierto en poeta
boomerang para regresar sobre mis pasos. Seguro que mejoran mis poemas.

Gracias por tus palabras, Eva. Un beso.

Tomás Rivero dijo...

Bien venido a estos "folios grapados", amigo Azpeitia.

Un abrazo.

Tomás Rivero dijo...

Efectivamente, Soco, algunos poemas los hacemos nuestros con tan sólo añadir un par de versos. Otras con evocar un recuerdo, y el poema ya nos pertenece.

Un beso.

VICTOR VERGARA dijo...

Un listado (o relación de objetos) que nos lleva a un patio -andaluz- y a otro tiempo.
Gusta, es cierto, rescata recuerdos.

Amigo, qué lejos y definitivamente eliminados quedaron los patios, concurrencia de vida vecinal, como zaguanes, casa-puertas... En realidad, lo que ha desaparecido es la vida vecinal, arrastrando consigo a todos estos buenos lugares.

TOMÁS RIVERO dijo...

Pues sí, Victor, era la vida de las pequeñas ciudades o pueblos. De otra manera de vivir, lejos de la ciudad industrializada.

Ah! el patio era extremeño, como yo.

VICTOR VERGARA dijo...

Me alegra. La mitad de la sangre que me corre por las venas es de Berlanga (Badajoz) Soy mitad-mitad