miércoles, 24 de septiembre de 2014

No soy bastante porque soy menudo

No soy bastante porque soy menudo
a veces quebrado y tantas otras quiebro
un león de dientes blandos
sometido a una escapula de cadenas
y pan de centeno.
A veces la uva pasa
merodea en mi pupila.
Y merodeo
claro que merodeo
de claro en claro
invento
los bosques y sus sombras
voy
en pos de un agua venial
de trojes y manantiales
sujetos por la viga de aguas limpias
que traídas por el cauce sensual de las corrientes
va y a medio tramo
me dice
pon en las mandibulas de la noche
un aullido tenaz de hombre solo
de un hombre solo
al que rodearon pocos
con sus costumbres de vicios
que santificó el hábito
de andar pelete
y torvo
como un jilguero
en la manada de las jaulas
donde suele
acordonar el hombre
su libertad.

Hay pozos de avena
para que el hambre incline
su boca de hambre.

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