Tal vez no acabe nunca de hacer este poema. -J.M. Caballero Bonald-
viernes, 25 de noviembre de 2011
Origen del poema
El poeta abrió con la punta del lápiz la página en blanco
y sobre aquella luz que se derramó sobre la mesa
introdujo las manos y los ojos
tocó los bordes del abecedario
vio que dos émbolos de oro movían un carrete de plata
y siguió con las yemas de los dedos un hilo de seda
que le llevó hasta una esfera de acero
movida en su órbita por un eco de silencios.
Girando incandescente halló una palabra desnuda
e intentó vestirla con poemas de fuego.
jueves, 24 de noviembre de 2011
PREGUNTA
¿De qué parte del mundo deviene lo sagrado
que tu mirada oculta cada vez que te miro,
cada vez que te beso y cierras los ojos, dices
que para verme en lo más recóndito de ti?
Y queda repites: hazme otra pregunta,
por favor, hazme otra.
URBANITA
Una boca ávida de hadas,
ansiosa de muros y pilares.
Una tumba secreta entre las rosas,
esa gota fría de la mañana.
Una ciudad destruida que posee
un tesoro de ojos y de alas.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
TANGENTE
Pregunta:
¿Que es más revolucionario
la pasión o el amor?
Respuesta:
El amor. Pero la revolución
necesita cierta pasión.
Alimento
Conjugar verbos no ha sido para mí fácil
no lo es.
Pero puedo asegurar que esta tarea
siempre me pareció idéntica
a la de enjuagar platos.
En mis recodos disléxicos siempre
he mezclado ambas palabras:
conjugar y enjuagar, enjuagar y conjugar.
Verbos y platos me dan de comer,
mas de lo que yo me alimento
os es desconocido.
martes, 22 de noviembre de 2011
Planta-pájaro
El poeta con redundante melodía de melancólico
sacó a la terraza su planta favorita
para que viera amanecer,
y como un pájaro
que perdió su canto,
regresó sin flores.
lunes, 21 de noviembre de 2011
Cartas, remites, trámites
Me he convertido en trámite y tránsito,
voy de aquí para allá
como una carta sin sobre,
desnudo de sellos y remites
me dejan en buzones extraños.
Me sobran renuncias y a veces
caigo en el desanimo
y sólo el viento me entiende.
Soy un él o soy un tú,
o vivo de ellos o viven de mí.
Y deambulo
como una muerte ateniéndose a los goznes.
Se abrieron puertas
pasaron los hijos de la noche
las madres de la luz cubiertas
de oscuridad
la misma nada ateniéndose al no:
nunca tengo respuestas.
Algún amante queriéndola aún
confiesa que se muere.
Soy un papel con el alma rasgada
que tan sólo dejo cicatrices.
Los que leen en mí
nunca encuentran palabras.
domingo, 20 de noviembre de 2011
Fornicaciones
Presa de un halito
un vaho
separé primero
tu carne de mi cuerpo
y luego
mi nombre
entró en tus venas
cálido
como un secreto antiguo
¿dónde merodeo
cristalina sombra?
apenas fue encendida
tu carne por mis dedos
su luz
hilándonos
con besos
los pasos perdidos
caminamos hacia dentro
de un nuestro mi amor
son los otros los otros
que se acarician con milagros
y miradas
y quedan frágiles en nuestra risa
en nuestros ojos
su vuelo su huida
la hoja de este otoño
sobre tu pubis de plata
sereno como el último eslabón
que en la noche numera las veces
que caímos como provocados
en una siesta
de muslos entrelazados
de cabellos húmedos
los gesto de los otros
incitándonos
a ser envidiados
llegan a tu dolor salivas
de mis labios
que reconocen
una miel impura
deslizándose
y abriendo tus muslos
me ruegas un perdón
más allá de todo alivio
pecas
y ríes
a la vez que una lágrima
se derrama
agrandando
tu
ven
verás que yo no soy un hombre y que nunca tuve nada que ver
con ellos
fue casualidad que arrastrara
esta piedra
el bronce de un músculo
agresivo
y tétrico
ni un millón de años serán capaces de apartar de mí
tu nombre
lo llevo azul o templado entre mis dedos y mi lengua
perdonado y uncido
como una dulce venda
atándome
a tu corazón
que tiembla
estremecido
y es desde los cuerpos
desde ellos precisos
desde ellos tan sólo
sin un argumento
apenas la espera
remedia esta angustia
de ti
pero tuve ese silencio que precisan las flores
para dar su perfume
a una hora exacta
que los enamorados desconocen
pero de la que se aprovechan
encelados
con la venganza de un aceite
derramándose lento
sobre la carne
su palpito de luciérnagas
su luz
el brillo en la piel
amiga
ven
si crees que aún suena
una voz oculta
en la nieve
en el miedo
a ser conocida
donde nadie se atreve.
Bala de goma
![]() |
Bala de goma (pelota la llaman para quitarle gravedad al tiro) recogida por este que sufre la vida como si fuera un vidón. Con uve de vida. Que no un suvidón. Y esta ya no sé si va con uve. Con uve de victoria o con uve de vendetta, esta bala de goma, que mató a alguno-a en la transición que nunca supo contar la Prego, ni el PCE, seamos claro; fue recogida, repito, por este poeta a domicilio, delante o al lado de la prisión de Carabanchel, hoy ruina poética, campo de amapolas, memoria histórica, si es que la memoria sabe de qué está hablando.
Fuimos hasta esa cárcel, en una pantomima a la que acudimos algunos para que soltaran a Don Santiago Carrillo, detenido con peluca para poder soltarlo con peluquín. Todo era peluquín, amiga Prego, en la transición. Así transitamos hoy. De una manera tan extraña que ni los indignados saben de qué estoy hablando.
Desde entonces tiene Don, el Sr. Santiago. Maldita sea la vida si la vida es la vida. O el vidón.
Ahora la pelota, adorna una estantería de yeso, sobre pedestal de pvc capturado en la playa, y proveniente de una red de pescador que arrojó sus sueños a la mar.Qué bonito es el tiempo que no existe, y perdona al que sí. Al que está. Ese tiempo pendiente de que te descuides, para marcar las horas, los días, los meses. Tiempo. Pregúntenle ustedes la hora a los gorriones. O a mí.
sábado, 19 de noviembre de 2011
Duermen los libros en nobles anaqueles
Llega hasta mí la humedad de las hojas muertas
ese dulce aroma de los cuerpos
sonando a silencio cuando caen
apaciguados por el cardinal otoño.
No acaban aquí si no que empiezan
crepita la carne como la madera
o la felicidad. Se abre paso en la noche.
Ahora la nada toma cuerpo
y todo se agranda en el otro.
Leo libros que luego regresan obedientes
a su aparente silencio de baldas y anaqueles.
Mis libros van y vienen
rodeados de miedo y también de temor,
siempre refugiados en nobles anaqueles
de escayola pintada.
Entran y salen,
sobran
se encienden
y luego quedan profundamente dormidos
dolidos y cansados. Esos libros
siempre haciendo cosas imposibles,
son el habla de los muertos
de mis muertos tranquilos
inocentes y libres.
Y caminé con ellos,
caminé
con tregua o sin ella
sabiendo que soy considerado
un signo galimático
con el que había que ser condescendiente
o una marca en la nieve
que había que ignorar.
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