miércoles, 24 de julio de 2013

Fracturas/métrica

Con un poema que nació roto
sujeté otro poema que me salió agotado,
fui poniendo letras y palabras del otro
sobre los versos débiles del torpe,
que se afianzaron, se fortalecieron.
Sus trozos me fueron útiles
para apuntalar palabras con fracturas
que se caían por su propio peso,
donde había un accidente literario
para curar ausencias épicas
ponía un benéfico canto de sirenas.
Surgió así de los fortificados andamios de la poesía
el impetuoso armazón de un poema sin métrica
que no pudo volar, preso en la jaula del fonema.
Yo lo alimento con melancolía y él trina.

domingo, 21 de julio de 2013

Siervo

Siervo impasible de un fin desolado
-F. Pessoa-

Siervo impasible de un fin desolado,
escribió Pessoa,
y en este verso no era homónimo de nadie
cuando debió de ser análogo de sí,
semejante del ser,
servidor de un tiempo y de una gloria,
de un decoroso nombre, de un pasado:
siervo impasible de un ser desolado.


viernes, 19 de julio de 2013

Jazz

Voy a escribir para mí un poema que nunca escribí para nadie
voy a escribir como si la ciudad fuera mía
como si fuera un músico que en la noche densa
de la ciudad triste
toca el piano para él.
Voy a escribir un poema como si fuera un gran poeta
que sabe escribir un gran poema
como si la vida fuera mía como si fuera un gran músico
que en la ciudad triste toca un poco de jazz
en las calles de la ciudad
sonando en todos los corazones
que van y vienen de esquina a esquina
de bus a bus
o salen vomitados por las bocas del metro.
Voy a escribir tocando y rezando una canción como un blues
como un poema como un pianista que toca poemas al piano
en esta ciudad densa llena de jazz triste.

miércoles, 17 de julio de 2013

Soy tu nulo

Permanece tu recuerdo en mí,
su persistencia
en un reflujo estricto,
regresa cada instante
insistiendo en tu ausencia.

Tú no estás sujeta
a nada,
te sostiene el aire,
obligada a mi no,
desdibujada o vaga,
gastada,
no te debes.
Te impreciso,
soy tu nulo.


sábado, 13 de julio de 2013

29160

Me gusta pelar las naranjas con las manos
y después olerme los dedos. Tu talco azul.





viernes, 12 de julio de 2013

Los exentos

Y anida o nace un águila
en la boca secreta de tu sexo
-José Ángel Valente-

Los exentos de ti de mí o de otros
los excusados de tantos
recalan en la memoria de los pájaros
y desde sus pequeños corazones
agitan su miedo levantando un ala de niebla
en el rudimentario rostro de la ciudad.
Tal vez sean los huidos,
los de nadie. Los excluidos.

Soy un poeta ignorado que lo único
que quiero saber es que existo para saber
porque existir para saber me hace
inservible monótono innecesario
una mota de polvo en la oscuridad salvaje
de la urbe
que comprende el uso infinito del fin.

El día y la noche fueron remplazados
por un silencio prolongado y líquido
el corazón del pájaro susurro
fue sustituyendo el ruido del viento
por un golpe sordo de alas desplegadas
alejándose de los hombres para siempre.

Desde el círculo polar se elevó un cero
que anidó en la boca secreta de tu sexo.
Y siempre se hizo pronto
para conocer el sabor azul de tus cosas.

jueves, 11 de julio de 2013

Efímero

Fue aquella manera de adaptarse a lo efímero
-relación social, cultura, amor, política,
obras hidráulicas o viajes por el cielo-
lo que hoy nos ha convertido en seres eventuales.

Aquella pléyade de sedientos
que cruzaron los viejos arenales
traían una sed de olorosas maderas,
pulsos perfumados,
un bosque talado de recuerdos,
un asilvestrado can,
su frontera de orín
y mi corbata de reo.

Demasiado tristes, o demasiados pocos.
Año 2013. Repítanlo con letras:
dos mil trece,
y piensen si les duele el número
o la frente.


miércoles, 10 de julio de 2013

Debe

Fingido el trámite
fingido el uso que le damos al placer
se da a la vida el impulso del caos
se inician palabras débiles y caen esferas
se desploman cándidos artesonados
y lápices de colores y mareas internas
y dejan las cosas de llamarse
por su nombre.

Caen esbozos
nacen caras nuevas
reconociendo en sus arrugas
la identidad de otro rostro
identificando en su nomenclatura
el dígito álgido del semblante de otro.

Y las intenciones empiezan a coincidir
en un crucigrama de enigmas
que conformándose deciden proclamar
el misterio de su sed
la sed de su dolor
el dolor al fin como un apósito
plácido.
Fingido el trámite nos queda el debe.

martes, 2 de julio de 2013

¿Qué ha sido del blues?

De una pena de neumáticos almacenados vengo,
tal vez porque ellos supieron de largas autopistas
que siempre finalizaron al borde de un país
con infinitas fronteras,
su pena de bordes alambrados.
Ahora me ofendo
me afeito o quito
la cera de mis oídos.
Y arropo la maleta que me espera espantada
con las puertas abiertas.


lunes, 1 de julio de 2013

El inservible estado de lo perfecto

Teniendo en cuenta ese ruido imperceptible
que hacemos todos al soñar
comparezco ante vosotros
como objeto inimitable
o ser perseguible a remotas zonas escarpadas.
A cierta altura soy tan peligroso
que el latido del corazón
inventa la realidad del abismo.



viernes, 28 de junio de 2013

Autonota

No, Tomás
no te queda país
para resistir las embestidas,
se agotan los paisajes internacionales
de la duda
y toda la geografía del planeta
es una mísera certeza.

lunes, 24 de junio de 2013

Búcaros de plomo

Yo soy el tomillo que reposa
en chaquetas de panas
y en búcaros de plomo.
Soy olor más que perfume
y malestar más que dolor.
Yo soy el álgebra que duerme
en todas las cerillas,
su llama
incesto un instante,
construye el carbón
donde arden los amantes.



jueves, 20 de junio de 2013

Citas desinteresadas: Clara Janés

Cita dedicada a Inés González, en agradecimiento


Vuelve la marea
a levantar mi deseo.
Duerme la casa
llena de abandonos.
Un cordón de alas
arrastra la luz
a los grandes ventanales
donde el ausente
respira por su infancia.

-Clara Janés. El libro de los pájaros-



martes, 18 de junio de 2013

Siervo de la gleba

El dolor

El dolor, sus gemidos afirman en mí su poder
y en medio de la noche
soporto la soledad del desatendido,
del desamparado que como yo cocina a estas horas
nocturnas cenas acaecidas, sufragadas con el llanto,
el desamparo, la ilusión rota;
digeridas entre evocaciones y ciega humildad
este hombre, hermano camarada envarado y serio,
olvidado en su cocina como yo en mi alcoba,
con su cena él, con mi dolor yo,
ambos rotos por la distancia,
dos seres que afrontan el futuro
con económica ilusión y desastrosa forja,
en porfía. Dos siervos. Dos plañideras.


Que yo sea un siervo

Que yo sea un siervo de la gleba
y que a mí me aten,
y que tú difundas desastres o quiebras personales
con la alegría suficiente y rotunda
como para hacer del disimulo un arte.
Que yo sea vil y pendio, infamante o vílico
más nunca señor de la hacienda y sus enseres.
Aspira sus aromas, haz que tu sangre viva
rodeada de mágicos impulsos y nazca de mi carne
el vital hilo de vida que nos ata.
Sea yo, por tanto, un fracasado varón,
tú una sombra hembra o una hembra santa,
yo un mayordomo torpe, tú una fruta quieta
sobre bandeja de plata madurando.
Yo siempre, un siervo de la gleba.


¿Que clase de remordimiento

¿Que clase de remordimiento has puesto en mí
que quiero liberarme?
¿Tal vez gramáticas palabras de redondez eterna?
¿Un vaso azul de agua sobre la vieja mesa de madera?
Que yo te agradezca evita mi ignorancia,
mi agreste impulso surreal.
Así me recuerdas: aún como una de las doce plagas.
Que todavía las sufra, y así seré dispuesto potro de tortura,
celda de castigo,
un negro ángel de la guarda,
tu siervo arcángel,
la quimera señalada por el juez
dueño y señor de las cárceles,
en esta fría y lumínica tierra.


Adriático esposo

Adriático esposo, isla misteriosa,
siervo de la gleba, sinónimo de hombre,
alas y fuego conjugados y tristes,
un recuento de idiomas que dan a la lengua
su virgen aguacero: un hombre solamente
ausentado de su casa,
refugiado y lerdo,
melancólico bobo,
sedado por leves infusiones,
medicinales ojos que quieren sorprenderme
y acariciar al hombre que es mi ausencia:
en la sombra, en la sombra,
tras de ritos y tótemes,
tras el paso del hombre queda un rastro
al que nombran camino de arena.

Aumenta la pena

Aumenta la pena y el duelo amenaza
con identificar al héroe en doradas placas
o lápidas de mármol o losas de granito:
aquí yace el paciente guerrero que mira al poniente
aumentado en paciencia,
engrandecido de dolor, valiente por fin,
dispuesto al arrojo, al disfrute heráldico
desde el balcón de la muerte
y el vacío de la fosa.

lunes, 17 de junio de 2013

Dónde Amar lleva tu nombre: un poema de Pepa Barrios

Pepa Barrios dice que no es poeta. De vez en cuando lo es.
Al igual que este blog de vez en cuando hace excepciones y
deja de ser egoísta.
A Pepa tan sólo le falta tiempo, "un tiempo de motivos" para
construir un poemario y demostrar al mundo que puede. Su
"humildad poética" dejará un día de estos de serlo y cuando
se suelte, se destrenzará de versos. Aviso.


Donde Amar lleva tu nombre

Quise ser mujer de Gauguin
corales y bambú
india de piel canela
pies descalzos
y una flor prendida en el pelo.

Quise ser mujer de Modigliani
en la transparencia del cuerpo frágil y desnudo
en la blancura de las nalgas y los pechos
Y ensimismarme
pensarme para dentro.

Quise ser
bailarina de Degas
solitaria lectora de Edward Hopper
y tal vez quise ser
mujer etérea de Tamara de Lempicka
Tal vez quise...

Ahora quiero ser
india en ti
piel canela
pies descalzos
cuerpo frágil y desnudo
blancura de nalgas y pechos.

Ahora
quiero ser la mujer que tú nombras
tierra sementada, germinada,
ablandada por el agua que procuras
para empreñarme de ti y tatuarme en tu piel
para que cinceles con tu boca cada parte de mí
y con tus manos
-metal pesado-
moldees todas mis esquinas

Y con tiempo lento, amor,
recorras mis cuartos interiores
donde amar lleva tu nombre.

sábado, 15 de junio de 2013

Vario y Dispar

Sed de amor

Tanto fue el cántaro a la fuente 
que al final no volvió.

Dicen algunos que se enamoro de ella,
y que un día se les vio de la mano
abandonando las calles de la ciudad.

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Mecánica dialéctica

El mecanismo que hace que un teléfono funcione
siempre es la mano que al otro lado descuelga.

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Espionaje

Si el silicio recuerda,
¿qué es lo que no se le dijo?

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Devastación interior

Los bordes de la ruina
siempre están próximos,
las escombreras un poco más lejos.
El final se aproxima cuando las lindes,
entre ambas, aquí y allá, empiezan a fundirse.

jueves, 13 de junio de 2013

El otro

Él ha parafraseado prosas que jamás contaron
con la venia del otro. Se apropió del nombre
que usó aquél y prestó el suyo
para fingir que era amado.
Deseó la belleza como abismo insondable
permanecer atento al horror de allí abajo
al misterio que agota todos los sentidos
le tenía presto y próximo al fracaso
naufragando creía en la felicidad eterna.

Él habla con amigos los días de diario
los festivos los deja al albur
de cicatrices renovadas y jóvenes.
¿Cómo es la mirada del que ve pasar
dispersas gaviotas (su graznido de estaño)
mujeres con blusas de primavera
trenes cargados de hombres y lluvia
bolsas de frutas y flores
llevadas por manos hacendosas y púdicas?

Celindas azules
pues las blancas se fueron
ardieron en la noche
su color ilumina los rojos tejados
de la encendida ciudad.
Y duda cuando dice su edad
piensa si no será él
el que se está expulsando
de esa infancia infinita.

El vaho del otro
el mismo vacío
el flujo de las olas
su fuego de agua
va grabando contra las rocas
los rostros
de todos los ahogados
en la ciudad de acero y hormigón
en la ciudad de perros y miedos
que ladran su aullido de cristal
cortando el rostro pétreo
de desnudos y valientes obreros
que drogándose al son
de músicas espurias
queman sus camisas
como antes aquellos otros
quemaron sus naves.

martes, 11 de junio de 2013

Espera

Se aliñó de ojos
se puso sobre monturas de hierba
álzose quizás sobre el granito
miró oteando
tal vez escudriñó
olfateó el viento oliendo sus pólenes suspendidos
y supuso que el abrupto terreno
que se extendía frente a él precisaba de un jinete
o de un guerrero.
Rodeó con pies de acero,
con músculos de mineral y roble
rocas elevadas casi hasta tocar otro planeta,
y se tumbó entre las sombras
que rebosaban los afilados perfiles de la piedra.

Un millón de años y aún espera
que le dijeron que esperara
a un tal Godot o a un tal primero.

Beckett, allá en Dublín, en un viejo café
lee una carta de su amigo Joyce
sin concederse tregua.
Lento, como una mano
que rozara la incertidumbre,
acaricia el papel,
sus letras caen blandas al suelo
y el sobre arde.
Sus lentas cenizas
van escribiendo la palabra: "Espera".

Nostalgia de ti