martes, 4 de febrero de 2014

DANIEL VIGLIETTI: ESDRÚJULO

                                              Para José Horacio Martos

Se trata cósmicos de ser más fértiles,
de no ser tímidos, de ser más trópicos,
de ir a lo pálido, volverlo térmico,
sentirse prójimo de lo más lúdico,

con verdes lápices trazar el ámbito
de lo que mágico rompe los límites,
buscar lo hidráulico de lo volcánico,
librar la métrica, cambiar de sílabas.

Y con elásticas formas anárquicas
tocar lo afónico que suene homérico,
fundar metáforas, crear la hipótesis
de que lo asmático se vuelva oxígeno.

Situar la brújula al sur paupérrimo,
armar las síncopas contra los déspotas,
cambiar la tónica por una séptima,
tocar en triángulo sones esféricos.

Y a los dogmáticos tan poco orgásmicos,
casi ni eróticos de ser tan púdicos,
a esos acríticos de sesgo andrógino
decirles "gélidos, no sean retrógrados".

Y con armónicos cantar bien nítido
contra lo frígido luchando tórridos,
con armas múltiples llamando cálidos
fondos oceánicos de lo más lúbrico.

El ritmo cíclico del vals esdrújulo
es cual la sístole que va a la diástole,
todo cardíaco de andar eufórico,
nada presbítero, más bien sacrílego.

Amando nínfulas que sueña grávidas,
el vals acróbata cruza los vértices
llamando gráciles criaturas prístinas,
seres prolíficos de lo aún inédito.

Y a los arácnidos volverlos líricos
y a sus ejércitos juzgarlos rápido
mediante un árbitro de juicio ecuánime
que encierre en cárceles impunes pérfidos.

Y los políticos de gesto tránsfuga,
los impertérritos, los siempre cómplices
caerán patéticos en lo espasmódico
cuando lo enérgico les corte el tránsito.

Con lo poético del vals arrítmico,
que está en lo crítico de sus propósitos,
no pueden síncopes ni golpes fúnebres,
ni es por patíbulos que quede acéfalo.

Ni es por trifásicas que olvide históricas
luchas titánicas por lo inalámbrico,
por lo que ubérrimo se alza eufórico
y anuncia próximos cambios históricos.

Cuando el pobrísimo tome las cúpulas
y los famélicos tomen las Áfricas
y los indígenas tierra amazónica
y los mecánicos tomen las fábricas
y los utópicos salgan del prólogo
y los daltónicos pinten lo nítido
y los chuequísimos bailen de júbilo

ya lo terrícola será libérrimo
cual ritmo cíclico de un canto esdrújulo.

6 comentarios:

Shandy dijo...

Que veinte años no es nada...
Y a volver a "Armar las síncopas contra los despóticos"

Un canto esdrújulo muy agudo

Besos

Tomás Rivero dijo...

Bajo el burlón mirar de las estrellas, veinte años es esa brisilla de alas de mariposa. Así que "Ni es por trifásicas que olvide históricas luchas titánicas..."

Besos esdrújulos, Shandy.

José Horacio Martos dijo...

Grandioso Viglietti.Magnifico. Ya conocía el poema,el ritmo cadencioso de su música, talento como escritor.Genio, figura, militante. Junto a V. Jara los dos cantautores mas profundamente humanos del continente amaricano,cubanos y españoles incluidos, últimos 40 años.Gracias por la dedicatoria. Me he despertado de un mohíno letargo en el que susurraba a las paredes. Viglietti es para estudiarlo lentamente. Salud!

Tomás Rivero dijo...

Yo tengo un día plano, el encefalograma ha saltado por los aires. Y las paredes me miran con la ceja arqueada. Joder con los reumas mentales.
Creo que te olvidas del uruguayo Alfredo Zitarrosa, gran poeta y músico. Pero tienes razón sobre esos dos músicos.

Seguimos en la vrecha cotidiana, aunque nos quiten la "b" de vida. No te pongas mohino, o sí. Las putas paredes siempre confirman nuestro rumiar.

Salud, Jose.

Shandy dijo...

¿Mohinos y encefalograma plano?

Espabilade, carallo!!

Venga, va una nana de lluvia para arrullaros y un Rap para empaparos y cabrearos definitivamente!! Ala a descifrar la letra y veréis como os despierta las neuronas (tenéis permiso para abandonar la tarea porque es larga y costosa).

http://youtu.be/7Y750DOI2z0

http://youtu.be/-PfTEis32cw

Tomás Rivero dijo...

Yo la abandono. Estas tareas requieren un espíritu de lucha que se cruza con mi nulo gusto por esa música llamada rap.

Prefiero la delicada nana, que nos dejas con orillas de agua, y una balsa con palo de vela, por la mar marinera del sur.

Verás, Shandy, es que Horacio y yo venimos de un tiempo de dudas y poemas sin resolver, amén de otros varapalos y de vez en cuando naufragamos con placer de ahogados. Déjanos que nos recreemos en nuestra costumbre de armarios. Cosas de viejos, con un honorable cabreo en la ceja izquierda. De vez en vez, arqueada.

Besos de rap.