sábado, 8 de noviembre de 2014

Un blues: George Moustaki




El extranjero

Es con mi facha de extranjero,
judío errante y pastor griego
con mis cabellos al azar,
y con mis ojos medio abiertos
que hablan de mares y desiertos
y que te invitan a soñar.

Es con mis manos de farsante,
de embaucador y de feriante
que en los jardines va a robar
y con mi boca que ha bebido
y que ha besado y que ha mordido
sin apagar su sed jamás.

Es con mi facha de extranjero,
judío errante y pastor griego,
de vagabundo y de ladrón
y con mi piel que se ha quemado
bajo este sol y se ha entregado
a los mil juegos del amor.

Y con mi pecho que ha sentido
del corazón cada latido
y lo ha sabido hacer callar,
con mi alma enferma que no espera
ni un purgatorio que la quiera
para poderla así curar.

Es con mi facha de extranjero,
judío errante y pastor griego,
con mis cabellos al azar,
que vengo a ti, mi dulce amiga,
gran manantial en mi fatiga
tus veinte años a buscar.

Y yo seré, si lo deseas,
príncipe azul con tus ideas,
igual que tú puedo soñar
y detener cada momento,
parar el sol, parar el viento,
vivir aquí la eternidad.

Así contigo he de lograr
vivir aquí la eternidad,
igual que tú yo sé soñar.

2 comentarios:

Shandy dijo...

Acepto la invitación. A soñar. Quién puede resistirse a esa voz de terciopelo, por dios...

Tomás Rivero dijo...

Decían mis mayores que soñar no cuesta dinero, en un intento de animar a uno a tener posibles fantasías. Pero a continuación me contaban el cuento de la lechera. A mí el cuento me parecía que venía a "desdecir" a mis mayores. Es decir, por un lado me animaban a soñar y por otro me contaban "mira lo que pasa cuando se sueña."

Creo que es bueno soñar, Shandy: "Igual que tú yo sé soñar".