viernes, 24 de octubre de 2014

Más allá de las silvas

Se va secando el alma de las cosas distintas
y una piedra en los ojos te impide ver
las llanuras sus pastos las aves los nidos
un insecto de cobre
o un reptil en mi vientre.

Veo tu frente alejarse por un horizonte blanco
más allá de las silvas
en las que enredas -cabellera de miedo-
las cosas sencillas que nunca comprenderás.

Se hace libre y distinto el paisaje
porque nunca contó contigo
nada le importó tu mirada extrañada
para organizar su verde humedad
donde el árbol crece o muere
sometido a las lluvias
que nunca te mojarán.


martes, 21 de octubre de 2014

Quedan inmóviles pendientes

Quedan inmóviles pendientes
un largo índice de rojos izquierdistas
amando su codo izquierdo
su labio inferior
su frente amplia
sus orejas de música.
Queda la mala leche de historias escritas
con sangre
como la morcilla de un pueblo
que vio nacer al poeta Ángel González.

Quedan inmóviles y pendencieros
guerreros de la noche
esta tarjeta de visita
este cuaderno
esta delicada noche con su fiesta de baile
donde nunca te saqué a bailar
pero tus ojos danzaban en mis labios
y me enamoré de ti como un normal.

Quedan las pérdidas:
todas las oportunidades vacuas de cada día
y largos borradores de urgentes versos
precipitados: su borrón de lágrimas
templadas. El papel secante
amansando el dolor de un mal poema.
Queda la música de Aute
O la de Silvio o la de Pablo.
El patio de Triana y un blues de Mayall.

Azules musarañas
teatros en el cielo
asustadas bandadas de pájaros negros
en el invierno húmedo de los campos
alegres y tristes
los páramos que dijera Don León Felipe
de esta España hermosa y plana
como una manada de corderos
como una partida de bandidos imbatibles
de maquis románticos o no
en los montes resistiendo la soledad de la muerte.

Quedan inmóviles pendientes
rosas tatuadas en la piel de las ingles
una flor por cada amor fracasado.
Finísima piel dolida
tan necesaria y precisa para amar
para sufrir puñaladas azules y de oro
y desangrarse de un único amor.
Un amor irrepetible
acabado.
Todo es efímero
los lobos se amansan. Desaparecen las selvas
y aumentan los aplausos o las salvas.
Tus ojos y los míos se miran tristes.


viernes, 17 de octubre de 2014

Como se nombra una calle

cuando quise ser la caligrafía de las brasas,
-Amalia Iglesias-

CUANDO quise ser la caligrafía de las brasas
tu alma trajo tristeza hasta la noche,
que escribió poemas de alcohol en las paredes,
y se meció al viento de las cortinas
un brumo eco de lejanos besos rotos.
Tu boca era de orfandad y frío
y mi mano te nombró
como se nombra a una calle
cuando uno está perdido.





martes, 14 de octubre de 2014

Si dulce es el tormento

Si dulce es el tormento que tu boca me absuelva
del dolor de la vida
que tu mano me nombre con una caricia
que tu lengua en la mía sea una voz
confesándome besos
o "he pecado en tu ausencia
con los nombres de otros."

Si dulce es el tormento que tu mirada de hierba
crezca entre mis dedos
una tarde dos noches
que me visitó la urgencia
los poetas los libros
las rutas olvidadas
los ruidos que dejamos
la mirada encendida.

Si dulce es el tormento que tu vientre me absuelva.


domingo, 12 de octubre de 2014

Cuando ahí afuera aún había patios

Cuando ahí afuera aún había patios
y terrazas que daban a la vida,
una mirada de sol con flores,
hombres con labios dulces
que podían besar con dientes furiosos
y manos que llenaban las horas
de vientos apacibles.
Cuando ahí fuera, digo
no importaba que tuvieras
un dolor importante,
un fracaso estrepitoso,
u otros deslices de la carne.
No importaba
porque siempre había un amigo
con dientes de defensa y labios dulces
que vendría a sacarte de un error,
de ese error con uve de vergüenza
que él no dejaría que cometieras,
porque él nunca permitió
que tu soledad rumiara
un solo de tú con nadie.

martes, 7 de octubre de 2014

La piel oosfera

La noche áspera

el tratado córtico
los pétalos en suma
añadiéndose en masa
a un perfume de números
el árbol en sus médanos
la pus genial
de los que afeitan sus glándulas
acortando la vida de los días
aburridos o lánguidos

el río más largo
los siniestros pasillos
que he recorrido como lugar seguro
ésta y otra calamidad viniéndome
y la frente alejándose
de mis asuntos
como pensando
una distancia
para el placer de ser ángel.


La voz que mejor te ignora

Uno anduvo de cabizbajo para convocar poemas

luego de rituales magos bajo noches brujas.

Uno de burgo a merindad recio a cada paso
levitó en vapores de húmedas maniguas.

Uno acortó los pasos por toberas tránsitas
ceñido a los carpos que troquelaban a golpes
del dígito, sus noctámbulos versos.

Uno seguía hipnotizado el curso de la poesía,
evocando que desde la soledad se construye
el textual páramo donde mora el sueño.

Y como si solo o uno hubiera
giras la cabeza por si te llamara
la voz que mejor te ignora.

viernes, 3 de octubre de 2014

Sixto Rodriguez: Rich Folks Hoax

Carmen, amiga, me recuerda que hay poetas por el mundo.
Y tiene razón. Mucha verdad hay en Sixto Rodriguez,
de padres inmigrantes mexicanos que llegaron a Estados
Unidos en los años veinte.

Los blues que tenía olvidado desde hace una temporada
regresan con este currante de Detroit que se buscó
la vida en los Estados Unidos. Años 60.



miércoles, 1 de octubre de 2014

Soy un ciudadano de una modesta urbe

Soy un efímero y no demasiado descontento ciudadano
de una metrópoli que se cree moderna....
-Arthur Rimbaud-


La ciudad fue plasmando en argollas una atadura metafísica
a una sociedad dispuesta a las cadenas
y para ello apostó a estratégicos francotiradores
que dieron orden de sangre al color arquitecto.
Ganó así durante siglos el hormigón calidad de carotina
abriendo sus venas a linfocitos ganglios.
Sobre pedestales de acero edificó ídolos
maniatando con precisión a mujeres y hombres
contó para ello con ciertos sujetos
traidores como siempre
pues lo hubo
repitiéndose esos periodos de soledad
donde la historia fracasa tantas veces
que una vez más no importó en demasía
ni pusieron reparos esos núcleos sociales
que eran minoría representantes conscientes dicen ellos
de las masas los muchos los excesos.

Así fue llamada democracia
a esa tarea donde el sello redentor la impronta
la huella fielmente ordenada en el archivo
edifica colabora evitando la dispersión
y así organiza la diáspora el hombre más humano
sabe todo de nosotros y acontece cuando dormimos
la suciedad
el fin.
Se recomienza otro siglo otra historia
protagonistas nuevos se suman al dígito
se inventa un poeta otro poema
y la historia va aprendiendo a protegerse.

Dices tierra y te llenas de aire desnudo solemne casi ciego
en un hermoso laberinto donde se descubren a ciertas alturas
músicas y fuegos. Hembras desnudas. Caballos con los belfos
manchados de manzanas azules.
Dices amo y tu boca se llena de besos que nunca usa nadie.
Y ella acaricia tu nunca y allí siempre hay alguien
que piensa por ti que piensa en poseerte.

Quién sabe medir las distancias con paciencia soportar los diarios
comprender las noticias o las naciones
quién será descubierto cada hora en su profundo miedo extranjero
colaborador terrorista sujeto dudoso o poeta
descarnado a cada instante para desear ser ave volar lejos
como papel en las aceras viento llevadero a lugares inseguros
pulpa de celulosa empapada en tinta mojada por la lluvia
garabateadas palabras borradas difuminadas
traídas por agua de cloacas hasta las playas pobladas
de bellezas varias residuos clónicos de toda nuestra pobreza.

Quién sabe decir justo este día acabo y me renuevo
quién dice ya la palabra que a la lengua da el olfato de tu placer
quién lo conoce también al acariciar el dolor tan bien
los sonidos tu voz tu ruido delator del goce
deleite difamador mientras se derrama el café
y un hombre venido invasor puede traicionarme.
Y desde todas partes me anuncian llegadas de seres
triunfantes exitosos y felices.

Y yo me expongo para ser devorado.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Huí de tu rostro

Huí de tu rostro dejé un aroma como un rastro
fui subiendo adentro de las cosas y de los otros
dejé un aire de mí en aquellas calles
que nos habían reconocido tantos días
cuando juntos parecíamos justos entrelazados
y nos miraban las palomas con su palabra muda
de pico romo
en aquel otoño habitado por hojas más que nunca.

Huí de tu rostro una sombra cualquiera
una tarde lluviosa
un otoño feliz
y recordé los libros
de infinitos poemas
y te besé despacio para hacer memoria
de cómo se besa
pues había olvidado que así se recuerda un verso
un nombre o un hombre
o un fracaso.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

No soy bastante porque soy menudo

No soy bastante porque soy menudo
a veces quebrado y tantas otras quiebro
un león de dientes blandos
sometido a una escapula de cadenas
y pan de centeno.
A veces la uva pasa
merodea en mi pupila.
Y merodeo
claro que merodeo
de claro en claro
invento
los bosques y sus sombras
voy
en pos de un agua venial
de trojes y manantiales
sujetos por la viga de aguas limpias
que traídas por el cauce sensual de las corrientes
va y a medio tramo
me dice
pon en las mandibulas de la noche
un aullido tenaz de hombre solo
de un hombre solo
al que rodearon pocos
con sus costumbres de vicios
que santificó el hábito
de andar pelete
y torvo
como un jilguero
en la manada de las jaulas
donde suele
acordonar el hombre
su libertad.

Hay pozos de avena
para que el hambre incline
su boca de hambre.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Padre

Piedra en la que te esculpí
cuando la noche devastó sus bosques..
-Paul Celan-

Lavé la tumba de mi padre con agua de lluvia
lavé su recuerdo con una lágrima ligera
y no dos
limpié mi pasado con su memoria
un instante
y todo se tranquilizó en el camino próximo
donde una piedra gritaba su nombre
a mi paso.

En el bosque -rumor de hojas-
me visitan sus palabras
de hombre seriamente convencido
de la vida.




martes, 16 de septiembre de 2014

Un beso de bruja

Del alfanje brota sangre
su filo es el reflejo de un rojo manantial
que chorrea tristeza,
un pasado de flores muertas
y naves que se hundían
una tarde, una noche ahogándose
en preguntas,
sin abrazos ni amigos
ni una mano de hombre
ni una voz de mujer.

Ni un beso de bruja que levara el hechizo
como se elevan anclas
para llegar tan lejos
que al mar no le quepan dudas
que hoy estoy guerrero cual poeta
cargado de batallas,
como mañana estaré viejo
retrato de un pasado tejido con los hilos
de esta fascinante trama.

Y aunque me vaya a pique
mi cuerpo se merece una horda salvaje
de novias encendidas
y patios blanqueados
pues así muere conmigo
un hombre ciego
que no supo porque no quiso
mirar a las estrellas.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Esponsales

María José, con este blanco tan rojo
te desposo
te despojo
te visto
de mi desnudez.


sábado, 6 de septiembre de 2014

Aquella pradera prometida

Lascivos caballos huyen de la primera cuadra,

del segundo pesebre vienen
con el hambre de un hombre sin quijada.
Recorren con su pie de atleta,
con su pezuña de roca,
los surcos o las semillas
que en azul discordia confunden
con su troje nutriente,
con las olas exaltadas
de un disconforme mar.
De la sal de un trigo líquido
se alimentan.

A media luz salieron a mansalva
treinta y tantos caballos de la noche
llevando herraduras de fuego entre las crines
maduras manzanas en los belfos,
un carro de fuego los presume,
una barca de viento los malsana,
ellos buscan las rutas marinas
en la hierba azul que los proteja:
aquella pradera prometida.

martes, 2 de septiembre de 2014

Aquellos otros libros

Caminé, caminé
con tregua o sin ella
sabiendo que era considerado
un signo galimático
con el que había que ser condescendiente
o una marca en la nieve
que había que ignorar.

Estoy harto de historias de derrotas.
Me producen melancolía,
y tanta melancolía
trampas y bodoques habitando mi lengua,
o algún bordado dulce
sobre la tela más leve.
Bajo la sombra de un árbol negro
permanezco.

Ardía el sol y mis libros iban y venían
rodeados de miedo y también de temor,
siempre refugiados en nobles anaqueles
de escayola pintada.
Entraban y salían,
sobraban,
se incendiaban
y luego quedaban profundamente dormidos
dolidos y cansados.
Esos libros.
Siempre haciendo cosas imposibles
para que yo fuera libre.

Llega hasta mí la humedad de las hojas muertas
ese dulce aroma de los cuerpos
sonando muertos cuando caen
apaciguados por el cardinal otoño.
No acaban aquí sino que empieza
a crepitar su carne de papel
como la madera o la felicidad.
Ahora la nada toma cuerpo
y todo se agranda en el contrario.
El otro nos distingue.
Leo libros
que luego regresan obedientes
a su aparente silencio de baldas y anaqueles.
Murmuran entre ellos
se ponen de acuerdo.
Y a ratos me desprecian.

Llovía sobre la ciudad bombardeada.
Hay belleza en las paredes ametralladas.
Las ruinas son plásticas,
tienen la textura de un temblor,
el escorzo de la piedra rota,
aquella piedra mil veces hecha lasca
para conseguir el filo preciso, amenazante,
hasta que matara. A aquél otro hombre.