Me contaron que estabas enamorada de otro
y entonces me fui a mi cuarto
y escribí ese artículo contra el gobierno
por el que estoy preso.
-Ernesto Cardenal-
que diga a tu oído cada mañana
cosas de la vida.
Déjame,
para que no muera
que te hable de la muerte.
Tal vez mañana haga
huelga general y salir a la calle
sea mi último gesto.
Tal vez muera asesinado por accidente.
Como son asesinados todos los pobres de la tierra
todos los que aman,
pobres enamorados
buscándose en la noche del día.
Deja que diga a tu oído
cosas extrañas, incomprensibles,
bellas por tanto,
algunas cosas de la vida.
8 comentarios:
no dejar de nombrar para ser
anda, déjame que te cuente. Me limitaré a lo extraño, a lo bello
Me gusta, Tomás, mucho. Las cosas de la vida, incluso las instempestivas y raras son más son bellas que la muerte.
Besos.
Ser siendo lo que somos. Malditos poetas.
Cuéntame, Ícaro. Antes de que el enemigo me lleve preso.
Gracias, Isolda.
La muerte nunca es bella, aunque a veces se rodee de motivos hermosos. Cualquier "rareza" es preferible, antes que morir.
Un beso.
si le contaba cosas de la vida es porque continuaba vivo.
Saludos
Si es por secretos entre poetas... jajaja tú y yo sabemos muy bien a quien le dedico mis versos.
Se las contaba desde la vida, Ohma. Pero teniendo en cuenta que podría morir. Como mueren los pobres.
Saludos.
Pues no tengo yo secretos con poetas, ya ves, Joaquín. Si te apetece cuéntame alguno. Tú sabes mogollón de ellos. Yo no los frecuento. A los poetas.
Y por otro lado no tengo ni idea a quien le dedicas tus versos. Es más no tenía ni idea que los escribieras.
Jaja o jajá. Vámonos. Te veo por tu Plaza Mayor.
Publicar un comentario