jueves, 7 de noviembre de 2019

Rito

En la inmensa extensión de arena
sólo queda una gota de agua
pende y late
palpita y su presencia roma
extensa la sed y el silencio.
Plaga a plaga sube por la lengua
y anida epidemias en el borde aterido
de las exequias del hombre.
Él reza en una cueva al fondo de la cual
ha puesto un altar una humilde pira
y una copela de cristal con aceite.
Una lamparilla encendida recorre la sombra
de un cuerpo muerto proyectándose
en las toscas paredes de la gruta.

Lleva años esperando un milagro.


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