miércoles, 4 de marzo de 2020

Nada

No hay nadie que nos avise del silencio
de ese sordo ruido inexistente
que se instala poco a poco entre nosotros.
Ese silencio se vuelve un sonido cómodo
que supuestamente te apacigua
y es entonces cuando te das cuenta
de que no vas a oír nada
de lo que suceda a tus espaldas
nada de lo que suceda ante ti
nada de lo que suceda de hoy en adelante.
Y esperas como un ciego
la llegada silenciosa de una mano
el tacto desnudo de su guante
el oído presto a una caricia
que no te hizo nadie.
No hay nada
nada se lee en el viento
ni sobre el polvo de las cosas cotidianas
nada dejó huellas
ni siquiera un libro que nos diga
de por qué se hizo este silencio.
No hay señales ni rastros
tan solo una amable costumbre
a no sentir nada.




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