Y ahora el poeta que no se calla ni bajo el agua, (los peces le miran abobados) también cree que hay que hacer poesía con un tema tan estúpido como vender un libro de poesía. Algunos ya ni queremos publicar. Algunos publican a troche y moche. Y la poesía sigue sin servir para nada. Nada. De nadar bajo el agua. ¿De qué nada proviene ese discurso poético que hace que la gente sea mejor, distinta, nueva cada día? Desde luego no creo que sea del discurso de la poesía. Ya dije lo que tenía que decir en una larga poética (o una larga cambiada): http://laciudaddearena.blogspot.com/2011/08/referentes.html
“Folios Grapados”, esta editorial amanuense, se compromete a editar todos los libros de todos los poetas que quieran editar en papel. La producción, en contra de la viñeta del Roto, es corta: un libro a la semana. Eso sí único. Folios Grapados no edita ni un sólo libro parejo al otro. Incluso hasta los versos se pueden cambiar, es más se deben cambiar: en una semana pasan cosas en tu vida, y los versos menos convincentes puede que los desees más torpes aún. Ala. A publicar. Y el trabajo lo hago gratis. Ya ves, como si hubiera alguna manera de pagar el trabajo.