A veces cuando el sol se pone triste
yo uso camisa de rebelde y pobre,
fina tela clara para poder cubrirme
de esta tonta y a veces inmensa soledad,
de este tigre oscuro y vivo de luz
que a ratos soy.
Y en mis ojos callados hay reflexión
y silencio, malísimos poemas solos
que se organizaron un día
que dios estuvo anexo (perdóname César)
o donde no debía,
e independientes de él y de todos
me deben la vida,
se deben a mí,
un ser vital que hoy se pone triste
se viste y se desviste
y da un doble salto mortal
con barba de tres días,
para poder fracasar en la red del poema
con la notable rotundidad diagnóstica
de un poeta roto,
categóricamente defenestrado.
Tal vez no acabe nunca de hacer este poema. -J.M. Caballero Bonald-
miércoles, 31 de julio de 2013
martes, 30 de julio de 2013
Ha muerto J.J. Cale
Ha muerto un poco la música. El blues, estos
azules que llevan pájaros al corazón.
azules que llevan pájaros al corazón.
lunes, 29 de julio de 2013
sábado, 27 de julio de 2013
Citas desinteresadas: Herman Melville
El rumor es éste: que Bartleby había sido un empleado subalterno en la Oficina de Cartas Muertas de Wáshington, del que fue bruscamente despedido por un cambio en la administración. Cuando pienso en este rumor; apenas puedo expresar la emoción que me embargó. ¡Cartas muertas!, ¿no se parece a hombres muertos? Conciban un hombre por naturaleza y por desdicha propenso a una pálida desesperanza. ¿Qué ejercicio puede aumentar esa desesperanza como el de manejar continuamente esas cartas muertas y clasificarlas para las llamas? Pues a carradas las queman todos los años. A veces, el pálido funcionario saca de los dobleces del papel un anillo -el dedo al que iba destinado, tal vez ya se corrompe en la tumba-; un billete de Banco remitido en urgente caridad a quien ya no come, ni puede ya sentir hambre; perdón para quienes murieron desesperados; esperanza para los que murieron sin esperanza, buenas noticias para quienes murieron sofocados por insoportables calamidades. Con mensajes de vida, estas cartas se apresuran hacia la muerte.
¡Oh Bartleby! ¡Oh humanidad!
viernes, 26 de julio de 2013
Citas desinteresadas: Lois Pereiro
Una sociedad que
permite que un acontecimiento
odioso pueda
nacer de su podredumbre y crecer
en su superficie
es como quien permite que una
mosca pase por
encima de su rostro o que la baba
le caiga por la
boca sin reaccionar. Está epiléptico
o muerto.
-Jean Baudrillard-
¿Que de qué parte estoy, me preguntas, clavando en mí
tu pupila azul?...De la misma de la que creí estar siempre, supongo, desde que
mi memoria se pierde en la niebla en tonos sepia, desde el mismo momento en el
que empecé a tener poder de decisión sobre mis sueños, mis propios miedos, dudas,
y mis actitudes y razones para existir. Sigo estando de parte de la Belleza, de
los que nos sentimos en la obligación de luchar, desde que el mundo es mundo,
por lo que siempre nos resultó moralmente justo y evidente, a pesar de tantas
dudas, decepciones y diferentes perspectivas de actuación, cargando a las
espaldas tantas traiciones decepcionantes en vertiginosa modesta proposición
para renunciar a hacer girar la rueda...y constante cadena continua de
agresiones de una historia de la infamia que ya no nos permite ser ingenuos,
porque si las víctimas de antes pretenden ser a su vez verdugos, ¿de qué parte
que no sea siempre la de las nuevas víctimas, de los nuevos vencidos de otras
guerras, podemos estar ya?
Citas desinteresadas: José Horacio Martos
Mis pies desnudos han diseñado el mar!...
Y sin embargo no he podido convencer a nadie
sobre éste punto.
-José Horacio Martos-
Y sin embargo no he podido convencer a nadie
sobre éste punto.
-José Horacio Martos-
FOLIOS GRAPADOS
Escriba poemas sobre la arena,
poemas que sólo durarán una ola
o la huella de un pie implacable.
Compruebe lo efímero
que resulta el verso más sublime,
sea modesto y deje que el mar corrija
lo que nunca supo decirle.
miércoles, 24 de julio de 2013
Fracturas/métrica
Con un poema que nació roto
sujeté otro poema que me salió agotado,
fui poniendo letras y palabras del otro
sobre los versos débiles del torpe,
que se afianzaron, se fortalecieron.
Sus trozos me fueron útiles
para apuntalar palabras con fracturas
que se caían por su propio peso,
donde había un accidente literario
para curar ausencias épicas
ponía un benéfico canto de sirenas.
Surgió así de los fortificados andamios de la poesía
el impetuoso armazón de un poema sin métrica
que no pudo volar, preso en la jaula del fonema.
Yo lo alimento con melancolía y él trina.
sujeté otro poema que me salió agotado,
fui poniendo letras y palabras del otro
sobre los versos débiles del torpe,
que se afianzaron, se fortalecieron.
Sus trozos me fueron útiles
para apuntalar palabras con fracturas
que se caían por su propio peso,
donde había un accidente literario
para curar ausencias épicas
ponía un benéfico canto de sirenas.
Surgió así de los fortificados andamios de la poesía
el impetuoso armazón de un poema sin métrica
que no pudo volar, preso en la jaula del fonema.
Yo lo alimento con melancolía y él trina.
domingo, 21 de julio de 2013
Siervo
Siervo impasible
de un fin desolado
-F. Pessoa-
Siervo impasible de un fin desolado,
escribió Pessoa,
y en este verso no era homónimo de nadie
cuando debió de ser análogo de sí,
semejante del ser,
servidor de un tiempo y de una gloria,
de un decoroso nombre, de un pasado:
siervo impasible de un ser desolado.viernes, 19 de julio de 2013
Jazz
Voy a escribir para mí un poema que nunca escribí para nadie
voy a escribir como si la ciudad fuera mía
como si fuera un músico que en la noche densa
de la ciudad triste
toca el piano para él.
Voy a escribir un poema como si fuera un gran poeta
que sabe escribir un gran poema
como si la vida fuera mía como si fuera un gran músico
que en la ciudad triste toca un poco de jazz
en las calles de la ciudad
sonando en todos los corazones
que van y vienen de esquina a esquina
de bus a bus
o salen vomitados por las bocas del metro.
Voy a escribir tocando y rezando una canción como un blues
como un poema como un pianista que toca poemas al piano
en esta ciudad densa llena de jazz triste.
voy a escribir como si la ciudad fuera mía
como si fuera un músico que en la noche densa
de la ciudad triste
toca el piano para él.
Voy a escribir un poema como si fuera un gran poeta
que sabe escribir un gran poema
como si la vida fuera mía como si fuera un gran músico
que en la ciudad triste toca un poco de jazz
en las calles de la ciudad
sonando en todos los corazones
que van y vienen de esquina a esquina
de bus a bus
o salen vomitados por las bocas del metro.
Voy a escribir tocando y rezando una canción como un blues
como un poema como un pianista que toca poemas al piano
en esta ciudad densa llena de jazz triste.
miércoles, 17 de julio de 2013
Soy tu nulo
Permanece tu recuerdo en mí,
su persistencia
en un reflujo estricto,
regresa cada instante
insistiendo en tu ausencia.
Tú no estás sujeta
a nada,
te sostiene el aire,
obligada a mi no,
desdibujada o vaga,
gastada,
no te debes.
Te impreciso,
soy tu nulo.
su persistencia
en un reflujo estricto,
regresa cada instante
insistiendo en tu ausencia.
Tú no estás sujeta
a nada,
te sostiene el aire,
obligada a mi no,
desdibujada o vaga,
gastada,
no te debes.
Te impreciso,
soy tu nulo.
sábado, 13 de julio de 2013
viernes, 12 de julio de 2013
Los exentos
Y anida o nace un águila
en la boca secreta de tu sexo
-José Ángel Valente-
Los exentos de ti de mí o de otros
los excusados de tantos
recalan en la memoria de los pájaros
y desde sus pequeños corazones
agitan su miedo levantando un ala de niebla
en el rudimentario rostro de la ciudad.
Tal vez sean los huidos,
los de nadie. Los excluidos.
Soy un poeta ignorado que lo único
que quiero saber es que existo para saber
porque existir para saber me hace
inservible monótono innecesario
una mota de polvo en la oscuridad salvaje
de la urbe
que comprende el uso infinito del fin.
El día y la noche fueron remplazados
por un silencio prolongado y líquido
el corazón del pájaro susurro
fue sustituyendo el ruido del viento
por un golpe sordo de alas desplegadas
alejándose de los hombres para siempre.
Desde el círculo polar se elevó un cero
que anidó en la boca secreta de tu sexo.
Y siempre se hizo pronto
para conocer el sabor azul de tus cosas.
jueves, 11 de julio de 2013
Efímero
Fue aquella manera de adaptarse a lo efímero
-relación social, cultura, amor, política,
obras hidráulicas o viajes por el cielo-
lo que hoy nos ha convertido en seres eventuales.
Aquella pléyade de sedientos
que cruzaron los viejos arenales
traían una sed de olorosas maderas,
pulsos perfumados,
un bosque talado de recuerdos,
un asilvestrado can,
su frontera de orín
y mi corbata de reo.
Demasiado tristes, o demasiados pocos.
Año 2013. Repítanlo con letras:
dos mil trece,
y piensen si les duele el número
o la frente.
-relación social, cultura, amor, política,
obras hidráulicas o viajes por el cielo-
lo que hoy nos ha convertido en seres eventuales.
Aquella pléyade de sedientos
que cruzaron los viejos arenales
traían una sed de olorosas maderas,
pulsos perfumados,
un bosque talado de recuerdos,
un asilvestrado can,
su frontera de orín
y mi corbata de reo.
Demasiado tristes, o demasiados pocos.
Año 2013. Repítanlo con letras:
dos mil trece,
y piensen si les duele el número
o la frente.
miércoles, 10 de julio de 2013
Debe
Fingido el trámite
fingido el uso que le damos al placer
se da a la vida el impulso del caos
se inician palabras débiles y caen esferas
se desploman cándidos artesonados
y lápices de colores y mareas internas
y dejan las cosas de llamarse
por su nombre.
Caen esbozos
nacen caras nuevas
reconociendo en sus arrugas
la identidad de otro rostro
identificando en su nomenclatura
el dígito álgido del semblante de otro.
Y las intenciones empiezan a coincidir
en un crucigrama de enigmas
que conformándose deciden proclamar
el misterio de su sed
la sed de su dolor
el dolor al fin como un apósito
plácido.
Fingido el trámite nos queda el debe.
fingido el uso que le damos al placer
se da a la vida el impulso del caos
se inician palabras débiles y caen esferas
se desploman cándidos artesonados
y lápices de colores y mareas internas
y dejan las cosas de llamarse
por su nombre.
Caen esbozos
nacen caras nuevas
reconociendo en sus arrugas
la identidad de otro rostro
identificando en su nomenclatura
el dígito álgido del semblante de otro.
Y las intenciones empiezan a coincidir
en un crucigrama de enigmas
que conformándose deciden proclamar
el misterio de su sed
la sed de su dolor
el dolor al fin como un apósito
plácido.
Fingido el trámite nos queda el debe.
martes, 2 de julio de 2013
¿Qué ha sido del blues?
De una pena de neumáticos almacenados vengo,
tal vez porque ellos supieron de largas autopistas
que siempre finalizaron al borde de un país
con infinitas fronteras,
su pena de bordes alambrados.
Ahora me ofendo
me afeito o quito
la cera de mis oídos.
Y arropo la maleta que me espera espantada
con las puertas abiertas.
lunes, 1 de julio de 2013
El inservible estado de lo perfecto
Teniendo en cuenta ese ruido imperceptible
que hacemos todos al soñar
comparezco ante vosotros
como objeto inimitable
o ser perseguible a remotas zonas escarpadas.
A cierta altura soy tan peligroso
que el latido del corazón
inventa la realidad del abismo.
que hacemos todos al soñar
comparezco ante vosotros
como objeto inimitable
o ser perseguible a remotas zonas escarpadas.
A cierta altura soy tan peligroso
que el latido del corazón
inventa la realidad del abismo.
viernes, 28 de junio de 2013
Autonota
No, Tomás
no te queda país
para resistir las embestidas,
se agotan los paisajes internacionales
de la duda
y toda la geografía del planeta
es una mísera certeza.
no te queda país
para resistir las embestidas,
se agotan los paisajes internacionales
de la duda
y toda la geografía del planeta
es una mísera certeza.
jueves, 27 de junio de 2013
lunes, 24 de junio de 2013
Búcaros de plomo
Yo soy el tomillo que reposa
en chaquetas de panas
y en búcaros de plomo.
Soy olor más que perfume
y malestar más que dolor.
Yo soy el álgebra que duerme
en todas las cerillas,
su llama
incesto un instante,
construye el carbón
donde arden los amantes.
en chaquetas de panas
y en búcaros de plomo.
Soy olor más que perfume
y malestar más que dolor.
Yo soy el álgebra que duerme
en todas las cerillas,
su llama
incesto un instante,
construye el carbón
donde arden los amantes.
jueves, 20 de junio de 2013
Citas desinteresadas: Clara Janés
Cita dedicada a Inés González, en agradecimiento
Vuelve la marea
a levantar mi deseo.
Duerme la casa
llena de abandonos.
Un cordón de alas
arrastra la luz
a los grandes ventanales
donde el ausente
respira por su infancia.
-Clara Janés. El libro de los pájaros-
martes, 18 de junio de 2013
Siervo de la gleba
El dolor
El dolor, sus gemidos afirman en mí su poder
y en medio de la noche
soporto la soledad del desatendido,
del desamparado que como yo cocina a estas horas
nocturnas cenas acaecidas, sufragadas con el llanto,
el desamparo, la ilusión rota;
digeridas entre evocaciones y ciega humildad
este hombre, hermano camarada envarado y serio,
olvidado en su cocina como yo en mi alcoba,
con su cena él, con mi dolor yo,
ambos rotos por la distancia,
dos seres que afrontan el futuro
con económica ilusión y desastrosa forja,
en porfía. Dos siervos. Dos plañideras.
Que yo sea un siervo
Que yo sea un siervo de la gleba
y que a mí me aten,
y que tú difundas desastres o quiebras personales
con la alegría suficiente y rotunda
como para hacer del disimulo un arte.
Que yo sea vil y pendio, infamante o vílico
más nunca señor de la hacienda y sus enseres.
Aspira sus aromas, haz que tu sangre viva
rodeada de mágicos impulsos y nazca de mi carne
el vital hilo de vida que nos ata.
Sea yo, por tanto, un fracasado varón,
tú una sombra hembra o una hembra santa,
yo un mayordomo torpe, tú una fruta quieta
sobre bandeja de plata madurando.
Yo siempre, un siervo de la gleba.
¿Que clase de remordimiento
¿Que clase de remordimiento has puesto en mí
que quiero liberarme?
¿Tal vez gramáticas palabras de redondez eterna?
¿Un vaso azul de agua sobre la vieja mesa de madera?
Que yo te agradezca evita mi ignorancia,
mi agreste impulso surreal.
Así me recuerdas: aún como una de las doce plagas.
Que todavía las sufra, y así seré dispuesto potro de tortura,
celda de castigo,
un negro ángel de la guarda,
tu siervo arcángel,
la quimera señalada por el juez
dueño y señor de las cárceles,
en esta fría y lumínica tierra.
Adriático esposo
Adriático esposo, isla misteriosa,
siervo de la gleba, sinónimo de hombre,
alas y fuego conjugados y tristes,
un recuento de idiomas que dan a la lengua
su virgen aguacero: un hombre solamente
ausentado de su casa,
refugiado y lerdo,
melancólico bobo,
sedado por leves infusiones,
medicinales ojos que quieren sorprenderme
y acariciar al hombre que es mi ausencia:
en la sombra, en la sombra,
tras de ritos y tótemes,
tras el paso del hombre queda un rastro
al que nombran camino de arena.
Aumenta la pena
Aumenta la pena y el duelo amenaza
con identificar al héroe en doradas placas
o lápidas de mármol o losas de granito:
aquí yace el paciente guerrero que mira al poniente
aumentado en paciencia,
engrandecido de dolor, valiente por fin,
dispuesto al arrojo, al disfrute heráldico
desde el balcón de la muerte
y el vacío de la fosa.
El dolor, sus gemidos afirman en mí su poder
y en medio de la noche
soporto la soledad del desatendido,
del desamparado que como yo cocina a estas horas
nocturnas cenas acaecidas, sufragadas con el llanto,
el desamparo, la ilusión rota;
digeridas entre evocaciones y ciega humildad
este hombre, hermano camarada envarado y serio,
olvidado en su cocina como yo en mi alcoba,
con su cena él, con mi dolor yo,
ambos rotos por la distancia,
dos seres que afrontan el futuro
con económica ilusión y desastrosa forja,
en porfía. Dos siervos. Dos plañideras.
Que yo sea un siervo
Que yo sea un siervo de la gleba
y que a mí me aten,
y que tú difundas desastres o quiebras personales
con la alegría suficiente y rotunda
como para hacer del disimulo un arte.
Que yo sea vil y pendio, infamante o vílico
más nunca señor de la hacienda y sus enseres.
Aspira sus aromas, haz que tu sangre viva
rodeada de mágicos impulsos y nazca de mi carne
el vital hilo de vida que nos ata.
Sea yo, por tanto, un fracasado varón,
tú una sombra hembra o una hembra santa,
yo un mayordomo torpe, tú una fruta quieta
sobre bandeja de plata madurando.
Yo siempre, un siervo de la gleba.
¿Que clase de remordimiento
¿Que clase de remordimiento has puesto en mí
que quiero liberarme?
¿Tal vez gramáticas palabras de redondez eterna?
¿Un vaso azul de agua sobre la vieja mesa de madera?
Que yo te agradezca evita mi ignorancia,
mi agreste impulso surreal.
Así me recuerdas: aún como una de las doce plagas.
Que todavía las sufra, y así seré dispuesto potro de tortura,
celda de castigo,
un negro ángel de la guarda,
tu siervo arcángel,
la quimera señalada por el juez
dueño y señor de las cárceles,
en esta fría y lumínica tierra.
Adriático esposo
Adriático esposo, isla misteriosa,
siervo de la gleba, sinónimo de hombre,
alas y fuego conjugados y tristes,
un recuento de idiomas que dan a la lengua
su virgen aguacero: un hombre solamente
ausentado de su casa,
refugiado y lerdo,
melancólico bobo,
sedado por leves infusiones,
medicinales ojos que quieren sorprenderme
y acariciar al hombre que es mi ausencia:
en la sombra, en la sombra,
tras de ritos y tótemes,
tras el paso del hombre queda un rastro
al que nombran camino de arena.
Aumenta la pena
Aumenta la pena y el duelo amenaza
con identificar al héroe en doradas placas
o lápidas de mármol o losas de granito:
aquí yace el paciente guerrero que mira al poniente
aumentado en paciencia,
engrandecido de dolor, valiente por fin,
dispuesto al arrojo, al disfrute heráldico
desde el balcón de la muerte
y el vacío de la fosa.
lunes, 17 de junio de 2013
Dónde Amar lleva tu nombre: un poema de Pepa Barrios
Pepa Barrios dice que no es poeta. De vez en cuando lo es.
Al igual que este blog de vez en cuando hace excepciones y
deja de ser egoísta.
A Pepa tan sólo le falta tiempo, "un tiempo de motivos" para
construir un poemario y demostrar al mundo que puede. Su
"humildad poética" dejará un día de estos de serlo y cuando
se suelte, se destrenzará de versos. Aviso.
Donde Amar lleva tu nombre
Quise ser mujer de Gauguin
corales y bambú
india de piel canela
pies descalzos
y una flor prendida en el pelo.
Quise ser mujer de Modigliani
en la transparencia del cuerpo frágil y desnudo
en la blancura de las nalgas y los pechos
Y ensimismarme
pensarme para dentro.
Quise ser
bailarina de Degas
solitaria lectora de Edward Hopper
y tal vez quise ser
mujer etérea de Tamara de Lempicka
Tal vez quise...
Ahora quiero ser
india en ti
piel canela
pies descalzos
cuerpo frágil y desnudo
blancura de nalgas y pechos.
Ahora
quiero ser la mujer que tú nombras
tierra sementada, germinada,
ablandada por el agua que procuras
para empreñarme de ti y tatuarme en tu piel
para que cinceles con tu boca cada parte de mí
y con tus manos
-metal pesado-
moldees todas mis esquinas
Y con tiempo lento, amor,
recorras mis cuartos interiores
donde amar lleva tu nombre.
sábado, 15 de junio de 2013
Vario y Dispar
Sed de amor
Tanto fue el cántaro a la fuente
que al final no volvió.
Dicen algunos que se enamoro de ella,
y que un día se les vio de la mano
abandonando las calles de la ciudad.
----------------------
Mecánica dialéctica
El mecanismo que hace que un teléfono funcione
siempre es la mano que al otro lado descuelga.
----------------------
Espionaje
Si el silicio recuerda,
¿qué es lo que no se le dijo?
----------------------
Devastación interior
Los bordes de la ruina
siempre están próximos,
las escombreras un poco más lejos.
El final se aproxima cuando las lindes,
entre ambas, aquí y allá, empiezan a fundirse.
Tanto fue el cántaro a la fuente
que al final no volvió.
Dicen algunos que se enamoro de ella,
y que un día se les vio de la mano
abandonando las calles de la ciudad.
----------------------
Mecánica dialéctica
El mecanismo que hace que un teléfono funcione
siempre es la mano que al otro lado descuelga.
----------------------
Espionaje
Si el silicio recuerda,
¿qué es lo que no se le dijo?
----------------------
Devastación interior
Los bordes de la ruina
siempre están próximos,
las escombreras un poco más lejos.
El final se aproxima cuando las lindes,
entre ambas, aquí y allá, empiezan a fundirse.
jueves, 13 de junio de 2013
El otro
Él ha parafraseado prosas que jamás contaron
con la venia del otro. Se apropió del nombre
que usó aquél y prestó el suyo
para fingir que era amado.
Deseó la belleza como abismo insondable
permanecer atento al horror de allí abajo
al misterio que agota todos los sentidos
le tenía presto y próximo al fracaso
naufragando creía en la felicidad eterna.
Él habla con amigos los días de diario
los festivos los deja al albur
de cicatrices renovadas y jóvenes.
¿Cómo es la mirada del que ve pasar
dispersas gaviotas (su graznido de estaño)
mujeres con blusas de primavera
trenes cargados de hombres y lluvia
bolsas de frutas y flores
llevadas por manos hacendosas y púdicas?
Celindas azules
pues las blancas se fueron
ardieron en la noche
su color ilumina los rojos tejados
de la encendida ciudad.
Y duda cuando dice su edad
piensa si no será él
el que se está expulsando
de esa infancia infinita.
El vaho del otro
el mismo vacío
el flujo de las olas
su fuego de agua
va grabando contra las rocas
los rostros
de todos los ahogados
en la ciudad de acero y hormigón
en la ciudad de perros y miedos
que ladran su aullido de cristal
cortando el rostro pétreo
de desnudos y valientes obreros
que drogándose al son
de músicas espurias
queman sus camisas
como antes aquellos otros
quemaron sus naves.
con la venia del otro. Se apropió del nombre
que usó aquél y prestó el suyo
para fingir que era amado.
Deseó la belleza como abismo insondable
permanecer atento al horror de allí abajo
al misterio que agota todos los sentidos
le tenía presto y próximo al fracaso
naufragando creía en la felicidad eterna.
Él habla con amigos los días de diario
los festivos los deja al albur
de cicatrices renovadas y jóvenes.
¿Cómo es la mirada del que ve pasar
dispersas gaviotas (su graznido de estaño)
mujeres con blusas de primavera
trenes cargados de hombres y lluvia
bolsas de frutas y flores
llevadas por manos hacendosas y púdicas?
Celindas azules
pues las blancas se fueron
ardieron en la noche
su color ilumina los rojos tejados
de la encendida ciudad.
Y duda cuando dice su edad
piensa si no será él
el que se está expulsando
de esa infancia infinita.
El vaho del otro
el mismo vacío
el flujo de las olas
su fuego de agua
va grabando contra las rocas
los rostros
de todos los ahogados
en la ciudad de acero y hormigón
en la ciudad de perros y miedos
que ladran su aullido de cristal
cortando el rostro pétreo
de desnudos y valientes obreros
que drogándose al son
de músicas espurias
queman sus camisas
como antes aquellos otros
quemaron sus naves.
martes, 11 de junio de 2013
Espera
Se aliñó de ojos
se puso sobre monturas de hierba
álzose quizás sobre el granito
miró oteando
tal vez escudriñó
olfateó el viento oliendo sus pólenes suspendidos
y supuso que el abrupto terreno
que se extendía frente a él precisaba de un jinete
o de un guerrero.
Rodeó con pies de acero,
con músculos de mineral y roble
rocas elevadas casi hasta tocar otro planeta,
y se tumbó entre las sombras
que rebosaban los afilados perfiles de la piedra.
Un millón de años y aún espera
que le dijeron que esperara
a un tal Godot o a un tal primero.
Beckett, allá en Dublín, en un viejo café
lee una carta de su amigo Joyce
sin concederse tregua.
Lento, como una mano
que rozara la incertidumbre,
acaricia el papel,
sus letras caen blandas al suelo
y el sobre arde.
Sus lentas cenizas
van escribiendo la palabra: "Espera".
se puso sobre monturas de hierba
álzose quizás sobre el granito
miró oteando
tal vez escudriñó
olfateó el viento oliendo sus pólenes suspendidos
y supuso que el abrupto terreno
que se extendía frente a él precisaba de un jinete
o de un guerrero.
Rodeó con pies de acero,
con músculos de mineral y roble
rocas elevadas casi hasta tocar otro planeta,
y se tumbó entre las sombras
que rebosaban los afilados perfiles de la piedra.
Un millón de años y aún espera
que le dijeron que esperara
a un tal Godot o a un tal primero.
Beckett, allá en Dublín, en un viejo café
lee una carta de su amigo Joyce
sin concederse tregua.
Lento, como una mano
que rozara la incertidumbre,
acaricia el papel,
sus letras caen blandas al suelo
y el sobre arde.
Sus lentas cenizas
van escribiendo la palabra: "Espera".
domingo, 9 de junio de 2013
AMADA
Amada en esta
noche tú te has crucificado
sobre los dos
maderos curvados de mi beso;
-César Vallejo-
Amada con valerosos soldados que vinieron del miedo
he intentado seducirte,
lograr que entretuvieras
tus cálidos labios en mi músculo primero.
Amada,
hoy, a esta hora perfecta y mema,
con héroes calamitosos y cobardes,
pedantes treintañeros pusilánimes,
he puesto en todas las fronteras
claveles y geranios, alguna madreselva.
Y para que huela a jazmín tu pubis
de sensual jardín guerrero
he colmado tu alcoba
de esta dulce enredadera.
Y mientras se llena la pagana noche
del aire de tus clámides
y un murmullo de minué
va apagándose en ti,
con un ejército de cobardes rastreo
el silencio de tus ingles
el olor azul de los armarios,
la soledad de margaritas y riberas
en los bordes tristes de la cama.
STEPPENWOLF: Hoochie Coochie Man
Ni el verano se pone de acuerdo con la primavera
ni la primavera se puso de acuerdo con el invierno
ni el blues corresponde ya a la noche.
Así tú y yo amanecemos con los ojos abiertos
mirándonos desde una desnudez de octubre
y con las manos comprobando
si nuestro frío tiene la calma de la sangre del otro.
Y nos besamos mientras Guerra canta en la lejanía
de este amanecer
su locura
encendiendo la piel del río
donde damos a luz los clandestinos.
ni la primavera se puso de acuerdo con el invierno
ni el blues corresponde ya a la noche.
Así tú y yo amanecemos con los ojos abiertos
mirándonos desde una desnudez de octubre
y con las manos comprobando
si nuestro frío tiene la calma de la sangre del otro.
Y nos besamos mientras Guerra canta en la lejanía
de este amanecer
su locura
encendiendo la piel del río
donde damos a luz los clandestinos.
viernes, 7 de junio de 2013
Si los pájaros hablaran
1
Y
se hace el amor
se
hacen los besos
y
se van los cuerpos
pero
ella siempre se queda
como
un golpe de huella
grabada
en la piedra granito cenital
del
universo humano
y
caen desde inconfesables alturas
lágrimas
sobre mi carne
mi
espasmo
mi
ella
que
llegó como una tormenta imponiendo
el
ruido de su personalidad
introduciendo
en la cerradura de mi carne
la
llave de su corazón
y
comenzó el sonido de ciertos abanicos a levantar
con
sus brisas
cifras
donde giraban los besos
muñecas
encendidas
cartas
esquelas envíos mensajes noticias
todo
corría
aconsejándonos
no dejar pasar el tiempo
que
tanto trabajo nos había costado traer
desde
el desván del pasado
hasta
las zonas que eran nuestro desierto.
Yo
acariciaba el barro.
Los
pájaros enmudecían.
2
Pero
si los pájaros hablaran
nos
anunciarían la lluvia
que
tú estás fresca y nube
y
vienen aires húmedos.
Si
lo pájaros hablaran
nos
anunciarían la lluvia
que
su sonido de agua pronuncia
la
palabra árbol
la
arboleda los nidos
el
lenguaje del canto
el
batir de alas
el
horizonte aciago
la
zozobra de sus noches.
Y
en ellas bordar la rutina
sobre
telas tristes
abrir
el agua
con
dedos de espuma
abrazar
el cielo
con
brazos de luz
bajar
hasta el fondo
quedar
en lo profundo
hundirse
hasta el hueso íntimo
encontrar
la superficie
donde
habitan los claros del
universo
su
dedo cósmico
su
frente esférica
su
silenciosa presencia
su
inocente alimento.
E
ignora el hombre
este hombre
que toda ausencia es
deseable
allá donde la libertad
se
entremezcla con el amor:
y
ella debe ir y venir
fugarse
aparecerse
olvidarse
para
que la memoria alcance
hallazgos
inexorables:
el
recuerdo de la duda
y en esa duda él piensa
que si los pájaros hablaran
contarían secretos al oído
sonoro de la noche
a este poema triste que languidece.
jueves, 6 de junio de 2013
Citas desinteresadas: Victor Botas
Veo
a Dios
justo en ese momento en que mi cuerpo
se vacía de golpe entre tus piernas.
-Victor Botas-
a Dios
justo en ese momento en que mi cuerpo
se vacía de golpe entre tus piernas.
-Victor Botas-
miércoles, 5 de junio de 2013
Teatro
OBRA EN UN SOLO -BREVÍSIMO- ACTO
Personajes:
Jose
Tomás
Actores:
José Horacio Martos
Tomás Rivero Fernández
******* ******* *******
Se levanta el telón. Interior. Cualquier interior. Todos los interiores son iguales: su cocina, su baño, su televisor de plasma. ¿A qué sangre corresponde tu televisor?
Un día cualquiera. De lunes a domingo, cualquier día parece oscuro. Menos a los pájaros, que cualquier día les parece luminosamente único. No hay público presenciando la escena. Nunca hubo público, que a la escena incorporara su miedo.
Dos personajes con cara de Beckett. Dos proletarios incrédulos, con gesto de presos, parecen despedirse.
Jose: .- A ver si me escribes.
Tomás: .- No tengo tu dirección.
Jose (resuelto): .- Apúntala.
Tomás (tras una pausa, se palpa las ropas): .- No tengo bolígrafo.
Jose (gesto de fastidio, se palpa las ropas): .- Es igual. (pausa) Yo no tengo dirección.
Silencio. No hay aplausos. Cae el telón. Siempre cae. Comienza la huida.
Personajes:
Jose
Tomás
Actores:
José Horacio Martos
Tomás Rivero Fernández
******* ******* *******
Se levanta el telón. Interior. Cualquier interior. Todos los interiores son iguales: su cocina, su baño, su televisor de plasma. ¿A qué sangre corresponde tu televisor?
Un día cualquiera. De lunes a domingo, cualquier día parece oscuro. Menos a los pájaros, que cualquier día les parece luminosamente único. No hay público presenciando la escena. Nunca hubo público, que a la escena incorporara su miedo.
Dos personajes con cara de Beckett. Dos proletarios incrédulos, con gesto de presos, parecen despedirse.
Jose: .- A ver si me escribes.
Tomás: .- No tengo tu dirección.
Jose (resuelto): .- Apúntala.
Tomás (tras una pausa, se palpa las ropas): .- No tengo bolígrafo.
Jose (gesto de fastidio, se palpa las ropas): .- Es igual. (pausa) Yo no tengo dirección.
Silencio. No hay aplausos. Cae el telón. Siempre cae. Comienza la huida.
domingo, 2 de junio de 2013
A los filólogos
1
Cuando
en una curva del papel
la
pluma pisa tinta y patina,
o derrapa locuaz y se derrama,
dime tú que sabes de letras
o derrapa locuaz y se derrama,
dime tú que sabes de letras
sólo
porque multiplicas
los
grados topográficos
del
desnivel,
su
cambio de rasante,
con
la verdad que vive en su mentira,
¿a
dónde van los cuerpos
las
almas del derrape,
la fiebre helada del poeta,
la noche con su lástima,
las
cartulinas rotas,
los
libros quemados,
el
insomnio estricto de la palabra,
el
silencio,
ese
vacío de ecos,
el
verso que jamás se escribió?
2
Lo único
que he tenido que estudiar, que aprender, es la ignorancia. Ella me rodea con
naturalidad, es mi más fiel compañía. En mi caso, en este caso, la literatura se
enfrenta a un ignorante. Y nunca le tuve miedo. Ella lo sabe. Y va dejando
disimuladamente un reguero de letras. Yo cojo algunas. Pero existen pájaros. De
tal forma, cuando no puedo completar una palabra, coloco un pájaro. Él sabrá la
letra que se comió. Así la palabra que invento nace con posibilidades de volar
en una lengua extraña. Claro, existe otra probabilidad malsana: que a eso se le llame literatura.
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