miércoles, 7 de mayo de 2014

Hombre mío

……………………………………………
hombre mío en rechazo y observación, vecino
en cuyo cuello enorme sube y baja,
al natural, sin hilo, mi esperanza…
-César Vallejo-

Que estrecho soy de aquí ahora que me agacho
que corto soy de allá ahora que me estiro
pero cuanto amo al hombre ahora que lo pienso
aún a pesar de la distancia
que me produce su ausencia
se dijo el predicador del desierto
mientras daba de comer a los tigres.
Se ha vuelto anémico el semen fértil
forzado a modelar una forma
un perfil entre los espinos grises
y triste el grito que en el páramo clama
un soberbio ejemplar pletórico
de ácida eyaculación profusa
que arrastrándose hasta la fosa
ansia preñar a la receptiva fiera
postrada y sometida
cautivada por el pecho brillante
de cobre virgen sudando aceros
e inclinada y dócil ante la fálica roca.

Hombre mío
que tiemblas ante el grito de tu nombre
sonando en el eco de mis manos afónicas.
Cuando te llamo icono
tan sólo voceo tu pérdida.

sábado, 26 de abril de 2014

Cuarto Aniversario: Oscura mecánica de un pensamiento positivo

Este humilde y pedante blog, cumple hoy, o mañana, qué más da, cuatro años. Cuatro años de "Folios Grapados" egoístas, moviéndose en el poema, enrocándose en el verso que se destruye y revive, o se muere para ser otro. Cuatro años en la vida de un blog son muchos años, sobre todo ahora que los blog se mueren: los ratones de letras abandonan el barco. Así que para celebrar semejante contradicción, elijo un texto de José Horacio Martos, un buen amigo y mejor poeta, escritor, ser pensante que piensa, en redundante alternativa a tener que pensar, por pura lógica o defecto, en quienes somos y por qué estamos vivimos como si realmente viviéramos.

El texto lleva por título:

                                   Oscura mecánica de un pensamiento positivo


Bajando por la agreste y recién coronada pendiente de la cuesta llamada La Albahaca, bautizada así por las huestes del rey como consecuencia (se cree probable aunque no seguro) de la inmensurable cantidad de estas plantas en sus aledaños y rededores más alcanzables, en el camino de Pueblo Bajo, dirección sur, rígido y seguro de sí mismo, rodeado de esa aureola de efervescente altanería, el hombre concreto, orgulloso de sus querencias transfiguradas por un mítico pasado, el hombre universal como ente, esa taimada persona que siempre se ha valido de sí mismo para tratar de conseguir una meta propia y accesible en esta vida tan dura y desleal que asciende irreversiblemente hacia delante en el tiempo, gime de pronto  al pisar de súbito una piedra esculpida, un canto situado en un montículo extraño del relieve, sufriendo un repentino pinchazo, un pequeño dolor en el costado que le sube por el cuerpo cual lengua de voraz fuego y, advierte y padece el dolor como cuando de joven se hirió, rajándose el muslo con la lanza saliente de una verja doblada en el camino destinado a los viajeros; se resiente y piensa que tal vez esa punzada vertical que aflora por sus carnes, fuera un producto inequívoco  de alguna malformación  genética contraída hace miles de siglos acaso, derivada sin duda de algún pariente ancestral que quiso, tiempo ha, capturar algún raro ejemplar de mamífero prehistórico para su posible manutención  o quizá,  del efecto de alguna caída brutal sobre el costalar derecho,  huyendo quién sabe si de alguna horda de implacables autóctonos que hubiesen seguido su pista a través del sórdido desierto, escudriñando sus huellas, sintiendo el acelerado latido de su corazón perseguido, oliendo e incluso rastreando el terreno si hubiese sido necesario, en busca de ese característico olor humano que se deja en el ambiente cuando  traspasamos las fronteras del miedo, dejando paso al terror que se embriaga en el haz de las hojas del follaje dejadas al paso, olor a pánico que rezuma a lo largo de infatigables kilómetros de búsqueda,  como cuando se persigue al más débil y jadeante animalillo de la fauna silvestre para horadar su cráneo y beber sin duda ese grasoso reguerillo de sangre joven que nos riega las manos y nos empapa en su brusca salida,  insuflándonos de vida, haciéndonos recordar ese antropófago pasado,  seduciéndonos el semblante, activando esas obsoletas neuronas que creíamos enterradas para siempre en el pasado,  introduciéndonos en ése otro yo del que todos disponemos, en esa otra desconocida faceta de nuestra personalidad que,  aunque también nos pertenezca nunca le damos la debida importancia y, quién sabe de qué manera tuvo nuestro antepasado perfecto que lanzarse al vacío desde el acantilado para salvar el pellejo de una muerte segura –demencial e imprevista como todas las muertes azarosas- , restregando su costado con ese impertinente saliente de roca asfáltica que le dejó posiblemente humillado pero vivo y que, el mar lavó con sal para que sus heridas pudieran sanar y él, pertinaz sujeto de la historia y el futuro, pudiese procrear para que todos naciésemos, y para que el recuerdo de su desventura nos hiciera mitigar, en la lógica comparación,  éste inmenso dolor que padecen mis ijares, notificándome fehacientemente que estoy irremisiblemente vivo.

 -José Horacio Martos-


                                    

viernes, 25 de abril de 2014

La triste responsabilidad de ser un hombre

A medida que avanza el día la noche simula oscuridad
se pone el disfraz que le corresponde
con arreglo a unas perspectivas
de técnicas extrañas donde el camuflaje queda reservado
para sorprenderme siempre durmiendo.

Entre todos los seres que pueblan mi vida
a medida que avanzan simulo aliviado
un determinado color fantástico
sacrificando mi oferta de tonos grises
propios de herméticas pinturas.

Sigo siendo un elemento que huérfano de padre
pendulan -ajustadas al reloj de la vida-
aún madre alguna hermana
y dada mi condición femenina en grado
que algunas mujeres llaman interesante
siento que formo parte de lo pusilánime del hombre
de su trama de gestos heroicos o imposibles
acometiendo con simulada gallardía la ración de golpes
que la vida para mi alma tiene destinados
ya que según ellos me corresponden cada día
-tal lo estipulado en el reparto- dada mi identidad de macho
líder familiar escala social preparación física o profesión.

Así llevo esta pesada carga con metódica y ágil precisión
pues debo enfrentarme a peligros mucho peores
donde algún hematoma o verdugón del que soy destinatario
dejará en mis carnes vacuna suficiente para soportar
otros dolores aún más terribles: fracturas en el corazón
porque todos los trauma deberán -dicen- (reiteran)
ser internos
que es el dolor que mejor conoce el miedo
tratando de que yo sea otro cobarde
procurando despreciar ese gesto cosmopolita
totalizante y solidario que solo tienen las mujeres
y en el que ellas trascienden gestando el universo
mientras yo vivo la tristeza de ser un sometido.

jueves, 24 de abril de 2014

martes, 22 de abril de 2014

Tribus

Hoy no es el día del libro. Mañana, día 23 de abril, sí.
Los catalanes en esta fecha suelen vender alrededor de seis millones de rosas rojas. Qué dolor. Tantos rosales amputados. Imagino una pradera de seis millones de rosas. Una pradera en América, donde a lo largo y ancho de ella cabalgan indios cheyennes, comanches, arapahoes, sioux, navajos, apaches, cherokees, shoshonis, semínolas, pies negros (black foot), hollando seis millones de rosas. Los cascos de aquellos caballos montados a pelo, resbalando sobre pétalos de rosas y al grito de: ¡¡Por Manitu!! Aquellos hombres hermosos, con sus pechos sembrados de pájaros, galopando las praderas, el viento en la frente, pensando la vida, la libertad.
De haber sido así, como lo cuento, ahora existirían ellos y no los malos. Existirían esas tribus de pieles rojas y no estas otras tribus urbanas de poetas y literatos que galopan el asfalto con un cuchillo barrio bajero entre los dientes.
¿Qué libros leyeron aquellos indios sobre una alfombra de rosas, que ahora nos vemos obligados a celebrar que ponemos libros en los tiestos, los cuales regamos como si fueran rosales?





domingo, 20 de abril de 2014

Conjeturas

Hice conjeturas.
Construí cajitas de madera
con fórmulas, claves y números
y un ovillo de oro dentro. 
Aprendí a moverme entre la nieve
con las piernas hundidas hasta las rodillas.
Conocí gente que caminaba en una sola dirección:
todos buscaban la misma pregunta.
Analicé el vuelo de un ave exótica
que nunca regresaba dos veces al mismo sitio,
mas dejaba siempre con su pico
una señal en cada rama.
Comprendí que la nada existía
también con los ojos abiertos.
Y una noche sin luna cruzó una sombra el umbral
y desde entonces guardo
un íntimo secreto en la penumbra.

Hice conjeturas:
las flores eran la sangre de cuerpos tristes
que morían en la pradera.
Sentí un día la boca roja y cálida
y pensé, esto no es cierto:
estoy volviendo a ser vendaval.

Aprendí del paisaje,
atemperé el páramo
con lluvia del sur en los bolsillos
y una permanente espera
a que llegaras
a que llegaras.



viernes, 18 de abril de 2014

Aman lo que hacen

Hoy no es es el día de la República.
Hoy es el día de mis abuelos
que eran republicanos. Yo no.


Limpieza

Dispuso el hombre
orden en las cosas de la casa,
disputó a los minutos urgencias
siendo minucioso en sus devaneos con las huellas
que el polvo recoge,
o con algunas mujeres
que le trajo el recuerdo.

No queriendo dejar defectos
que a los demás sirvieran de coartada
para entender sus últimos movimientos,
lavóse se afeitó se vistió con muda limpia
por tanto
abrió la espita del gas usando para ello
guantes de goma o látex.

Otros como siempre dispusieron del cuerpo.

Luna

Como esdrújulas pones imanes en tus sienes
y desde allí orienta la luna su furor de metal
los insuficientes besos que nunca quieres darle.

Inactiva se activa la palabra en tu lengua
de ella parte un tren cargado de palabras
que laxa pronuncias contra el lodo ancestral.

Tu labio leporino abierto a la maldad
oquedad entre dientes cuando el lirio blanco
fue puesto sobre tu carne fogosa y gélida.

Cercana ya la tumba una carta escribiste
con espinas celestes y perfume de rosas
contra el húmero negro que invadió tu tintero.

La muerte tiene aroma de cieno y miel
sabor a un beso dulce que no te dio nadie.

Si te mira la luna debes abandonarte.



sábado, 12 de abril de 2014

Días

No dejes de equivocarte
equivócate siempre
comete errores
sé torpe no aciertes nunca
déjate llevar por el error
si alguien quiere salvarte
ya vendrá a corregirte
el que sabe más que tú
y si no espera a que te expulsen
de la tribu por insistir en una piedra
que todos odian
y algunos arrojan con fuerza
al otro abismo
de sus almas.
Sé el error que nadie soporta.
Hincate de piedras con una hache de cruz
elúdete a ti mismo
fracasa de ti
y que ellos comprendan mejor que tú
el acierto
y por favor
no veas nunca el error en los demás
capaces son de comprender el tuyo.
Insiste en él
y no desfallezcas de soledad
insiste en el error aunque sepas acertar
cuando todos duermen.


Citas desinteresadas: C.P. Cavafis

Alegría y perfume de mi vida para mí, que detesté
cualquier goce de amores rutinarios.

viernes, 11 de abril de 2014

Dezliz

Dice Jorge Wagensberg, (doctor en Física) que el ser humano es individualmente inteligente y colectivamente imbécil.

Esta reflexión está sometida a un total estado estático, que es sin duda el estado real de todo individuo que pretenda serlo. ¿Se puede estar en contra de ser individuo, o de ejercer como tal, como el sol puede estar en contra de estar condenado a arder? Y en esa pasividad individual, puede que Wagensberg tenga razón, ya que un individuo que se precie de serlo nunca se contaminará del colectivo, o con el colectivo. Dicho esto, el ser humano individualmente es un imbécil y colectivamente inteligente. Dando por echo que es el colectivo el que te impulsa a pensar en nombre de los otros y nunca en el propio. O también digamos que es el propio pensamiento individual, el que, al ser sometido a la no inteligencia del colectivo, lo que de alguna manera (¿razón de ser?) le hace al ser humano individualmente inteligente. Individualmente inteligente, por tanto, de sí mismo, claro. Ante lo cual este individuo, debe al colectivo que pueda pensar como él cree que piensa un individuo.

Jorge Wagensgerg insiste que la contradicción entre la independencia individual y la colectiva, esa "terrible" convivencia, debe ser resuelta por la justicia. Y en esa estamos, esperando a un juez (¿tal vez 250 sería un buen número?) que nos diga qué justicia necesitamos.

Hoy me levanté menos poeta de lo normal y más ordinario que lo profundamente filosófico.


miércoles, 9 de abril de 2014

La clase obrera va al paraíso *

Si me preguntan diré que esta tersura proletaria
de arrugas inclinándose al atardecer
se debe a una crema anticomentarios
que me he dado en la cara;
que dejé de leer los cataclismos
mas sin dejar de vivir en ellos.
Si me preguntan diré que vengo,
que jamás fui,
que nunca pisé lugares sacros,
y que, aunque miré, no vi más que una
niebla
espesa,
diré que ya dejé de leer entre líneas
y que ahora leo aves cuando pasan
cruzando el cielo,
camino de emigrantes climas,
más cálidos o benignos.
Diré: este es el muro desde el que caigo
construido por todos;
mas es verdad que no veo nada
y que tropiezo siempre en la misma piedra,
puesta por vosotros, sin duda.

Sin duda.

Siempre creísteis que mi inocencia era soltera
de viudas emociones interiores.



* "La clase obrera va al paraíso", 1971. Película dirigida por Elio Petri y protagonizada por Gian Maria Volonté, Mariangela Malato, Gino Pernice, Salvo Randone.

domingo, 6 de abril de 2014

Besos ledos

Qué fácil es bajar por hebillas
De hierba fresca
Y habas verdes
Qué fácil es tenerte
En ese mimbre
Trenzado de lunas
Junto a la alberca y el membrillo en flor.


Tu sur de sedas extranjeras


Breve universo para una noche de bailes

Allá se ven iguales medusas y otras algas
acá anémonas gemelas
que espinas tristes vieron
un día
murciélagos sordos
que nadaron en el aire.

Los recuerdos,
tal placton,
mezclándose a la par
se recombinan
se hacen distintos,
forman nubes que a la vez son magmas
de una sombra espesa que obligada
por la luz, por la lluvia obligada,
por la voz oprimida, se hizo eco,
a solas, a solas
algo se oyó en la niebla:
la voz se hizo voz, la voz,
la inconsume, incombustible, ardiendo,
la inacabada niebla de recuerdos
que arremete, entra y sale de tugurios,
y de noches, y de bares,
y de las bocas negras de los metros.

Y monocorde y errante
el hombre
sediento de nalgas y de fauces
se abraza a una sospecha,
besa a un jíbaro que vende iguanas,
se consuela disperso,
aplaude a una pareja de esqueletos
que bailan en la cálida noche
con brío de tristeza,
a ritmo de cajones y tantanes.

Y después nada ni nadie
va a disponer por ellos qué manteles,
qué vasos, qué sillas a su mesa.
La cena, la cena,
la sirven en dos lágrimas,
en dos cuencos de risas,
la cena que con ellos cena.

Abajo continúa la calle.
Persiste iluminada.
Bajo farolas de caimanes bailan tango
una pareja de monos amaestrados
de aquellos que Fafka previamente
informó con decencia a la academia.

Y el nombre insiste
que no quiere
dejar
de ser eterno.

viernes, 4 de abril de 2014

Dolor


que siempre
eres


a veces
te
deseo tanto
que sueño
con
la boca abierta
y un lirio
encendido

entre los muslos

Mira

si
te deseo
que
creo
que es
totalmente
imposible
que Dios

no exista

Yo

que siempre
soy yo

no sé

para
qué
me lavo
y tengo
esta
piel tan

sumamente

ignorada
por
los avatares
o el tacto
dislocado
de
tus manos


y
yo
olemos
a trigo
cuando sudamos
en las noches
de luna
llena

o a mar

en los
cuartos
menguantes
de
nuestro oleaje

Mira
si
te deseo
que voy
a la cocina
y

pongo

a hervir
agua
para escaldar
mis huesos
y sentir
que
ese dolor
es
tu
distancia

y tu
ausencia

Y
que luego
bebo
ese

agua

para calmar
mi
sed.

jueves, 3 de abril de 2014

Castillo

A veces me siento tan vivo
que desearía vivir en todas las casas
con toda la gente que las habita.
Me dura esta sensación unos instantes,
luego regreso a una personal ausencia
donde desearía vivir solo
rodeado de un gran castillo
con princesa y un dragón
que cada maña nos prepare el desayuno
a mi princesa y a mí.

A veces es sólo el viento en el bosque
o el aleteo de una mariposa.
Todos miramos la corriente del río.

miércoles, 2 de abril de 2014

Dos gatas

Citas desinteresadas: Jacques Prévert

El desayuno

Echó el café
en la taza
echó la leche
en la taza de café
echó el azúcar
en el café con leche
con la cucharilla
lo movió
bebió el café con leche
y dejó la taza
sin hablarme
encendió
un cigarrillo
hizo volutas
con el humo
echó la ceniza
en el cenicero
sin hablarme
sin mirarme
se levantó
se puso
su sombrero
se puso su impermeable
porque llovía
y se fue
bajo la lluvia
sin una palabra
sin mirarme
y yo apoyé
mi cabeza en la mano
y me puse a llorar.

lunes, 31 de marzo de 2014

La noche oscura de su piel

Pásale la mano a la tierra
frota los dedos contra el alba
piensa en los rostros que fueron piedra
pídele a la noche un vaso de luz
bebe de las minas el mineral arcano
disfruta con los ojos
de cerezas y patios 
pon alivios de rabia
sobre los muros blancos y malvas
con altares de hierba
encuentra tu aliento de palmera.

Pásale la mano a esa muchacha
por su cintura de aceite.
Súbela contigo al alto y oscuro desván
donde dormitan todos los recuerdos
ámala junto a viejos juguetes rotos.
Dale de ti ese olor a manzanas
que acumuló tu carne durante años.
Déjale un disfraz de amor y fantasía
una fácil cicatriz que pueda borrar
con la ceniza del último beso
con los recuerdos mudos del ruidoso
júbilo de amar.
Llévate de ella la noche oscura de su piel.
Pásale la mano a la vida
que te trajo hasta aquí.

sábado, 29 de marzo de 2014

Mi hada madrina

Foto de mi hada madrina, levitando sobre el paisaje,
en una de sus numerosas apariciones.
Últimamente empeñada en que me inspire
como dios manda y haga poemas que ni dios.

De momento, y para salir del paso, me quedo
con unas palabras del poeta Francisco Bejarano
que alguien me dejó por aquí, hace unos años:

"Si estuviera en mi mano borraría mis versos
-ya ven hasta qué punto es posible cambiar
un destino por un acto de voluntad- y viviría
en un lugar apartado y hermoso, en la compañía
de lo que han escrito otros mucho mejor que yo".

martes, 25 de marzo de 2014

Pobre jíbaros sin destino

Caminantes burdos y ordinarios aguardan agazapados
la llegada de la oportunidad,
o la oscura sombra que pueda despertarles
de la siesta del sol,
para lanzarse a los caminos,
a las sinuosas veredas marginales
y lucir desgarrados sus mejores galas desgarradas.
Y desde el traje de vestir recuerdos,
recordar las palabras que la niñez grabó en sus memorias
de cuando aquellas ruedas de carro
dejaban la huella de la llanta en el polvo,
de cuando aquellos viejos molinos obsoletos
giraban harinas en las aspas
de un trigo húmedo moliendo su alma
con viento favorable.

O la rueda de agua de la noria
rodaba cangilones dentados que mejoraban
la función itinerante de la polea
en su periplo de soledad,
girando una y otra vez porque giraban
por rumbos inciertos intentando averiguar
si molían para moler equivocados destinos,
el origen alimenticio que iba haciendo
que fluyera aceite y vino,
el aullido que llevaba al pastor,
al trashumante,
hasta lejanas cordilleras
a invadir los valles
con sus manadas distintas
de sabrosa carne a cuatro patas.

Pobres jíbaros sin destino,
bajarán luego al valle para pastar rebaños,
sudando bajo nubes de tormenta
un desvarío de peregrinos en llanto y procesión,
por que trasladarse es morir bajo la lluvia
que se pregunta qué sed tendrá hoy el viernes crucial
que al lunes quite su agua, 
o abril o este año de baldíos itinerarios,
el hombre humilde y manso
allá en las futuras multitudes
fundido con el tránsito de caballos y bueyes
y cestas de mimbre colmadas de verduras,
repletas de la vieja ropa sucia
que no tapa el miedo de ser
un poco prole o tal vez proletario.

El agua del arroyo en su silencioso fluir mudo.
La sencillez de vivir diáfano.


lunes, 24 de marzo de 2014

Citas desinteresadas: Xulio López Valcárcel

Gracias por la mujer
que da forma a la belleza,
por el sexo, que une
en una sola carne
dos soledades,
y por el sueño que nos permite
el viaje a la muerte
y el regreso.

Las luces de la noche

Mi vida se acaba
tengo en el jardín un árbol
también tengo un hueso familiar
y una piedra genética
y el humo que desprendieron
todos los poemas que quemé
una noche de lobos
y de ingles encendidas.

Y dentro de mí tengo un cofre de madera
con tierra dentro
nada cabe en mí que no quepa
bajo el suelo que pisa el hombre
bajo la tierra que cubre a los hombres.

Ya nada me espera al otro lado
de las rejas
mi libertad
tiene forma de pájaro
nacido en cautividad.
A estas horas del día
se encienden las luces de la noche.

domingo, 23 de marzo de 2014

MISTERIO

No ha de tomarse esto como se toma un tren en marcha, dijo ella. Ten calma. Piensa. Bésame. Busca la luna que llevo dentro. Despacio. Pon tu mano aquí donde el lucero y los eucaliptos. Lento, lento, más lento que la brisa. Despacio amor, que yo te dejo. Yo me dejo tocar siempre por ti, pero si quieres penetrar en mis secretos, eso sí, debes tomarme como se toma un tren en marcha.

 

viernes, 21 de marzo de 2014

Tu alma de aljibe

Tus caballos se mueren por falta de viento.
-Neorrabioso-

Levanta la mano izquierda,
empuña el viejo portaminas,
pon aquí un verso como una noria
que gire en canjilones de agua y saque de ti,
como de un pozo
un cuerpo dulce y suave como una sábana
cubierta de pasado, de gloria,
de húmedas arrugas,
o de historias nuevas.

Recupera la memoria de aquellas lágrimas
que cayeron un día que nunca fue desierto,
en tu alma de aljibe,
serena
y sin los misterios geográficos
de un laberinto.

Yo galopé en caballos que rimaban con fuego,
y sus crines de agua amaron la lluvia,
como la amaban las nubes,
los peces o los helechos.

Sin espuelas ni espinas,
aquellos caballos veloces
sembraron de huracanes
cada uno de mis recuerdos.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Blues: Sonny Terry, and Brownie McGhee, "Rock Island Line"

El tren que tenía que llegar hace un par de meses con su carga de blues, llega ahora con retraso por culpa de la crisis: todo camina lento.

Pete Seeger se apunta al experimento con estos dos genios. El tren venía a paso de tortuga y se subió a él.

Fidelidad

Huyen las alondras
y el espejo se quiebra
como un René Magritte.
He abrazado a mujeres blancas
que ya estaban muertas.
No resucita el aire al ser respirado.
Mujer no mires dentro de mi ojo
no hay nadie dentro que vigile:
este amor que te tengo
es un ciego prisionero.

lunes, 17 de marzo de 2014

Sí o sí, el poeta...

A Mª José Barrios

Deja que tome agua que me empape de agua
que yo sea agua que siembre agua que mire sin ver el agua
y no un pez ni un barco ni una piedra ni el fondo del agua.
Deja que sea el desagüe por el que te desaguas.



Citas desinteresadas: Bruno Mesa

Si tú, noctámbulo, lector de poesía,
comprendieras que la noche es el gran personaje de la luz
y la poesía el gran actor de la comedia humana,
si después de estos versos la existencia perdura en su derrota,
no te preocupes, porque la esperanza es terca,
y aún nos quedan noches y versos, recuerdos y amigos
con que engañar al tiempo y sus navajas,
con que olvidar hasta el olvido.

viernes, 14 de marzo de 2014

El insólito enemigo

He mirado en muchos corazones
y hurgado en todos mis anexos,
he perdido en todas mis esperas
y otras vísceras menos nobles me han alimentado.
Su energía me daba fuerzas
para explorar largas autopistas hacia el sur.
He encontrado playas y el mar
en recónditas calas
ocultas al final de un romo acantilado.

He hallado una sensual soledad
en mi carne morena
y mi beso bronceándose
al sol de un manso tiempo.

Toda mi vida la he solucionado
con el otro, el que va conmigo
hacia ninguna y todas partes,
el contumaz mago
el plácido inquilino,
la silueta lánguida.
El insólito enemigo
que me ofrece treguas
porque sabe que me vence.

Yo, un poeta que a veces dice
y se desdice, disconforme,
con ganas de abrazarse
a un ruido que siempre me precede
y ya se hizo costumbre.


miércoles, 12 de marzo de 2014

Eres hermosa y secreta y en ti nacen después

Eres hermosa y secreta y en ti nacen después. No antes ni ahoras ni siempres. Después. Un después para siempre, para antes, para ahora, para qué. Eras tú un sí de mis después. En esa postura, en ese escorzo, abriéndote en ese ten. Ese después dispuesto. Un después de eternos siempres. Un casi amé de ti antes de que una luz de después te ensombreciera, una luz de sal. Un después de la luz que supuso tu último ven. El de los dos, como si los dos estuviéramos allí, en ese después, dónde el final era próximo a un final donde finales había para después de ti, para después de mí, mi final para otros después que de ti vendrían.
Eres hermosa y distinta como un transparente después. Como ese orgulloso final que nunca acaba. Dónde tú me besabas para después, para que dentro de un siglo tal vez, para que siempre tu después me atase a ti, para que tu boca me supiera aún a luego, a ese eterno vendré como de un regreso, en un después amaneciendo en mí para que vinieras siempre. Vas llegando. Sé que si vienes, estarás en mí. Y fue después de muchos besos, que con un dedo roto y dactilar regresé a tocar con su fractura, el final de ti, el final de después. Nunca hubo una mirada tan profunda e intensa como la mía. Aunque fue desde la zarzas. O dentro o después de ellas. Y la sangre era un después para morir, pues aprendí de ti tu luego. Enredándose en mi sangre como una vena de espinas.