Tal vez no acabe nunca de hacer este poema. -J.M. Caballero Bonald-
jueves, 25 de noviembre de 2010
miércoles, 24 de noviembre de 2010
El pájaro siempre es un hombre que vuela
lunes, 22 de noviembre de 2010
Zapatos
Me puse unos zapatos que encontré en la calle.
Reñidos con el hombre me siguieron.
Pacientes a la puerta de casa aguardaron
a otro ser descalzo que yo era.
COMIENZACABA
Comienzacaba después de la tormenta
un ruido de humedad en la paja mojada
que llega desde el campo próximo
y penetra por la ventana abierta de tu casa,
tu casa que es tu casa porque dentro de ella
habita ese dulce olor a paja mojada,
la humedad que deja la tormenta.
Es la hora te dices de bajar a la calle,
caminante de calles o paseante de aceras,
caminas por el barrio, la ciudad queda lejos
se ve a lo lejos la ciudad
y en esta oscura plaza hay abierto un garito
donde tomar una copa dos copas un tercer trago
siempre preciso para acabar el paseo
y regresar al catre con olor a calvario
a humedad que dejara
la tormenta
tu tormenta
la de siempre
la familiar, la que está siempre a tu lado,
la que duerme contigo.
viernes, 19 de noviembre de 2010
OTRO POEMA
El ayuntamiento de Vejer de la Frontera aprobó terminar con el paisaje . Ayer fue noticia en la Televisión, que es la que ordena las noticias, la vida, el salón de casa, los fines de semana: todo lo que “nos sucede” se lo debemos a ella.
Quieren construir un “complejo” hotelero entre “El palmar” y Castilnovo. A 300 metros de la arena. Hasta aquí todo parece responder con el instinto asesino de estos depredadores del paisaje, la vida, el planeta. Los recursos naturales.
Me preocupa. Pero veo normal esta voracidad de pirañas. Forma parte de su naturaleza.
Pero lo que realmente me preocupa son los sectores sociales que quieren oponerse a esa construcción.
¿Cómo piensan oponerse? ¿Con las misma reglas que usa el enemigo, es decir leyes?. No pueden las misma leyes proteger a pobres y ricos. Asesinos y asesinados. No, las leyes protegen a los poderosos, me lo contaba mi bisabuela Irene Estévez. Y a ella su madre. Desde mi tatarabuela, en línea directa.
Hay un método que todo el mundo entiende. Hay un método en todo, dijo el sabio. Una manera de ser. Un comportamiento.
La vida no vale nada si no es para dejar constancia de que es nuestra. Su defensa. Hacen falta poetas. Cobayas. Poetas cobayas. Dispuestos a morir. Por la belleza. Por la vida. Sobran las palabras.
Tan sólo se detendrá esa construcción si los colectivos sociales que se oponen a ella están dispuestos a morir. El enemigo es muy poderoso. Tan solo un número indeterminado de muertes pararan a las máquinas. Lo siento. De lo contrario se van a levantar esas moles.
Y al contrario de lo que piensa la mayoría, la vida no lo es todo en la vida. Todo en la vida es dejar más vida tras de uno. Eso si es la vida. Uno se muere y la vida continua.
Y como dijo Don Antonio: un golpe de ataúd en tierra / es algo perfectamente serio. Machado era él. Más hoy ni siquiera la muerte se la toma en serio alguien: ni los asesinos del paisaje, ni los que dicen defender el litoral.
Demasiada buena educación. Demócratas muy bien educados. En ambos bandos.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
La sombra del poeta es alargada
martes, 16 de noviembre de 2010
Empecé a sentir cansancio
Empecé a sentir cansancio
y escribí poemas rápidos
que sólo duraban media solución.
Yo quería ser breve
recuperarme
descansar
convalecer.
Era la mejor medicina
para el lector.
Mi salvación.
Empecé a sentir cansancio
sometido a la lectura de mis poemas
por lectores inútiles
que sólo aportaban media solución
o algo menos.
Fue la mejor medicina
para mi escritor.
Ellos al fin consiguieron hacer de mí
Caminos invisibles
cabinas telefónicas
En las cabinas telefónicas
hay misteriosas inscripciones dibujadas con lápiz de
labios.
Son las últimas palabras de las dulces muchachas rubias
que con el escote ensangrentado se refugian
allí para morir.
-Pere Gimferrer-
En las tiendas de mi barrio se esconden
mujeres asustadas.
Con un temblor triste
huyen de maridos celosos y violentos;
compran leche, lejía, escobas,
pan y algunas libros
que luego leen a escondidas
aprendiendo a huir, a soñar que sueñan,
a no cejar en los intentos
y por fin,
aprendiendo a volar, escapan
dejando un rastro de amores amargos,
superada por fin la baba del miedo.
Subiendo por centros gravitatorios
en islas remotas se refugian,
crean grupos fuertemente armados,
conociéndose o tocándose,
amando la huella virgen,
el punto cero de su carne.
En las tiendas de mi barrio
no quedan cabinas telefónicas
pero sí un eco de mujeres
llamándose en la noche.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Para Olga Fernández Dévora
oficio
Arriba y abajo siguiendo mis pasos
o pisando mis huellas
calcé definitivamente
el pie que me acompaña
e hice mi obra con altiva paciencia
rastreando cual apache
los cascos heráldicos de Kafka
por ejemplo
u otros por ejemplos
como De Rokha y muchos más
alguno más llegó hasta mi cuerpo
que respiró la libertad con agallas de anfibio,
o la falta de ella con bífida lengua.
Y soporté hermético y soberbio
al poema caído en medio de mi frente;
que doblegado, abatido, impávido
gravitó dulce y amargo.
Fue reptando como una serpentina animal,
como una hiedra eterna y duradera.
Por todas mis tripas y mis hernias
fue dejando zarpazos de una gravedad
próxima al herido de guerra y su dolor hospitalario.
El poema felino, con enérgico vigor, me ha sometido
durante años. Obligado a pergeñar las heridas a los versos
o la letra a la palabra, he ido atando con hilos de sangre
el amor o la vida, el odio o la muerte,
añadiendo cabo al cabo, zurciendo y repasando
o corrigiendo sus afilados bordes,
así hasta vencerle un poco:
el poco de los genios o de los elfos o de los magos,
la brizna
del que somete a esclavo el remiendo literal,
a plancha el patrón tipográfico
a magistral borrador elegías y loas.
o pisando mis huellas
calcé definitivamente
el pie que me acompaña
e hice mi obra con altiva paciencia
rastreando cual apache
los cascos heráldicos de Kafka
por ejemplo
u otros por ejemplos
como De Rokha y muchos más
alguno más llegó hasta mi cuerpo
que respiró la libertad con agallas de anfibio,
o la falta de ella con bífida lengua.
Y soporté hermético y soberbio
al poema caído en medio de mi frente;
que doblegado, abatido, impávido
gravitó dulce y amargo.
Fue reptando como una serpentina animal,
como una hiedra eterna y duradera.
Por todas mis tripas y mis hernias
fue dejando zarpazos de una gravedad
próxima al herido de guerra y su dolor hospitalario.
El poema felino, con enérgico vigor, me ha sometido
durante años. Obligado a pergeñar las heridas a los versos
o la letra a la palabra, he ido atando con hilos de sangre
el amor o la vida, el odio o la muerte,
añadiendo cabo al cabo, zurciendo y repasando
o corrigiendo sus afilados bordes,
así hasta vencerle un poco:
el poco de los genios o de los elfos o de los magos,
la brizna
del que somete a esclavo el remiendo literal,
a plancha el patrón tipográfico
a magistral borrador elegías y loas.
jueves, 11 de noviembre de 2010
puesta de sol fría
Añadir leyenda a esta foto es creer que una puesta de sol en el mes de diciembre puede tener la leyenda de una puesta de sol en el mes de junio y que desde esta perspectiva de las cosas y los edificios que tenía a mi derecha, nunca sería posible. Cosas mías. Hecha la excepción, dejemos al poeta solo. Como siempre. |
Remedo
Calco el rostro con técnica surreal
en fino papel sobre el cemento
ignoro detalles de la cal
te apareces fósil o facsímil
te invoco
me inquieres
e interrogas el por qué
cual el deseo que me inspira
sumido en los nescientes misterios.
Reúno tu perfil
aparecen óleos de arenas
contemplo mi obra expuesta
en anímicas pinacotecas
nace el sol
me ahogan las Pandoras
con sus cajas de estragos y quebrantos
al cerrarlas
en su interior se oye el ruido de las olas.
Tu rostro lo difumina el cielo
el oxígeno en su deambular perfecto
tiñe el orden de la memoria
y te recuerdo vagamente
como un pañuelo sobre la arena mojada de la playa.
Ahogándose por turnos
nadadores suicidas se bañaban en un mar de plata.
en fino papel sobre el cemento
ignoro detalles de la cal
te apareces fósil o facsímil
te invoco
me inquieres
e interrogas el por qué
cual el deseo que me inspira
sumido en los nescientes misterios.
Reúno tu perfil
aparecen óleos de arenas
contemplo mi obra expuesta
en anímicas pinacotecas
nace el sol
me ahogan las Pandoras
con sus cajas de estragos y quebrantos
al cerrarlas
en su interior se oye el ruido de las olas.
Tu rostro lo difumina el cielo
el oxígeno en su deambular perfecto
tiñe el orden de la memoria
y te recuerdo vagamente
como un pañuelo sobre la arena mojada de la playa.
Ahogándose por turnos
nadadores suicidas se bañaban en un mar de plata.
lunes, 8 de noviembre de 2010
tapete plegable
Muestra di
insinúa o enseña
ten
acaso en la malva trinidad
de un pecado
o en ese triángulo de hilo
mantel donde se dejan
los secretos mensajes
y que van diciéndote
toma
ten
soy una blonda prendida
tal vez en el pubis
acabándose
hilando la sangre
llevándose
en ese molinete de viento
la mortal infancia
dónde fui tan feliz.
Toma este ten
tan sin ti.
Toma:
ven plegándote a mí.
insinúa o enseña
ten
acaso en la malva trinidad
de un pecado
o en ese triángulo de hilo
mantel donde se dejan
los secretos mensajes
y que van diciéndote
toma
ten
soy una blonda prendida
tal vez en el pubis
acabándose
hilando la sangre
llevándose
en ese molinete de viento
la mortal infancia
dónde fui tan feliz.
Toma este ten
tan sin ti.
Toma:
ven plegándote a mí.
viernes, 5 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
Cuando me puse triste
Preciso descansar de este hueso
que oprime mis virtudes
sabes
tú sabes
que fuiste la primera
en ofuscar mi carne
tensarla en un calibre
fácil
atarla a ti con un sarmiento
verde
que arrancaste de mis venas
cuando me puse triste.
que oprime mis virtudes
sabes
tú sabes
que fuiste la primera
en ofuscar mi carne
tensarla en un calibre
fácil
atarla a ti con un sarmiento
verde
que arrancaste de mis venas
cuando me puse triste.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Atraviesa mi miedo
Que se lleve la muerte
una sílaba enorme
una gota de luna
una sombra
mis ojos y mi lengua
pero tú ven
a traviesa el miedo
las arenas
este desierto
lamido por la sombras
atraviesa mi miedo.
Amantes sordos se llaman
se nombran sin palabras
a destiempo reuniéndose.
una sílaba enorme
una gota de luna
una sombra
mis ojos y mi lengua
pero tú ven
a traviesa el miedo
las arenas
este desierto
lamido por la sombras
atraviesa mi miedo.
Amantes sordos se llaman
se nombran sin palabras
a destiempo reuniéndose.
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