jueves, 25 de noviembre de 2010

Augusto Arana

Signo o seña pista o ruta
garra de garabato pata de pulga
pata de garrapata
pico de loro ojos de búho
cosa coja y redonda caja de hormigas.
Jeroglífico
pico de grifo
diente con diente
sifón de efe
jota de juicio piedra pitera
cero gatera
pita pita gamonita
mano oscura:


miércoles, 24 de noviembre de 2010

El pájaro siempre es un hombre que vuela

En medio de esta luz nadie pasea,
los solitarios ponen crespones negros
dudan de tener otro pecho enamorado
al alcance del dolor del miedo o la ternura
y se trasladan a tocar con la lengua
las alas de polvo de las mariposas
muertas en su vuelo nupcial de primavera.

En medio de esta luz que es ciega y ligera
cárdena la sombra vengativa
pone al azulado hombre común
a jugar con la noche
a exigirle que busque
entre sus prójimos desechos
una lúdica amante con besos de oxígeno
caliente y vengativa
que le salven del horror y del silencio.

martes, 23 de noviembre de 2010

lunes, 22 de noviembre de 2010

Zapatos


Me puse unos zapatos que encontré en la calle.
Reñidos con el hombre me siguieron.
Pacientes a la puerta de casa aguardaron
a otro ser descalzo que yo era.





COMIENZACABA



Comienzacaba después de la tormenta
un ruido de humedad en la paja mojada
que llega desde el campo próximo
y penetra por la ventana abierta de tu casa,
tu casa que es tu casa porque dentro de ella
habita ese dulce olor a paja mojada,
la humedad que deja la tormenta.
Es la hora te dices de bajar a la calle,
caminante de calles o paseante de aceras,
caminas por el barrio, la ciudad queda lejos
se ve a lo lejos la ciudad
y en esta oscura plaza hay abierto un garito
donde tomar una copa dos copas un tercer trago
siempre preciso para acabar el paseo
y regresar al catre con olor a calvario
a humedad que dejara
la tormenta
tu tormenta
la de siempre
la familiar, la que está siempre a tu lado,
la que duerme contigo.

AMOR

Conciliar contigo que el aire que viene
trae esa tormenta que los deseamos
deducir que el viento arrastra la cometa
y no haber decidido de quién es el hilo.

viernes, 19 de noviembre de 2010

OTRO POEMA


El ayuntamiento de Vejer de la Frontera aprobó terminar con el paisaje . Ayer fue noticia en la Televisión, que es la que ordena las noticias, la vida, el salón de casa, los fines de semana: todo lo que “nos sucede” se lo debemos a ella.
Quieren construir un “complejo” hotelero entre “El palmar” y Castilnovo. A 300 metros de la arena. Hasta aquí todo parece responder con el instinto asesino de estos depredadores del paisaje, la vida, el planeta. Los recursos naturales.

Me preocupa. Pero veo normal esta voracidad de pirañas. Forma parte de su naturaleza.
Pero lo que realmente me preocupa son los sectores sociales que quieren oponerse a esa construcción.

¿Cómo piensan oponerse? ¿Con las misma reglas que usa el enemigo, es decir leyes?. No pueden las misma leyes proteger a pobres y ricos. Asesinos y asesinados. No, las leyes protegen a los poderosos, me lo contaba mi bisabuela Irene Estévez. Y a ella su madre. Desde mi tatarabuela, en línea directa.

Hay un método que todo el mundo entiende. Hay un método en todo, dijo el sabio. Una manera de ser. Un comportamiento.
La vida no vale nada si no es para dejar constancia de que es nuestra. Su defensa. Hacen falta poetas. Cobayas. Poetas cobayas. Dispuestos a morir. Por la belleza. Por la vida. Sobran las palabras.
Tan sólo se detendrá esa construcción si los colectivos sociales que se oponen a ella están dispuestos a morir. El enemigo es muy poderoso. Tan solo un número indeterminado de muertes pararan a las máquinas. Lo siento. De lo contrario se van a levantar esas moles.
Y al contrario de lo que piensa la mayoría, la vida no lo es todo en la vida. Todo en la vida es dejar más vida tras de uno. Eso si es la vida. Uno se muere y la vida continua.

Y como dijo Don Antonio: un golpe de ataúd en tierra / es algo perfectamente serio. Machado era él. Más hoy ni siquiera la muerte se la toma en serio alguien: ni los asesinos del paisaje, ni los que dicen defender el litoral.

Demasiada buena educación. Demócratas muy bien educados. En ambos bandos.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La sombra del poeta es alargada


Dime ¡Oh tú, cántaro que del barro vienes
si en la greda tengo mancha esperando,
una humedad de hueco que me envuelva;
agua, ¿tendré agua que me sumerja?,
sed y sombra, frescor
relajamiento,
¿estaré confortable?.
Yo que ahora vivo en el desierto,
¿seré dentro de mi molde una palmera?.


objetos obsoletos

EL INSERVIBLE ESTADO DE LAS COSAS

martes, 16 de noviembre de 2010

Empecé a sentir cansancio


Empecé a sentir cansancio
y escribí poemas rápidos
que sólo duraban media solución.
Yo quería ser breve
recuperarme
descansar
convalecer.

Era la mejor medicina
para el lector.
Mi salvación.

Empecé a sentir cansancio
sometido a la lectura de mis poemas
por lectores inútiles
que sólo aportaban media solución
o algo menos.

Fue la mejor medicina
para mi escritor.
Ellos al fin consiguieron hacer de mí

Caminos invisibles

Aquí brotan alas,
de pronto se abren pétalos,
allí nevadas soluciones.
En medio de la noche
la voz de un hombre que llama,
la lechuza se defiende con su llanto:
un gemido viscoso deslizándose.
Reposar en tu vientre
tiene el sabor de flores amarillas
cortadas bajo la fría escarcha del invierno.

Llevo años soñando con un paisaje distinto.
En mis manos los nidos cobran vida
se vuelven hormigas y semillas.
Sigo los pasos de naves distintas,
algunas varadas en arenas rojas.
Aunque viva perdido
en el laberinto escondo
alimentos variados, sustento,
los víveres precisos para seguir



cabinas telefónicas

En las cabinas telefónicas
hay misteriosas inscripciones dibujadas con lápiz de
     labios.
Son las últimas palabras de las dulces muchachas rubias
     que con el escote ensangrentado se refugian
     allí para morir.
-Pere Gimferrer-

En las tiendas de mi barrio se esconden
mujeres asustadas.
Con un temblor triste
huyen de maridos celosos y violentos;
compran leche, lejía, escobas,
pan y algunas libros
que luego leen a escondidas
aprendiendo a huir, a soñar que sueñan,
a no cejar en los intentos
y por fin,
aprendiendo a volar, escapan
dejando un rastro de amores amargos,
superada por fin la baba del miedo.


Subiendo por centros gravitatorios
en islas remotas se refugian,
crean grupos fuertemente armados,
conociéndose o tocándose,
amando la huella virgen,
el punto cero de su carne.


En las tiendas de mi barrio
no quedan cabinas telefónicas
pero sí un eco de mujeres
llamándose en la noche.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Para Olga Fernández Dévora

Una bolsa de plástico (con posibilidades de reciclado) conteniendo
dos libros (seis poetas, uno español)
un paquete de tabaco rubio (Nic. 1.1 mg. Alq. 15 mg.)
el contacto con la tinta de unos dedos (el verso)
las notas musicales impresas (un disco L.P. un C.D.)
y todo el celofán que entorcha este día cálido de Noviembre
regalo que la vida me ofrece sintiéndome halagado
mientras ella ante un café como el mío
lee un libro de poemas.

Día que cabe por fin en una bolsa de celulosa
junto a un tango de Adriana Varela
sonando a la vez que suenan las hojas de este otoño

oficio

Arriba y abajo siguiendo mis pasos
o pisando mis huellas
calcé definitivamente
el pie que me acompaña
e hice mi obra con altiva paciencia
rastreando cual apache
los cascos heráldicos de Kafka
por ejemplo
u otros por ejemplos
como De Rokha y muchos más
alguno más llegó hasta mi cuerpo
que respiró la libertad con agallas de anfibio,
o la falta de ella con bífida lengua.

Y soporté hermético y soberbio
al poema caído en medio de mi frente;
que doblegado, abatido, impávido
gravitó dulce y amargo.
Fue reptando como una serpentina animal,
como una hiedra eterna y duradera.
Por todas mis tripas y mis hernias
fue dejando zarpazos de una gravedad
próxima al herido de guerra y su dolor hospitalario.

El poema felino, con enérgico vigor, me ha sometido
durante años. Obligado a pergeñar las heridas a los versos
o la letra a la palabra, he ido atando con hilos de sangre
el amor o la vida, el odio o la muerte,
añadiendo cabo al cabo, zurciendo y repasando
o corrigiendo sus afilados bordes,
así hasta vencerle un poco:
el poco de los genios o de los elfos o de los magos,
la brizna
del que somete a esclavo el remiendo literal,
a plancha el patrón tipográfico
a magistral borrador elegías y loas.

jueves, 11 de noviembre de 2010

puesta de sol fría

Añadir leyenda a esta foto es creer que una puesta de sol en el mes de diciembre puede tener la leyenda de una puesta de sol en el mes de junio y que desde esta perspectiva de las cosas y los edificios que tenía a mi derecha, nunca sería posible. Cosas mías. Hecha la excepción, dejemos al poeta solo. Como siempre.

Remedo

Calco el rostro con técnica surreal
en fino papel sobre el cemento
ignoro detalles de la cal
te apareces fósil o facsímil
te invoco
me inquieres
e interrogas el por qué
cual el deseo que me inspira
sumido en los nescientes misterios.


Reúno tu perfil
aparecen óleos de arenas
contemplo mi obra expuesta
en anímicas pinacotecas
nace el sol
me ahogan las Pandoras
con sus cajas de estragos y quebrantos
al cerrarlas
en su interior se oye el ruido de las olas.


Tu rostro lo difumina el cielo
el oxígeno en su deambular perfecto
tiñe el orden de la memoria
y te recuerdo vagamente
como un pañuelo sobre la arena mojada de la playa.
Ahogándose por turnos
nadadores suicidas se bañaban en un mar de plata.


lunes, 8 de noviembre de 2010

tapete plegable

Muestra di
insinúa o enseña
ten
acaso en la malva trinidad
de un pecado
o en ese triángulo de hilo
mantel donde se dejan
los secretos mensajes
y que van diciéndote
toma
ten
soy una blonda prendida
tal vez en el pubis
acabándose
hilando la sangre
llevándose
en ese molinete de viento
la mortal infancia
dónde fui tan feliz.

Toma este ten
tan sin ti.
Toma:
ven plegándote a mí.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Cuando me puse triste

Preciso descansar de este hueso
que oprime mis virtudes
sabes
tú sabes
que fuiste la primera
en ofuscar mi carne
tensarla en un calibre
fácil
atarla a ti con un sarmiento
verde
que arrancaste de mis venas
cuando me puse triste.


miércoles, 3 de noviembre de 2010

Atraviesa mi miedo

Que se lleve la muerte
una sílaba enorme
una gota de luna
una sombra
mis ojos y mi lengua
pero tú ven
a traviesa el miedo
las arenas
este desierto
lamido por la sombras
atraviesa mi miedo.

Amantes sordos se llaman
se nombran sin palabras
a destiempo reuniéndose.