Sed de amor
Tanto fue el cántaro a la fuente
que al final no volvió.
Dicen algunos que se enamoro de ella,
y que un día se les vio de la mano
abandonando las calles de la ciudad.
----------------------
Mecánica dialéctica
El mecanismo que hace que un teléfono funcione
siempre es la mano que al otro lado descuelga.
----------------------
Espionaje
Si el silicio recuerda,
¿qué es lo que no se le dijo?
----------------------
Devastación interior
Los bordes de la ruina
siempre están próximos,
las escombreras un poco más lejos.
El final se aproxima cuando las lindes,
entre ambas, aquí y allá, empiezan a fundirse.
Tal vez no acabe nunca de hacer este poema. -J.M. Caballero Bonald-
sábado, 15 de junio de 2013
jueves, 13 de junio de 2013
El otro
Él ha parafraseado prosas que jamás contaron
con la venia del otro. Se apropió del nombre
que usó aquél y prestó el suyo
para fingir que era amado.
Deseó la belleza como abismo insondable
permanecer atento al horror de allí abajo
al misterio que agota todos los sentidos
le tenía presto y próximo al fracaso
naufragando creía en la felicidad eterna.
Él habla con amigos los días de diario
los festivos los deja al albur
de cicatrices renovadas y jóvenes.
¿Cómo es la mirada del que ve pasar
dispersas gaviotas (su graznido de estaño)
mujeres con blusas de primavera
trenes cargados de hombres y lluvia
bolsas de frutas y flores
llevadas por manos hacendosas y púdicas?
Celindas azules
pues las blancas se fueron
ardieron en la noche
su color ilumina los rojos tejados
de la encendida ciudad.
Y duda cuando dice su edad
piensa si no será él
el que se está expulsando
de esa infancia infinita.
El vaho del otro
el mismo vacío
el flujo de las olas
su fuego de agua
va grabando contra las rocas
los rostros
de todos los ahogados
en la ciudad de acero y hormigón
en la ciudad de perros y miedos
que ladran su aullido de cristal
cortando el rostro pétreo
de desnudos y valientes obreros
que drogándose al son
de músicas espurias
queman sus camisas
como antes aquellos otros
quemaron sus naves.
con la venia del otro. Se apropió del nombre
que usó aquél y prestó el suyo
para fingir que era amado.
Deseó la belleza como abismo insondable
permanecer atento al horror de allí abajo
al misterio que agota todos los sentidos
le tenía presto y próximo al fracaso
naufragando creía en la felicidad eterna.
Él habla con amigos los días de diario
los festivos los deja al albur
de cicatrices renovadas y jóvenes.
¿Cómo es la mirada del que ve pasar
dispersas gaviotas (su graznido de estaño)
mujeres con blusas de primavera
trenes cargados de hombres y lluvia
bolsas de frutas y flores
llevadas por manos hacendosas y púdicas?
Celindas azules
pues las blancas se fueron
ardieron en la noche
su color ilumina los rojos tejados
de la encendida ciudad.
Y duda cuando dice su edad
piensa si no será él
el que se está expulsando
de esa infancia infinita.
El vaho del otro
el mismo vacío
el flujo de las olas
su fuego de agua
va grabando contra las rocas
los rostros
de todos los ahogados
en la ciudad de acero y hormigón
en la ciudad de perros y miedos
que ladran su aullido de cristal
cortando el rostro pétreo
de desnudos y valientes obreros
que drogándose al son
de músicas espurias
queman sus camisas
como antes aquellos otros
quemaron sus naves.
martes, 11 de junio de 2013
Espera
Se aliñó de ojos
se puso sobre monturas de hierba
álzose quizás sobre el granito
miró oteando
tal vez escudriñó
olfateó el viento oliendo sus pólenes suspendidos
y supuso que el abrupto terreno
que se extendía frente a él precisaba de un jinete
o de un guerrero.
Rodeó con pies de acero,
con músculos de mineral y roble
rocas elevadas casi hasta tocar otro planeta,
y se tumbó entre las sombras
que rebosaban los afilados perfiles de la piedra.
Un millón de años y aún espera
que le dijeron que esperara
a un tal Godot o a un tal primero.
Beckett, allá en Dublín, en un viejo café
lee una carta de su amigo Joyce
sin concederse tregua.
Lento, como una mano
que rozara la incertidumbre,
acaricia el papel,
sus letras caen blandas al suelo
y el sobre arde.
Sus lentas cenizas
van escribiendo la palabra: "Espera".
se puso sobre monturas de hierba
álzose quizás sobre el granito
miró oteando
tal vez escudriñó
olfateó el viento oliendo sus pólenes suspendidos
y supuso que el abrupto terreno
que se extendía frente a él precisaba de un jinete
o de un guerrero.
Rodeó con pies de acero,
con músculos de mineral y roble
rocas elevadas casi hasta tocar otro planeta,
y se tumbó entre las sombras
que rebosaban los afilados perfiles de la piedra.
Un millón de años y aún espera
que le dijeron que esperara
a un tal Godot o a un tal primero.
Beckett, allá en Dublín, en un viejo café
lee una carta de su amigo Joyce
sin concederse tregua.
Lento, como una mano
que rozara la incertidumbre,
acaricia el papel,
sus letras caen blandas al suelo
y el sobre arde.
Sus lentas cenizas
van escribiendo la palabra: "Espera".
domingo, 9 de junio de 2013
AMADA
Amada en esta
noche tú te has crucificado
sobre los dos
maderos curvados de mi beso;
-César Vallejo-
Amada con valerosos soldados que vinieron del miedo
he intentado seducirte,
lograr que entretuvieras
tus cálidos labios en mi músculo primero.
Amada,
hoy, a esta hora perfecta y mema,
con héroes calamitosos y cobardes,
pedantes treintañeros pusilánimes,
he puesto en todas las fronteras
claveles y geranios, alguna madreselva.
Y para que huela a jazmín tu pubis
de sensual jardín guerrero
he colmado tu alcoba
de esta dulce enredadera.
Y mientras se llena la pagana noche
del aire de tus clámides
y un murmullo de minué
va apagándose en ti,
con un ejército de cobardes rastreo
el silencio de tus ingles
el olor azul de los armarios,
la soledad de margaritas y riberas
en los bordes tristes de la cama.
STEPPENWOLF: Hoochie Coochie Man
Ni el verano se pone de acuerdo con la primavera
ni la primavera se puso de acuerdo con el invierno
ni el blues corresponde ya a la noche.
Así tú y yo amanecemos con los ojos abiertos
mirándonos desde una desnudez de octubre
y con las manos comprobando
si nuestro frío tiene la calma de la sangre del otro.
Y nos besamos mientras Guerra canta en la lejanía
de este amanecer
su locura
encendiendo la piel del río
donde damos a luz los clandestinos.
ni la primavera se puso de acuerdo con el invierno
ni el blues corresponde ya a la noche.
Así tú y yo amanecemos con los ojos abiertos
mirándonos desde una desnudez de octubre
y con las manos comprobando
si nuestro frío tiene la calma de la sangre del otro.
Y nos besamos mientras Guerra canta en la lejanía
de este amanecer
su locura
encendiendo la piel del río
donde damos a luz los clandestinos.
viernes, 7 de junio de 2013
Si los pájaros hablaran
1
Y
se hace el amor
se
hacen los besos
y
se van los cuerpos
pero
ella siempre se queda
como
un golpe de huella
grabada
en la piedra granito cenital
del
universo humano
y
caen desde inconfesables alturas
lágrimas
sobre mi carne
mi
espasmo
mi
ella
que
llegó como una tormenta imponiendo
el
ruido de su personalidad
introduciendo
en la cerradura de mi carne
la
llave de su corazón
y
comenzó el sonido de ciertos abanicos a levantar
con
sus brisas
cifras
donde giraban los besos
muñecas
encendidas
cartas
esquelas envíos mensajes noticias
todo
corría
aconsejándonos
no dejar pasar el tiempo
que
tanto trabajo nos había costado traer
desde
el desván del pasado
hasta
las zonas que eran nuestro desierto.
Yo
acariciaba el barro.
Los
pájaros enmudecían.
2
Pero
si los pájaros hablaran
nos
anunciarían la lluvia
que
tú estás fresca y nube
y
vienen aires húmedos.
Si
lo pájaros hablaran
nos
anunciarían la lluvia
que
su sonido de agua pronuncia
la
palabra árbol
la
arboleda los nidos
el
lenguaje del canto
el
batir de alas
el
horizonte aciago
la
zozobra de sus noches.
Y
en ellas bordar la rutina
sobre
telas tristes
abrir
el agua
con
dedos de espuma
abrazar
el cielo
con
brazos de luz
bajar
hasta el fondo
quedar
en lo profundo
hundirse
hasta el hueso íntimo
encontrar
la superficie
donde
habitan los claros del
universo
su
dedo cósmico
su
frente esférica
su
silenciosa presencia
su
inocente alimento.
E
ignora el hombre
este hombre
que toda ausencia es
deseable
allá donde la libertad
se
entremezcla con el amor:
y
ella debe ir y venir
fugarse
aparecerse
olvidarse
para
que la memoria alcance
hallazgos
inexorables:
el
recuerdo de la duda
y en esa duda él piensa
que si los pájaros hablaran
contarían secretos al oído
sonoro de la noche
a este poema triste que languidece.
jueves, 6 de junio de 2013
Citas desinteresadas: Victor Botas
Veo
a Dios
justo en ese momento en que mi cuerpo
se vacía de golpe entre tus piernas.
-Victor Botas-
a Dios
justo en ese momento en que mi cuerpo
se vacía de golpe entre tus piernas.
-Victor Botas-
miércoles, 5 de junio de 2013
Teatro
OBRA EN UN SOLO -BREVÍSIMO- ACTO
Personajes:
Jose
Tomás
Actores:
José Horacio Martos
Tomás Rivero Fernández
******* ******* *******
Se levanta el telón. Interior. Cualquier interior. Todos los interiores son iguales: su cocina, su baño, su televisor de plasma. ¿A qué sangre corresponde tu televisor?
Un día cualquiera. De lunes a domingo, cualquier día parece oscuro. Menos a los pájaros, que cualquier día les parece luminosamente único. No hay público presenciando la escena. Nunca hubo público, que a la escena incorporara su miedo.
Dos personajes con cara de Beckett. Dos proletarios incrédulos, con gesto de presos, parecen despedirse.
Jose: .- A ver si me escribes.
Tomás: .- No tengo tu dirección.
Jose (resuelto): .- Apúntala.
Tomás (tras una pausa, se palpa las ropas): .- No tengo bolígrafo.
Jose (gesto de fastidio, se palpa las ropas): .- Es igual. (pausa) Yo no tengo dirección.
Silencio. No hay aplausos. Cae el telón. Siempre cae. Comienza la huida.
Personajes:
Jose
Tomás
Actores:
José Horacio Martos
Tomás Rivero Fernández
******* ******* *******
Se levanta el telón. Interior. Cualquier interior. Todos los interiores son iguales: su cocina, su baño, su televisor de plasma. ¿A qué sangre corresponde tu televisor?
Un día cualquiera. De lunes a domingo, cualquier día parece oscuro. Menos a los pájaros, que cualquier día les parece luminosamente único. No hay público presenciando la escena. Nunca hubo público, que a la escena incorporara su miedo.
Dos personajes con cara de Beckett. Dos proletarios incrédulos, con gesto de presos, parecen despedirse.
Jose: .- A ver si me escribes.
Tomás: .- No tengo tu dirección.
Jose (resuelto): .- Apúntala.
Tomás (tras una pausa, se palpa las ropas): .- No tengo bolígrafo.
Jose (gesto de fastidio, se palpa las ropas): .- Es igual. (pausa) Yo no tengo dirección.
Silencio. No hay aplausos. Cae el telón. Siempre cae. Comienza la huida.
domingo, 2 de junio de 2013
A los filólogos
1
Cuando
en una curva del papel
la
pluma pisa tinta y patina,
o derrapa locuaz y se derrama,
dime tú que sabes de letras
o derrapa locuaz y se derrama,
dime tú que sabes de letras
sólo
porque multiplicas
los
grados topográficos
del
desnivel,
su
cambio de rasante,
con
la verdad que vive en su mentira,
¿a
dónde van los cuerpos
las
almas del derrape,
la fiebre helada del poeta,
la noche con su lástima,
las
cartulinas rotas,
los
libros quemados,
el
insomnio estricto de la palabra,
el
silencio,
ese
vacío de ecos,
el
verso que jamás se escribió?
2
Lo único
que he tenido que estudiar, que aprender, es la ignorancia. Ella me rodea con
naturalidad, es mi más fiel compañía. En mi caso, en este caso, la literatura se
enfrenta a un ignorante. Y nunca le tuve miedo. Ella lo sabe. Y va dejando
disimuladamente un reguero de letras. Yo cojo algunas. Pero existen pájaros. De
tal forma, cuando no puedo completar una palabra, coloco un pájaro. Él sabrá la
letra que se comió. Así la palabra que invento nace con posibilidades de volar
en una lengua extraña. Claro, existe otra probabilidad malsana: que a eso se le llame literatura.
jueves, 30 de mayo de 2013
Frontera
Al llegar a los huertos
la luz se transforma
y el color del cielo azul
es malva.
En aquellos campos regados
el agua lo endulza todo,
se oye también como crece
el canto de pájaros eternos.
En aquellos pasillos verdes
el amor se excede y gravita.
Y al traspasar la frontera,
a uno y otro lado,
la luz,
introduciendo las manos
entre frutos y flores,
achicaba los mapas
y había países
que dejaban de serlo.
la luz se transforma
y el color del cielo azul
es malva.
En aquellos campos regados
el agua lo endulza todo,
se oye también como crece
el canto de pájaros eternos.
En aquellos pasillos verdes
el amor se excede y gravita.
Y al traspasar la frontera,
a uno y otro lado,
la luz,
introduciendo las manos
entre frutos y flores,
achicaba los mapas
y había países
que dejaban de serlo.
martes, 28 de mayo de 2013
Sus pezones azules
Sus pezones azules
o también de añil,
su sexo violeta y de amarilla soledad,
su mirada verde pidiendo
ven, entra en esta mojada selva
y despierta al feroz tigre
que ahora duerme para ti.
Fue así como crucé la maleza
para ser devorado por un manso tiempo
imprevisible y peligroso.
Los siglos hablan de mi gesto
rígido y hermoso
y postrado en la espesura
doy cuerda a enigmáticos relojes.
o también de añil,
su sexo violeta y de amarilla soledad,
su mirada verde pidiendo
ven, entra en esta mojada selva
y despierta al feroz tigre
que ahora duerme para ti.
Fue así como crucé la maleza
para ser devorado por un manso tiempo
imprevisible y peligroso.
Los siglos hablan de mi gesto
rígido y hermoso
y postrado en la espesura
doy cuerda a enigmáticos relojes.
sábado, 25 de mayo de 2013
Noche
Ya se ha hecho de noche,
una vez más en el agónico día del hombre.
El acero llueve sobre la ciudad.
Desde un cielo que todo lo consuela con miradas oscuras
resbala por las fachadas de cristal una antigua lágrima
que deja en el vidrio de humo una huella sucia y opaca
otoñada de tiempo.
Su pasado mineral alivia a proscritos individuos
que desde sus corazones solitarios duermen
el merecido descanso de excelsos dioses,
día a día derrotados por la soberbia.
Hay un hombre malva en todas las esquinas
con un candil de oro encendido
en cada mano.
una vez más en el agónico día del hombre.
El acero llueve sobre la ciudad.
Desde un cielo que todo lo consuela con miradas oscuras
resbala por las fachadas de cristal una antigua lágrima
que deja en el vidrio de humo una huella sucia y opaca
otoñada de tiempo.
Su pasado mineral alivia a proscritos individuos
que desde sus corazones solitarios duermen
el merecido descanso de excelsos dioses,
día a día derrotados por la soberbia.
Hay un hombre malva en todas las esquinas
con un candil de oro encendido
en cada mano.
viernes, 24 de mayo de 2013
Georges Moustaki- Sans la nommer (1969)
'Sin nombrarla' (Sans la nommer)
Querría, sin nombrarla, hablaros de ella
como de una amada, una infiel,
una muchacha bien viva que despierta
a futuros que cantan bajo el sol.
Es a ella a quien aporrean,
persiguen, acosan;
es ella la que se subleva,
la que sufre y se pone en huelga,
es a ella a quien encarcelan,
a quien traicionan, a quien abandonan;
la que nos da ganas de vivir,
de seguirla hasta el final, hasta el final.
Querría, sin nombrarla, rendirle homenaje,
hermosa flor del mes de mayo o fruto salvaje,
planta bien plantada sobre sus dos piernas
y que deambula libre donde le place.
Es a ella a quien aporrean,
persiguen, acosan;
es ella la que se subleva,
la que sufre y se pone en huelga,
es a ella a quien encarcelan,
a quien traicionan, a quien abandonan;
la que nos da ganas de vivir,
de seguirla hasta el final, hasta el final.
Querría, sin nombrarla, hablaros de ella,
bienamada o mal amada, es fiel;
y si queréis que os la presente,
la llaman Revolución Permanente.
Es a ella a quien aporrean,
persiguen, acosan;
es ella la que se subleva,
la que sufre y se pone en huelga,
es a ella a quien encarcelan,
a quien traicionan, a quien abandonan;
la que nos da ganas de vivir,
de seguirla hasta el final, hasta el final.
(Traduc. Daniel Gil)
jueves, 23 de mayo de 2013
martes, 21 de mayo de 2013
A la célula de Móstoles: 4/12/82
Poetas. Curtidos militantes.
Suicidas. Tropel. Calle arriba. Verano. Ese verano
instalándose como una fibra de luz en cada nervio,
la tensión acerada de aquellas células de amanecer.
Experiencias encontradas. La vida cotidiana.
Parias enamorados de un amor
que abría nuestras manos.
Contra el paro: ocio permanente.
Las pintadas rojas y negras.
Trabajar todos para trabajar menos.
Disolución de los cuerpos represivos.
Y el silencio. Veníamos de un silencio de siglos.
El mural. Los yankis invadían centroamérica.
Y decíamos: "Yo soy el hombre más importante del planeta
la mujer más hermosa de la vida"
considerando entonces este compromiso
nos construyeron una biografía de cicatrices.
Dejamos señales en cada gesto
en cada amanecer
y fuimos perseguidos.
Ahora anegados en melancolía buena,
como de una serpentina del alma
nos miramos unas invisibles cadenas.
Supimos hasta donde llegábamos.
Hay un río que lleva nuestras vidas.
Hoy no contemplo a los mediocres.
La verdad la verdad la verdad
tres veces te negué
porque eras mentira.
Citas desinteresadas: César Pavese
Hacer poesías es como hacer el amor:
nunca se sabrá si la propia
alegría es compartida.
-César Pavese-
sábado, 18 de mayo de 2013
Di sílabas extrañas
Cuando sepas que
he muerto di sílabas extrañas
................................................................
No dejes que tus
labios hallen mis once letras.
-Roque Dalton-
Cuando sepas que he muerto
da mi nombre a otros
a otras cosas a otros animales
da mi nombre a quien lo quiera.
A ese hombre que te mira y sueña.
Para qué quiero yo mis once letras
sin un cuerpo que lo lleve lo module
le dé forma lo deforme lo ahorme
lo enaltezca
lo descomponga en ese otro amigo
que te miró mil veces.
Cuando sepas que he muerto
como un mago ante la magia
di sílabas extrañas
por ejemplo “Verto Samosi hágase otra luz”
o “Tomás Rivero no dejes de escribir”.
Cuando sepas que he muerto
deja mis camisas blancas junto a tu puerta.
Y perdóname por no saber mirar
allí donde guardabas tus cosas.
miércoles, 15 de mayo de 2013
Cee Cee James
El blues de las doce. Un tren de mujer. Night Train.
Cee Cee James nunca quiso imitar a Janis Joplin. Que conste.
Cee Cee James nunca quiso imitar a Janis Joplin. Que conste.
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